El número de divorcios casi iguala al de matrimonios en la Comunitat.
Los valencianos cada vez se casan menos y se divorcian
más.
Las cifras del año 2011 publicadas ayer por el Instituto Nacional
de Estadística (INE) revelan que en la Comunitat el número de rupturas
(13.812) está ya muy cerca de igualar el de matrimonios (16.754).
Este mismo año 2012 podría convertirse en el 1º en
que la cantidad de divorcios, separaciones y nulidades se equipare o
incluso supere la de enlaces matrimoniales, siempre que continúe la
tendencia al alza de las rupturas y la propensión a la baja de las bodas
en estos últimos años.
Además, la estadística sitúa a la Comunitat Valenciana
como la IIª región española con mayor tasa de rupturas por cada
1.000 habitantes (2,70), superada por Canarias (2,86).
La ciudad
autónoma de Melilla también presenta una cifra (2,71) ligeramente por
encima de la valenciana.
De hecho, el incremento en el número de matrimonios
valencianos rotos en un solo año asciende al 6,9%, frente al casi
inapreciable 0,3% de la media española.
Esto supone que el aumento en la
Comunitat es 23 veces mayor que el nacional.
Según los datos del INE, la duración media de los
matrimonios disueltos en España en 2011 era de 15,7 años.
En los
divorcios, 3 de cada de 10 fueron después de más de 20 años y un
20% tras un periodo de 6 a 10 años. La mayor parte (67%) fueron de mutuo
acuerdo.
El procedimiento administrativo es «fácil, no traumático y
relativamente barato», sostiene José Soriano, diputado del Colegio de
Abogados de Valencia (ICAV) y especialista en asuntos de familia. Sin
embargo, «la gran mayoría no pueden calificarse como 'amistosos'».
Soriano comenta que el punto de conflicto más habitual es
la guarda de los hijos en común (en el 57% de rupturas existe
descendencia), porque a partir de ese momento puede existir un
desacuerdo de tipo económico con respecto a la pensión alimenticia.
En toda España, siete de cada diez divorcios son
resueltos en menos de 6 meses, pero en la ciudad de Valencia «las
demandas con conformidad obtienen una sentencia en un plazo de 5o a
8 días», apunta el diputado del ICAV.
Las rupturas matrimoniales experimentaron en la Comunitat
un descenso en los 2 primeros años completos de la actual recesión
económica (2008 y 2009) y después han vuelto a repuntar, aunque no se
han alcanzado las cifras de años anteriores: 17.000 disoluciones en 2006
y 2007.
Aunque podría pensarse que las dificultades económicas
son un factor que frena el número de divorcios (para mantener gastos
compartidos), «la crisis se presenta en el matrimonio como un generador
de tensiones que no son bien resueltas», considera Ginés Marco,
secretario del Instituto de Familia y Desarrollo Humano y decano de la
facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Valencia.
Marco argumenta que en las separaciones pesan, más que lo
económico, «otros factores de tipo antropológico y psicológico: hay una
falta de reflexión, una ceguera que lleva del amor al odio y que
produce rupturas fulminantes».
A esto se suma «una carencia de recursos de mediación
familiar encaminados al mantenimiento del proyecto de vida común, en
lugar de los que buscan una rápida liquidación de la sociedad de
gananciales».
La libertad «se entiende de una forma absolutamente
individualista, como un valor de autodeterminación», lamenta Ginés
Marco. En el trasfondo se impone «una banalización de la institución
matrimonial, del compromiso para toda la vida», concluye.
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