domingo, 25 de marzo de 2012

Crimen del country: la acusada estuvo internada 45 días en un psiquiátrico

Policiales: Crimen del country: la acusada estuvo internada 45 días en un psiquiátrico.
25.03.12.
Adriana Cruz sufrió una seria depresión el año pasado y tuvo que ser tratada en un centro especializado. Antes y después de eso, amenazó en varias oportunidades con atacar a sus hijos. En febrero, su ex marido, Carlos Vázquez realizó una denuncia judicial y se llevó a los chicos a vivir con él, pero a los pocos días volvieron con la madre. 
El juez solicitó al fiscal que investigue esa situación
Crimen del country: la acusada estuvo internada 45 días en un psiquiátrico
La tragedia desatada la semana pasada en un country de San Vicente pudo haberse evitado. Es que el recorrido por los hechos anteriores al asesinato de Martín, de 6 años, muestran una marcada situación de violencia y amenazas constantes de Adriana Cruz, la madre del nene, que en más de una oportunidad había dicho que iba a atacar a los chicos para vengarse de Carlos Vázquez, su ex marido.

La historia indica que Cruz, de nacionalidad brasileña, y a quien Vázquez conoció hace 16 años en las playas de Cancún, siempre tuvo un carácter fuerte, provocando “discusiones, incidentes y agresiones físicas”, según palabras del hombre que constan en el expediente.
En agosto del año pasado, y luego de que la hija mayor del matrimonio cumpliera 15 años, Vázquez decidió abandonar la casa del country “porque la convivencia era imposible”. 

A partir de allí, comenzó una serie de ataques y amenazas por parte de Cruz, que culminaron con el atroz asesinato del martes pasado.
De hecho, poco tiempo después de la separación, el marido decidió acompañar a Cruz al consultorio de un psiquiatra en Caballito, pero en el camino discutieron, y provocaron un accidente en la autopista 25 de Mayo.
El profesional que la atendió aconsejó su inmediata internación en un neuropsiquiátrico de Quilmes, donde la mujer estuvo alojada durante 45 días, y antes de fin de año regresó a la exclusiva vivienda del country.
 

Violencia creciente
Sin embargo, nada cambió en la vida de los Vázquez. 
Según contó el hombre a los investigadores, las amenazas crecían día a día, y alcanzaban a los propios chicos de la pareja.
De hecho, a fines de febrero, una de sus hijas llamó al contador Vázquez para contarle que la madre había intentado dormirlos con pastillas y que había colgado una soga del techo de una habitación “diciendo que las iba a matar”.
El padre radicó una denuncia en la Comisaría de la Mujer de Guernica, y se llevó a los chicos a vivir con él durante 10 días. Sin embargo, Cruz pidió disculpas y los hijos regresaron a su casa.

Precisamente el juez Pablo Masi intenta determinar por qué el padre de la víctima había llevado nuevamente a los chicos con la madre, Adriana Cruz, pese a la denuncia que había realizado contra la mujer.
"Aparentemente sería el padre quien llevó a los hijos con la madre. La idea es avanzar a ver si hay otro tipo de responsabilidades penales de terceras personas", señaló el magistrado la semana pasada.

Lo extraño es que la denuncia de Vázquez fue derivada por error a la UFI N° 5 de La Plata, a cargo de Juan Condomí Alcorta, quien devolvió el expediente a la fiscalía de Presidente Perón
El fiscal, Leandro Heredia, recién se hizo con la causa el pasado jueves, dos días después del crimen.

Los últimos días antes de la tragedia fueron extremadamente violentos. 
El 17 de marzo, Cruz le quitó el celular al marido, y accedió a la cuenta de Facebook, donde descubrió la nueva relación que mantenía el hombre con una mujer de 34 años, que también declaró en la causa.
Esa revelación provocó un estallido de furia en la mujer, que se profundizó horas antes del trágico desenlace, cuando Cruz encontró una foto de Vázquez junto a su nueva novia.

El martes pasado, Vázquez se comunicó con una de sus hijas, que estaba en la casa del country, ante el llamado de la escuela ya que no había asistido ese día. 
Allí, la adolescente le contó que su ex mujer estaba encerrada en el baño, que había pintado grafitis en el garaje y en el capot de una camioneta y que no encontraban a Martín por ninguna parte. 
Pero el final estaba escrito: el niño ya había sido la víctima de las amenazas que nadie terminó de escuchar.

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