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Ya son el doble los madrileños atendidos por la beneficencia.
Cáritas Madrid ha asistido en los últimos tres años a 322.000 personas.
Antes de estallar la crisis económica fueron 182.000.
El perfil es el de un varón de 37 a 40 años y con pocos recursos.
ECO ® S.GOZALO. 24.06.2011
Cada vez son más los madrileños cercados por la necesidad.
Cáritas Madrid atendió en el último trienio a 322.000 personas, casi el doble de las que pasaron por sus despachos parroquiales 3 años antes, cuando entre 2005-2007 (ambos incluidos) lo hicieron 182.000, según los datos de la memoria del último ejercicio.
La situación es tan acuciante que solo el año pasado tuvo que asistir a 114.000 ciudadanos. Pero la crisis ha variado no solo el número de quienes sobreviven gracias a la caridad, sino su perfil.
La mujer inmigrante de entre 35 y 40 años ha dejado de ser la más vulnerable para abrir paso al hombre español, de 37 a 40 años, y que está en el paro.
En estos casos, además de perder su empleo, tienen que hacer frente al pago de la hipoteca y muchos afrontan también un ruptura sentimental que conlleva la desestructuración del hogar familiar.
Mujeres en apuros
Si el número de personas que recurren a los servicios de Cáritas no para de crecer, tampoco lo hace el de las familias que malviven gracias a la ropa y a la comida no perecedera que les facilita la institución: 29.000 desde 2008.
Y el 36% de los hogares–10.440– carece de ingresos justificables (ni perciben prestaciones sociales como la Renta Mínima de Inserción ni cobran el desempleo), explicaron fuentes de la institución a 20 minutos.
La crisis ha cambiado el perfil de quienes sobreviven gracias a la caridad.
Las familias que recurrieron a la caridad en este periodo son exactamente un 123% más de las que lo hicieron en el trienio anterior (2005-2007), justo antes de empezara la crisis económica.
Y entre los nuevos hogares 'clientes' de Cáritas hay un grupo muy determinado: el de las familias monoparentales donde el cabeza de familia es una mujer.
Si en tiempos de bonanza eran los hogares inmigrantes los que tiraban de la beneficencia para llegar a fin de mes o poder mandar más dinero a sus países de origen–pues tenían al menos un ingreso–, ahora lo hacen mujeres españolas, desempleadas y con 2 o 3 hijos pequeños a su cargo.
"Son madres que están solas, tenían trabajo y ahora lo han perdido", explican fuentes de Cáritas.
La mayoría de ellas, añaden, tiene estudios secundarios o, como mucho, cursaron el Bachillerato.
Los escasísimos recursos que pueden lograr estas madres coraje provienen de:
1.- la economía sumergida, o bien
2.- echan unas horas limpiando casas o
3.- atienden a ancianos, apuntan.
En la mayoría de los casos arrastran también una situación de "estrés o depresión" por la dificultad de salir a flote.
A muchas de ellas no es difícil verlas rebuscando en los contenedores de comida que a última hora del día sacan a la vía pública los centros comerciales, tal y como comprobó y publicó este diario el 26 de abril.
No sólo Cáritas está desbordada por las solicitudes de asistencia, a lo que dedicó más de 22 millones de euros el año pasado.
Desde Cruz Roja confirman también el aumento de personas atendidas: 68.843 en 2010, un 40,5% más que en 2008.
Urge donar alimentos.
Poner pan en la mesa se ha convertido en la necesidad prioritaria para muchos madrileños de la región. Por eso, el Banco de Alimentos no da abasto.
Cada vez son más las instituciones, ONG y asociaciones que les reclaman comida para poder atender las solicitudes que reciben. Y sus datos lo confirman.
Si el Banco repartió en 2008 un total de 5.159 toneladas de comida, el año pasado llegaron a las 6.268, una cifra record para la institución.
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