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Cuadrícula del sexo
Sábado, 13 de junio 2009.
Como mujer, y como ser humano que cree y trabaja por la igualdad, estoy harta de la utilización de lo femenino, de los estereotipos de género y de los beneficios que para algunos tiene la discriminación por cuestión de sexo.
El gobierno de España, con Zapatero al frente, es un claro ejemplo de lo que acabo de mencionar.
La cuestión es seguir sacando tajada de las mujeres de una u otra forma.
Se presume del mayor número de ministras para trasladar la imagen de gobierno moderno e igualitario. No estoy segura de que eso sea correcto. Más bien creo que no lo es.
El querer alardear de un gabinete con mayor presencia femenina, lleva implícita la búsqueda de la rentabilidad política.
Luego no es una cuestión de principios carente de otros intereses.
Si hay algo que tengo completamente experimentado y aprendido es la necesidad de que a las mujeres no se nos utilice más.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, fue elegida para esa responsabilidad por estar embarazada en el momento de su designación.
Nadie puede negar que resultaba tremendamente vendible la imagen de una mujer en ese ministerio, máxime con barriga y vestidos premamá.
Por la personalidad que intuyo en la ministra, casi podría asegurar que toda su vida ha mirado al ejército con desdén considerándolo prescindible y rancio.
En este caso, para mí, queda fuera de toda duda la utilización política de su sexo.
La ministra Bibiana Aído es ahijada de Chaves, cuando no existían los bautizos laicos.
Estoy convencida de que si tuviera que elegir, ahora preferiría una ceremonia hortera de Zerolo y también le adornaría ese añadido progresista de última generación.
Su único mérito era éste, el padrino Chaves.
Como es mujer y utilizable, no importa la ausencia de experiencia y formación.
Como iba a ser ministra de Igualdad, no importa que sea mujer.
Otro caso claro de la utilización política del sexo.
Aunque no sea ministra, por la actualidad del personaje, no puedo olvidarme de Leire Pajín.
Es evidente que dadas sus cualidades, si fuese hombre no ocuparía el cargo que desempeña. Igualmente si fuese hombre no le estarían quitando la piel por el fracaso en las europeas, que el PSOE quiere volcar sólo en ella salvando al género masculino en las personas del candidato y del propio Zapatero.
Leire es joven y mujer, productos ambos vendibles y que juntos, se potencian.
Tercer caso claro de la utilización política del sexo.
Creo que en el siglo XXI, y siempre, es de justicia que hombres y mujeres sean medidos por el mismo rasero.
Me gustaría, por justicia y eficacia, que a hombres y mujeres los nombraran por su valía y no por otras razones siempre discriminatorias.
Me sentiría muy orgullosa de poder mostrar al mundo lo que da de sí la capacidad de una mujer preparada y comprometida.
Me encantaría que incluso Zapatero se atreviera a vivir en igualdad, y exigiese a las mujeres preparación, solvencia y conocimientos para las responsabilidades que desempeñan desterrando del curriculum la cuadrícula del sexo.
Pero mucho me temo que es más rentable permitir a las mujeres sólo ciertos papeles.
Mientras puedan utilizarse y existan personas dispuestas a sacar tajada de esa explotación, para qué hacerse otros planteamientos más incómodos y exigentes.
En la política, con buenas técnicas de marketing, siguen dando mucho juego.
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