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VIOLENCIA FAMILIARUN FENÓMENO EN ALZA
.España registra 100 raptos internacionales de hijos en 2 años.
• El aumento de parejas mixtas dispara la cifra de menores sustraídos del país a la fuerza
• Las oenegés piden que esos secuestros se equiparen a la violencia sexista judicialmente
ANTONIO BAQUERO.BARCELONA.19/4/2009
Solo salen a la luz como dramas puntuales:
1.-una española que ha visto cómo su marido se llevaba a su hija a Irak;
2.-una niña francesa de 3 años secuestrada 3 veces, 2 por su madre rusa y 1 por su padre francés
Sin embargo, el secuestro de niños por uno de los padres, que lo traslada a un país extranjero sin el consentimiento del otro progenitor, es un fenómeno en crecimiento en toda Europa y, especialmente, en España desde que la inmigración disparó los matrimonios mixtos.
Aunque la ley castiga estos hechos con hasta 4 años de cárcel, las víctimas reclaman a la Administración española que equipare ese fenómeno con el de la violencia sexista para que se actúe de forma preventiva cuando exista amenaza de rapto.
El Ministerio de Exteriores tramita actualmente 84 casos de hijos secuestrados y llevados fuera de España.
Sin embargo, la Fundación Child Care, entidad española que asiste a progenitores que han sufrido el rapto de hijos por parte de sus cónyuges o exparejas, alerta que en los últimos 2 años ha abierto unos 100 nuevos expedientes.
Solo en el 2008 inició 38 casos de sustracción internacional de menores que afectaban a 46 niños. De ellos, 37 fueron secuestrados, y 9, amenazados.
En el 2007, fueron raptados 47 niños, pero solo 1 fue recuperado.
Desde 1997, esta entidad ha recibido denuncias sobre el secuestro de 362 niños y ha localizado a menores españoles en 25 países tan dispares como Marruecos, EEUU, Sudán, Siria y Turquía.
La legislación internacional, basada en el Convenio de la Haya, establece que el menor debe ser devuelto a su lugar de residencia habitual, sea cual sea su nacionalidad.
SOLUCIONES COMPLICADAS.
El retorno de esos menores es complicado. Una trabajadora social de Child Care explica que en muchos casos ni siquiera se sabe a qué país han sido trasladados.
"Su padre lo lleva y desaparece", cuenta esta profesional.
Si el pequeño ha sido trasladado a otro país de la Unión Europea, las posibilidades de que regrese a su hogar son mucho mayores que si es un Estado no comunitario.
"Entonces, las legislaciones chocan. Hay países árabes donde la custodia es solo del padre", dice esta trabajadora social.
Adolfo Alonso, presidente de Child Care, señala que "la llegada a España de miles de inmigrantes y la consiguiente multiplicación de matrimonios de españoles con extranjeros o entre foráneos de la misma o distinta nacionalidades ha hecho aumentar enormemente los casos".
"Cuando se produce una ruptura en el seno de un pareja formada por personas de países distintos, existe el riesgo de que uno de los miembros opte por llevarse a los hijos a su tierra sin el consentimiento de su esposo o esposa", cuenta Alonso, quien señala que uno de los patrones que suele producirse es "el del marido que sabe que no le van a dar la custodia de sus hijos y que, antes de perderla, se los lleva a su país".
AL SON DE LA SOCIEDAD.
"Este es un fenómeno que cambia según cambia la sociedad", afirma el presidente de Child Care. Y precisa: "Antes había muchos casos de padres de origen árabe que se llevaban a sus hijos. Ahora abundan los de padres y madres originarios de Europa del Este".
También han aumentado los traslados no consentidos de hijos de británicos residentes en España.
La Fundación Child Care trabaja para que el Gobierno pase a considerar el secuestro (o la amenaza) de un menor "como una acción de violencia doméstica".
"Apartar a un hijo de su padre o de su madre es una acción de violencia psicológica. El perfil es el de un maltratador", comenta Alonso, quien lamenta que este drama este ausente en las políticas del Gobierno.
La intención de esta entidad es introducir la actuación preventiva de la justicia cuando exista la amenaza de secuestro de un hijo por parte de uno de sus progenitores, pues actualmente la Administración solo actúa cuando el menor ya ha sido raptado.
Sin embargo, fuentes del Ministerio de Igualdad reconocen que por el momento no se han planteado esa medida.
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