La presidenta de Familia del ICALI habla de algunas dudas más frecuentes que tiene un matrimonio cuando está pensando en el divorcio.
Andrea Reinosa, Alicante,1 octubre 2025
En España, en el año 2024 se registraron 82.991 divorcios, lo que supone un incremento del 8,2 % respecto al año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, durante el 1º trimestre de 2024 se produjeron más de 30 divorcios al día en la Comunitat Valenciana.
El repunte consolida la tendencia al alza tras varios años de descenso en las rupturas matrimoniales. Un fenómeno que no solo refleja cambios sociales, sino también las dificultades económicas y emocionales que atraviesan muchas familias.
Desde EL ESPAÑOL de Alicante hemos hablado con la presidenta de la Sección de Familia del ICALI, Julia Falcó, para resolver algunas de las dudas más frecuentes que afrontan los matrimonios cuando están a punto de divorciarse o ya han dado el paso.
El divorcio: "antieconómico"
A diferencia de lo que ocurre con la medicina, en España no existe la figura del "abogado preventivo". La mayoría de las parejas busca asesoramiento legal cuando la crisis ya es un hecho. Llegan a los despachos, como explica Falcó, "muy informadas, pero mal informadas" por lo que han leído en internet.
Las 1ªs dudas giran en torno a los hijos, la vivienda y las obligaciones económicas. La abogada destaca que el gran obstáculo es el dinero. "Divorciarse sale muy caro", afirma.
El problema principal es la vivienda. El cónyuge que abandona el domicilio se ve obligado a buscar un lugar alternativo donde vivir, apto además para los hijos en caso de custodia compartida o visitas de fin de semana.
"¿Quién puede aguantar hoy en día estar pagando la mitad de la hipoteca de la casa familiar y además tener que pagarse el alquiler?", resume en una pregunta.
El divorcio implica duplicar gastos: hipoteca o alquiler, suministros y comunidad. Aun así, las parejas priorizan el bienestar emocional, aunque algunas acaban conviviendo bajo el mismo techo pese a la separación, lo que conlleva un "coste emocional importante" para toda la familia.
Divorcio contencioso
Cuando no existe acuerdo, el proceso se judicializa. La parte interesada debe presentar una demanda contenciosa y, aunque el otro cónyuge se oponga, el juez está obligado a concederlo. "No te puede obligar a vivir con una persona con la que no quieres vivir", subraya Falcó.
En los juzgados especializados de Alicante o Elche, un divorcio contencioso puede resolverse en una media de 4 a 5 meses en Iª instancia. Además, las sentencias son ejecutivas desde el momento en que se dictan, incluso si se recurren, para proteger el interés del menor.
Sobre vivienda y custodia
La atribución del uso de la vivienda depende de la custodia. Si esta es exclusiva, el progenitor custodio mantiene el derecho de uso hasta que el hijo menor cumpla 18 años.
En custodia compartida, la situación cambia. La opción de la "casa nido", donde los hijos permanecen en la vivienda y los padres rotan, está desaconsejada por el Tribunal Supremo por ser antieconómica y conflictiva.
Lo habitual es que uno de los progenitores permanezca temporalmente en el domicilio, normalmente quien tiene menor capacidad económica.
Los jueces valoran la edad de los hijos, la disponibilidad horaria de los padres, la cercanía al colegio, las condiciones de la vivienda y la implicación pasada en la crianza. Todo con un criterio rector: el interés superior del menor.
Sobre la pensión
Para calcular la pensión de alimentos, los tribunales emplean tablas orientativas que consideran ingresos, número de hijos, tipo de custodia y comunidad autónoma.
Fuera de esta pensión quedan los gastos educativos o extraordinarios, que suelen dividirse al 50 % si la situación económica lo permite.
En caso de impago, el progenitor custodio puede presentar demanda tras el 1º mes de incumplimiento.
El juzgado puede embargar cuentas, devoluciones de impuestos o nóminas.
"El crédito por alimentos es privilegiado", recalca Falcó, lo que permite embargar incluso prestaciones o subsidios.
El consejo clave
Falcó insiste en que el divorcio no debe arrastrar a los menores. "Dejar a los hijos a un lado", recomienda, hablando con ellos solo cuando la decisión esté tomada y evitando cualquier descalificación hacia el otro progenitor.
"Es mejor unos padres separados y que los niños estén tranquilos, que serán más felices así, que unos padres juntos donde se nota que hay un desamor", concluye.
Además, otro de los consejos de prevención que da la abogada es que, si las personas están casadas en régimen de separación de bienes, guarden todas las facturas de lo que compren, ya sea un frigorífico, un mueble o cualquier otra cosa.
La razón es que, en este régimen económico, "el bien pertenece a aquel a cuyo nombre figure la factura", explica la letrada.
Julia Falcó reconoce que esto es difícil porque el matrimonio se basa en el amor y la buena fe, y nadie compra algo pensando en una futura separación.
Sin embargo, insiste en que guardar estos documentos facilita mucho la labor de repartir los bienes si llega a producirse el divorcio.

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