El tiempo es un todo abstracto que nos hemos empeñado en dividir en segundos, minutos, horas, días y meses que sentimos que juegan en nuestra contra cuando se trata de ser o de hacer para acumular vivencias en lugar de arrepentimientos.
A pesar de que la experiencia es un grado y de que nuestros mayores son el mejor manual vital que existe, nos cuesta escuchar lo que nos tienen que decir cuando estamos cegados y cegadas por ese ego juvenil que nos hace creer que toda una vida por delante es suficiente para cumplir todos nuestros sueños y nuestros deseos.
A medida que vamos creciendo, nos vamos dando cuenta de que esa falacia esperanzadora a la que nos gustaba agarrarnos, se fuga entre los dedos de unas manos que se llenan de un puñado de cosas que no hubiéramos hecho (o sí) de otra manera.
El profesor Karl Limmer, en su libro "30 Lessons for Living", recogió el testimonio de más de 1.500 personas mayores de 65 años y las reunió en un legado literario de inmenso valor en el que se llega a la conclusión de que hay una tendencia a repetir los mismos patrones sociológicos que nos conducen a arrepentirnos de las mismas cosas.
Creemos, erróneamente, que ya no tenemos edad para hacer ciertas cosas o que algunas circunstancias o sentimientos son irreversibles, pero lo cierto es que lo del carpe diem no conoce de estaciones vitales.
A pesar de que la experiencia es un grado y de que nuestros mayores son el mejor manual vital que existe, nos cuesta escuchar lo que nos tienen que decir cuando estamos cegados y cegadas por ese ego juvenil que nos hace creer que toda una vida por delante es suficiente para cumplir todos nuestros sueños y nuestros deseos.
A medida que vamos creciendo, nos vamos dando cuenta de que esa falacia esperanzadora a la que nos gustaba agarrarnos, se fuga entre los dedos de unas manos que se llenan de un puñado de cosas que no hubiéramos hecho (o sí) de otra manera.
El profesor Karl Limmer, en su libro "30 Lessons for Living", recogió el testimonio de más de 1.500 personas mayores de 65 años y las reunió en un legado literario de inmenso valor en el que se llega a la conclusión de que hay una tendencia a repetir los mismos patrones sociológicos que nos conducen a arrepentirnos de las mismas cosas.
Creemos, erróneamente, que ya no tenemos edad para hacer ciertas cosas o que algunas circunstancias o sentimientos son irreversibles, pero lo cierto es que lo del carpe diem no conoce de estaciones vitales.
Quizás sólo hay que saber de qué se arrepienten los y las demás para apartar esa piedra del camino antes de que volvamos a tropezar con ella.
Estas son 10 de las lecciones que el libro de Limmer nos deja, 10 cosas de las que más se arrepienten los mayores:
1. De no haber dicho que "sí" a todas las oportunidades que se les plantearon en cualquier circunstancia. La mayoría de las cosas que más nos pesan en la vejez son las que no hemos hecho, no las que sí.
2. De haber trabajado con el único propósito de ganar dinero.
Estas son 10 de las lecciones que el libro de Limmer nos deja, 10 cosas de las que más se arrepienten los mayores:
1. De no haber dicho que "sí" a todas las oportunidades que se les plantearon en cualquier circunstancia. La mayoría de las cosas que más nos pesan en la vejez son las que no hemos hecho, no las que sí.
2. De haber trabajado con el único propósito de ganar dinero.
Aunque muchas veces no conseguimos realizarnos en el trabajo que deseamos, de entrada sería inteligente evitar perseguir un puesto que no nos hará felices pero nos proporcionará bienestar material.
3. De haber sido egoístas e individualistas en sus matrimonios.
3. De haber sido egoístas e individualistas en sus matrimonios.
Lo más importante para la pervivencia de la relación es compartir las mismas metas
4. De no haberse enfrentado a ciertos miedos. Las personas triunfadoras en la vida son aquellas que son capaces de extraer sabiduría de cada situación que afrontan en su vida, aunque esta no sea positiva a priori.
5. De no haber pasado más tiempo con sus hijos e hijas. La educación y los valores de los hijos dependen del tiempo que les dediquemos.
4. De no haberse enfrentado a ciertos miedos. Las personas triunfadoras en la vida son aquellas que son capaces de extraer sabiduría de cada situación que afrontan en su vida, aunque esta no sea positiva a priori.
5. De no haber pasado más tiempo con sus hijos e hijas. La educación y los valores de los hijos dependen del tiempo que les dediquemos.
Los niños y las niñas no se educan solos, por mucho que en ocasiones sea más sencillo buscarles el mayor número de actividades extraescolares posibles.
6. De no haber viajado más. No todos tenemos la misma disponibilidad, ni el tiempo ni el dinero para poder viajar con asiduidad, pero todos los que han viajado en abundancia coinciden en que fue algo esencial para abrir sus miras y ver desde otro punto de vista su existencia cotidiana.
6. De no haber viajado más. No todos tenemos la misma disponibilidad, ni el tiempo ni el dinero para poder viajar con asiduidad, pero todos los que han viajado en abundancia coinciden en que fue algo esencial para abrir sus miras y ver desde otro punto de vista su existencia cotidiana.
Igual tampoco hay que irse demasiado lejos.
7. De haber intentado luchar contra el envejecimiento.
7. De haber intentado luchar contra el envejecimiento.
Es un proceso irreversible que tarde o temprano nos termina llegando a todos y todas, por lo que negarlo puede derivar en comportamientos que nos causen un daño mental o emocional.
8. De no haberle dado el valor suficiente a su tiempo. Tener siempre presente que nuestro tiempo en este mundo es limitado no tiene por qué llevarnos a la tristeza y a la frustración, sino todo lo contrario, nos puede servir para aprovechar al máximo posible nuestros momentos.
9. De haber pensado que la felicidad era la meta. La felicidad no debe ser el final del camino, sino nuestro punto de partida.
10. De no haber cuidado suficientemente a sus amigos y amigas.
8. De no haberle dado el valor suficiente a su tiempo. Tener siempre presente que nuestro tiempo en este mundo es limitado no tiene por qué llevarnos a la tristeza y a la frustración, sino todo lo contrario, nos puede servir para aprovechar al máximo posible nuestros momentos.
9. De haber pensado que la felicidad era la meta. La felicidad no debe ser el final del camino, sino nuestro punto de partida.
10. De no haber cuidado suficientemente a sus amigos y amigas.
Uno de los grandes peligros del envejecimiento es la soledad, que puede verse agravada por los diferentes problemas de salud, las dificultades de movilidad o la jubilación.
No hay que perder nunca de vista a los amigos ni a la familia.
¿Estáis ya preparados y preparadas para alcanzar vuestra plenitud libres de arrepentimientos?
¿Estáis ya preparados y preparadas para alcanzar vuestra plenitud libres de arrepentimientos?
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