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Alienación parental: el síndrome que podría afectar a los hijos de Rocío Carrasco.En su apoyo a Rocío Carrasco, Rocío Monasterio hablaba de la alienación parental, un síndrome que pueden sufrir niños manipulados por uno de sus progenitores para que rechacen al otro
ABC, MADRID,23/03/2021
El pasado domingo 21 de marzo Mediaset estrenó los 1ºs 2 capítulos de la docuserie 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', producido por La Fábrica de la Tele. En ella pudimos ver a Rocío Carrasco, la hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco, abriéndose en canal, rompiendo el silencio que había guardado durante 25 años. Sus declaraciones fueron verdaderamente impactantes y volvieron a sacar a la luz temas como la violencia de género y la manipulación.
La hija de la tonadillera recibió un gran nº de apoyos en redes sociales. Mujeres de partidos políticos muy dispares salieron en su defensa, ofreciéndole su comprensión y su ánimo.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, identificaba el testimonio de Rocío con el de una víctima de violencia de género y acompañaba sus tuits con el hashtag #RocíoYoSíTeCreo.
Por su parte, la presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, hacía referencia al síndrome de alienación parental, refiriéndose en especial a estas declaraciones de Carrasco: «Yo soy víctima, pero ellos también son víctimas de una mente diabólica. Él ha conseguido lo que me dijo cuando me fui a separar. Él me ha quitado a lo más importante que yo tengo en vida, que son mis hijos. Y me los ha quitado teniéndolos. Porque no me los ha quitado, ha hecho que me odien y que tengan esa imagen de mí. Que es mucho más cruel, si cabe».
Pero ¿en qué consiste el síndrome de alienación parental? ¿Es una enfermedad? ¿Quién puede sufrirla? ¿Qué efectos produce?
Síndrome de Alienación Parental
El psiquiatra Richard Gardner acuñó el término de Síndrome de Alienación Parental o SAP en el año 1985, haciendo referencia al rechazo que un niño puede llegar a sentir hacia uno de sus progenitores como consecuencia de diferentes estrategias de manipulación por parte del otro.
El objetivo de esta manipulación es ejercer una influencia sobre el pensamiento del hijo o de la hija con el propósito de perjudicar la relación que tiene con el padre o la madre.
Esta alienación parental no es un síndrome médico, un trastorno reconocido, pues no ha sido avalado por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo se ha estudiado su inclusión en la quinta edición del 'Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales' (DMS-5), realizado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
Sus defensores aseguran que se utiliza como un método de maltrato hacia la otra persona y hacia los hijos y que es necesario que se investigue más sobre el tema e incluso que se endurezcan las leyes si se producen situaciones de este tipo.
En España
La Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) tampoco reconoce este síndrome como un trastorno médico. Según un artículo publicado en el año 2010 sobre el tema, el SAP supone un «grave intento de medicalizar lo que es una lucha de poder por la custodia de un hijo».
Esta alienación parental no es un síndrome médico, un trastorno reconocido, pues no ha sido avalado por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo se ha estudiado su inclusión en la quinta edición del 'Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales' (DMS-5), realizado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
Sus defensores aseguran que se utiliza como un método de maltrato hacia la otra persona y hacia los hijos y que es necesario que se investigue más sobre el tema e incluso que se endurezcan las leyes si se producen situaciones de este tipo.
En España
La Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) tampoco reconoce este síndrome como un trastorno médico. Según un artículo publicado en el año 2010 sobre el tema, el SAP supone un «grave intento de medicalizar lo que es una lucha de poder por la custodia de un hijo».
Se produce un abuso del término psiquiátrico o psicológico y se olvida el papel que juega la 'víctima' del 'alienador'.
Además, la asociación asegura que existe un sesgo de género en las descripciones del SAP y que «la mayoría de los cónyuges 'alienadores' son en su opinión 'mujeres que odian a los hombres'. Cualquier intento de estas por rebelarse ante el riesgo de retirada de custodia de su hijo, se convierte en nuevas pruebas de la alienación y de la programación a que someten al hijo».
A principios del mes de octubre de 2020, la ministra de Igualdad, Irene Montero, anunció que el Gobierno quería acabar con la aplicación del síndrome de alienación parental a la hora de determinar la custodia de los menores, al considerar que carece de aval científico e invalida el derecho de los niños a ser escuchados.
Como explica la AEN: «se desoyen con base al SAP las protestas o acusaciones del niño (y de la madre) de maltrato o abuso. Aunque Gardner especifica que en caso de abuso no se debe de diagnosticar de SAP, el riesgo de dejar a un niño cuyas quejas son descalificadas y no escuchadas por considerarlas producto de una programación, en manos de un progenitor maltratador es muy alto».
Cómo se identifica este síndrome
Según Richard Gardner, existen 3 grados en el síndrome de alienación parental: el leve, el moderado y el grave. Los hijos que lo sufren suelen desarrollar un odio patológico e injustificado hacia uno de sus progenitores el cual es provocado por la otra persona y suele tener un impacto muy grande en el desarrollo físico y psicológico del niño o de la niña.
También puede producirse una especie de animadversión sin llegar al odio, un sentimiento de indiferencia o rechazo, dejando de ver al progenitor como a una figura de amor y de respeto de la que sentirse orgulloso.
Además, la asociación asegura que existe un sesgo de género en las descripciones del SAP y que «la mayoría de los cónyuges 'alienadores' son en su opinión 'mujeres que odian a los hombres'. Cualquier intento de estas por rebelarse ante el riesgo de retirada de custodia de su hijo, se convierte en nuevas pruebas de la alienación y de la programación a que someten al hijo».
A principios del mes de octubre de 2020, la ministra de Igualdad, Irene Montero, anunció que el Gobierno quería acabar con la aplicación del síndrome de alienación parental a la hora de determinar la custodia de los menores, al considerar que carece de aval científico e invalida el derecho de los niños a ser escuchados.
Como explica la AEN: «se desoyen con base al SAP las protestas o acusaciones del niño (y de la madre) de maltrato o abuso. Aunque Gardner especifica que en caso de abuso no se debe de diagnosticar de SAP, el riesgo de dejar a un niño cuyas quejas son descalificadas y no escuchadas por considerarlas producto de una programación, en manos de un progenitor maltratador es muy alto».
Cómo se identifica este síndrome
Según Richard Gardner, existen 3 grados en el síndrome de alienación parental: el leve, el moderado y el grave. Los hijos que lo sufren suelen desarrollar un odio patológico e injustificado hacia uno de sus progenitores el cual es provocado por la otra persona y suele tener un impacto muy grande en el desarrollo físico y psicológico del niño o de la niña.
También puede producirse una especie de animadversión sin llegar al odio, un sentimiento de indiferencia o rechazo, dejando de ver al progenitor como a una figura de amor y de respeto de la que sentirse orgulloso.
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