Melissa González, 24 Ene 2021
Quizás no entiendas el porqué de esa sensación, no encuentres una razón para ello o incluso te parezca que lo tienes todo para ser feliz: un buen trabajo, amigos, una familia que te quiere etc., y, sin embargo, algo falla. Eso es lo que muchas veces nos lleva a decir «me siento vacío» sin un por qué concreto porque aparentemente todo está bien.
La necesidad de conocer aquello que nos impide avanzar y completar nuestra felicidad es lo que llevó a la psicóloga Irene López Assor a escribir «10 obstáculos que te impiden ser feliz». En ese libro, la autora señala 10 impedimentos, las características que tienen, por qué surgen y cuáles son las consecuencias para nuestra vida. Con su ayuda, descubriremos por qué actuamos de un modo u otro, aprenderemos a identificar nuestros propios obstáculos y conoceremos todas las herramientas necesarias para superarlos por sí mismo. Aunque vencerlos y lograr con ello una vida plena depende de cada uno...
«Esa sensación de sentirse vacío viene dada porque somos niños insatisfechos y muchas veces seguimos un patrón infantil. Si somos adultos con nuestras necesidades cubiertas, ¿por qué nos empeñamos en no sentirnos satisfechos con ello? Solemos tener un concepto de carencia continuo que no nos deja avanzar», explica la psicológa.
La necesidad de conocer aquello que nos impide avanzar y completar nuestra felicidad es lo que llevó a la psicóloga Irene López Assor a escribir «10 obstáculos que te impiden ser feliz». En ese libro, la autora señala 10 impedimentos, las características que tienen, por qué surgen y cuáles son las consecuencias para nuestra vida. Con su ayuda, descubriremos por qué actuamos de un modo u otro, aprenderemos a identificar nuestros propios obstáculos y conoceremos todas las herramientas necesarias para superarlos por sí mismo. Aunque vencerlos y lograr con ello una vida plena depende de cada uno...
«Esa sensación de sentirse vacío viene dada porque somos niños insatisfechos y muchas veces seguimos un patrón infantil. Si somos adultos con nuestras necesidades cubiertas, ¿por qué nos empeñamos en no sentirnos satisfechos con ello? Solemos tener un concepto de carencia continuo que no nos deja avanzar», explica la psicológa.
Menos expectativas, más realidad.
Cabe destacar, por delante de los obstáculos que ha identificado Irene López Assor, que el 1º motivo por el que no se alcanza la felicidad es por tener las expectativas demasiado altas: «Si tenemos expectativas demasiado altas vamos a caer en la frustración. Las metas cuanto más altas sean más posibilidades tenemos de procrastinarlas», dice la experta. Es por eso que siempre será mejor «tener cero de expectativas», haciendo las cosas por un objetivo: «Si luego nos llevamos más de lo que esperábamos, pues fenomenal».
La autora de «10 obstáculos que te impiden ser feliz» alerta de la importancia de no inculcar en el «tú puedes con todo y más» porque, tal como explica, «no todos pueden con todo». «No se pueden crear expectativas cuando no son reales. Si por ejemplo a alguien con depresión le digo que mañana se va a levantar genial y va a vivir un día de positivismo, le estoy mintiendo y creando falsas expectativas. Lo ideal es que cada uno haga lo que se ajuste a sus competencias y habilidades».
¿Cómo afecta la relación que tienes con tu madre a tu vida actual? ¿Cuáles son las consecuencias de las frustraciones que sufriste en tu infancia? ¿Por qué siempre caes en la procrastinación?
Cabe destacar, por delante de los obstáculos que ha identificado Irene López Assor, que el 1º motivo por el que no se alcanza la felicidad es por tener las expectativas demasiado altas: «Si tenemos expectativas demasiado altas vamos a caer en la frustración. Las metas cuanto más altas sean más posibilidades tenemos de procrastinarlas», dice la experta. Es por eso que siempre será mejor «tener cero de expectativas», haciendo las cosas por un objetivo: «Si luego nos llevamos más de lo que esperábamos, pues fenomenal».
La autora de «10 obstáculos que te impiden ser feliz» alerta de la importancia de no inculcar en el «tú puedes con todo y más» porque, tal como explica, «no todos pueden con todo». «No se pueden crear expectativas cuando no son reales. Si por ejemplo a alguien con depresión le digo que mañana se va a levantar genial y va a vivir un día de positivismo, le estoy mintiendo y creando falsas expectativas. Lo ideal es que cada uno haga lo que se ajuste a sus competencias y habilidades».
¿Cómo afecta la relación que tienes con tu madre a tu vida actual? ¿Cuáles son las consecuencias de las frustraciones que sufriste en tu infancia? ¿Por qué siempre caes en la procrastinación?
Irene López Assor señala los siguientes impedimentos que nos ralentizan alcanzar la añorada felicidad.
1. Madre tóxica. Resulta extraño pensar que nuestra propia madre pueda ser un impedimento para ser felices, pero asegura la escritora que es más común de lo que pensamos. «El tema de las madres es uno de los principales motivos que se trata en una consulta de psicología, sobre todo el tipo de relación que tenemos con nuestra madre y ese vínculo que creamos, ya que, al analizarlo en profundidad, descubrimos cómo va a repercutir o cómo está repercutiendo en nuestras relaciones sociales, tanto de pareja como de amigos», cuenta.
Define la autora de «10 obstáculos que te impiden ser feliz» a la madre tóxica como aquella que «tiene una visión negativa del mundo». Suelen ser madres muy destructivas, muy victimistas, posesivas y controladoras la mayor parte del tiempo. «Lo que hay que tener claro es que la actitud de los padres hacia los hijos va a ser determinante a la hora de que el niño desarrolle correctamente su personalidad», asegura.
2. Frustración. Las personas con una baja tolerancia a la frustración son muy tediosas, tienen una incapacidad emocional y una tendencia muy marcada a estar todo el día enfadadas. Al parecer, esto comienza al ser adultos, cuando se es consciente de que no se ha tenido una buena infancia, y es ahí donde aflora la 1ª frustración.
Se buscará satisfacer las necesidades de una forma inmediata. Cuando esta persona tiene que enfrentarse a esperar algo o se da que hay que postergar algo de forma involuntaria, se activan de manera explosiva los ataques de ira o de tristeza.
«Si no se tiene una buena tolerancia a la frustración, es normal que haga, aunque sea de manera inconsciente, chantaje emocional. Es decir, cuando se siente que no se cumple un objetivo de manera inmediata, esa persona va a empezar a manipular con mensajes a otras personas, mensajes que pueden ser hirientes, centrados en la crítica, para debilitar al otro y conseguir el objetivo», alerta Irene López Assor.
1. Madre tóxica. Resulta extraño pensar que nuestra propia madre pueda ser un impedimento para ser felices, pero asegura la escritora que es más común de lo que pensamos. «El tema de las madres es uno de los principales motivos que se trata en una consulta de psicología, sobre todo el tipo de relación que tenemos con nuestra madre y ese vínculo que creamos, ya que, al analizarlo en profundidad, descubrimos cómo va a repercutir o cómo está repercutiendo en nuestras relaciones sociales, tanto de pareja como de amigos», cuenta.
Define la autora de «10 obstáculos que te impiden ser feliz» a la madre tóxica como aquella que «tiene una visión negativa del mundo». Suelen ser madres muy destructivas, muy victimistas, posesivas y controladoras la mayor parte del tiempo. «Lo que hay que tener claro es que la actitud de los padres hacia los hijos va a ser determinante a la hora de que el niño desarrolle correctamente su personalidad», asegura.
2. Frustración. Las personas con una baja tolerancia a la frustración son muy tediosas, tienen una incapacidad emocional y una tendencia muy marcada a estar todo el día enfadadas. Al parecer, esto comienza al ser adultos, cuando se es consciente de que no se ha tenido una buena infancia, y es ahí donde aflora la 1ª frustración.
Se buscará satisfacer las necesidades de una forma inmediata. Cuando esta persona tiene que enfrentarse a esperar algo o se da que hay que postergar algo de forma involuntaria, se activan de manera explosiva los ataques de ira o de tristeza.
«Si no se tiene una buena tolerancia a la frustración, es normal que haga, aunque sea de manera inconsciente, chantaje emocional. Es decir, cuando se siente que no se cumple un objetivo de manera inmediata, esa persona va a empezar a manipular con mensajes a otras personas, mensajes que pueden ser hirientes, centrados en la crítica, para debilitar al otro y conseguir el objetivo», alerta Irene López Assor.
Estas serían algunas de las herramientas para sentirse menos frustrado:
- No te dejes llevar por las emociones intensas
- Date un momento de pausa.
- Siente la libertad de tu toma de decisiones.
- Controla tus impulsos.
3. Autoexigencia.
4. Ego y soberbia. El ego, en palabras de Irene López Assor, es una mezcla de una soberbia mal llevada y un ego exacerbado. «En el mundo actual, hay un exceso de mirada puesta en uno mismo y, por lo tanto, lo que ocurre es que no reconocemos al otro y al no reconocer al otro vamos a ir desdibujándonos. Al final, perdemos el norte, caemos en la trampa del ego, de «Yo soy lo importante», «Sólo yo tengo razón», «Sólo mi pensamiento es el válido», y esto concatena con la dificultad de conectar con el otro y, por ende, de conectar con uno mismo», advierte.
5. Amistad tóxica. Una amistad tóxica puede llegar a hacernos mucho daño y no solo hay que saber identificarlas, también saber no compartir nuestras alegrías con ellas porque no serán capaces de alegrarse por nosotros. Este tipo de personas te recuerdan tus errores, solo están cuando necesitan algo de ti, no hay reciprocidad y te hacen sentir peor de lo que ya estás, entre otros.
6. Desamor. ¿Quién no ha pasado por una ruptura? Cuando se está en este duelo se pasan por diferentes etapas hasta: duelo, desorientación vital, dar tiempo al proceso, drama y victimismo y por último aceptación. «Ese dolor de la ruptura tiene un tiempo de caducidad y va a depender de cada historia, pero está descrito por la comunidad de salud mental que el tiempo máximo de duelo es de 1 año», dice la experta.
7. Envidia. Este asunto hay que abordarlo desde 2 perspectivas: quien genera envidia y quien sufre la del resto: «Uno genera envidia pero también la produce. Hay que intentar que esa envidia que generamos no nos dañe y no entremos en ese juego porque nos intoxicará», dice Irene López Assor. Por otro lado está la envidia de avaricia, donde la fuente de felicidad de muchos es el mal de los demás: «Este tipo de personas se desdibujan porque no tienen metas propias, son solo las ajenas».
8. Culpa. La psicóloga diferencia 2 tipos de culpa: la deuda emocional y aquella que no nos permite ser felices porque no nos perdonamos:
- No te dejes llevar por las emociones intensas
- Date un momento de pausa.
- Siente la libertad de tu toma de decisiones.
- Controla tus impulsos.
3. Autoexigencia.
4. Ego y soberbia. El ego, en palabras de Irene López Assor, es una mezcla de una soberbia mal llevada y un ego exacerbado. «En el mundo actual, hay un exceso de mirada puesta en uno mismo y, por lo tanto, lo que ocurre es que no reconocemos al otro y al no reconocer al otro vamos a ir desdibujándonos. Al final, perdemos el norte, caemos en la trampa del ego, de «Yo soy lo importante», «Sólo yo tengo razón», «Sólo mi pensamiento es el válido», y esto concatena con la dificultad de conectar con el otro y, por ende, de conectar con uno mismo», advierte.
5. Amistad tóxica. Una amistad tóxica puede llegar a hacernos mucho daño y no solo hay que saber identificarlas, también saber no compartir nuestras alegrías con ellas porque no serán capaces de alegrarse por nosotros. Este tipo de personas te recuerdan tus errores, solo están cuando necesitan algo de ti, no hay reciprocidad y te hacen sentir peor de lo que ya estás, entre otros.
6. Desamor. ¿Quién no ha pasado por una ruptura? Cuando se está en este duelo se pasan por diferentes etapas hasta: duelo, desorientación vital, dar tiempo al proceso, drama y victimismo y por último aceptación. «Ese dolor de la ruptura tiene un tiempo de caducidad y va a depender de cada historia, pero está descrito por la comunidad de salud mental que el tiempo máximo de duelo es de 1 año», dice la experta.
7. Envidia. Este asunto hay que abordarlo desde 2 perspectivas: quien genera envidia y quien sufre la del resto: «Uno genera envidia pero también la produce. Hay que intentar que esa envidia que generamos no nos dañe y no entremos en ese juego porque nos intoxicará», dice Irene López Assor. Por otro lado está la envidia de avaricia, donde la fuente de felicidad de muchos es el mal de los demás: «Este tipo de personas se desdibujan porque no tienen metas propias, son solo las ajenas».
8. Culpa. La psicóloga diferencia 2 tipos de culpa: la deuda emocional y aquella que no nos permite ser felices porque no nos perdonamos:
«En la 1ª yo me siento culpable porque otra persona ha hecho algo bueno por mí y yo genero deuda emocional, donde no disfruto de mi éxito, no disfruto, no me expando...». La otra culpa. parece ser, es la del arrepentimiento por algo que ya no se puede cambiar: «Sería la culpa que siente una madre porque su hijo en la adolescencia está muy rebelde, y surgen las dudas de si se le ha educado bien, si se ha sido buena madre en su niñez...
«Sería aconsejable tener en cuenta en estos casos la autocompasión porque es un bálsamo que nada negativo que nos aleja de la culpa. Hay que quererse un poco más y ser más flexibles con nosotros mismos», aconseja.
9. Efecto Pigmalión. Se refiere a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona sobre otra. Si alguien nos está constantemente animando con un «tú puedes», «lo haces genial», «eres el mejor en lo tuyo» o, por el contrario, si nos dicen «esto es demasiado para ti», «no vas a conseguirlo»...
10. Procrastinación. ¿Conoces el famoso «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy»? Se trata de otro de los impedimentos para ser feliz.
Ahora es momento de pararte a pensar y responder a la siguiente pregunta: ¿Cuántas de estas dificultades me frenan a la hora de alcanzar la felicidad que busco?
«Sería aconsejable tener en cuenta en estos casos la autocompasión porque es un bálsamo que nada negativo que nos aleja de la culpa. Hay que quererse un poco más y ser más flexibles con nosotros mismos», aconseja.
9. Efecto Pigmalión. Se refiere a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona sobre otra. Si alguien nos está constantemente animando con un «tú puedes», «lo haces genial», «eres el mejor en lo tuyo» o, por el contrario, si nos dicen «esto es demasiado para ti», «no vas a conseguirlo»...
10. Procrastinación. ¿Conoces el famoso «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy»? Se trata de otro de los impedimentos para ser feliz.
Ahora es momento de pararte a pensar y responder a la siguiente pregunta: ¿Cuántas de estas dificultades me frenan a la hora de alcanzar la felicidad que busco?
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