miércoles, 10 de julio de 2019

Divorcio: Cuando también deciden los menores.

El falso debate entre custodia monoparental o custodia compartida esconde en ocasiones intereses ocultos pero visibles que atañen, al menos eso creen algunos, al uso de la vivienda familiar y el pago de pensiones de alimentos.
Rafael Soto Rueda, Abogado, 9 julio 2019,
Aquellos que han tenido que pasar por el mal trago de gestionar cuestiones familiares en los juzgados de Málaga capital saben que aquella frase de «tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando» no sería aplicable en nuestros juzgados de familia.
En Málaga los procedimientos de familia se reparten no según entran al juzgado sino conforme al apellido de la madre de la criatura o de la mujer, y ya le digo yo que no es lo mismo que el asunto se tramite en el juzgado nº5 que en el nº 6 que en el 16. Y algunos este detalle lo sabemos.
Comencemos diciendo que los procedimientos de familia han dejado de ser un juicio entre letrados, ya que existiendo menores, estos procedimientos «los deciden estos menores» aunque por parte de los profesionales que nos dedicamos a esto intentemos defender lo contrario, y todo ello en base a un santo grial llamado el interés superior del menor que es un faro que se supone ha de guiar el derecho de familia pero que en más de una ocasión nos deslumbra hasta dejarnos ciegos.
Si los menores tienen 12 o más años, su decisión a efectos prácticos es casi ley, entre los 8 y 12 años dependerá de la madurez que el juzgado aprecie en sus manifestaciones vía exploración de menores o a través del informe de los equipos técnicos adscritos a los juzgados de familia, fundamentalmente la recomendación que hagan los psicólogos en cuanto al reparto de tiempo de los menores, y en base a ello se desprenden todas las consecuencias jurídicas que dicho reparto de tiempo tiene.
Hoy nos encontramos con que los menores tienen un decálogo de derechos que han de gestionar desde muy pequeños, los entiendan o no, o lo que es más relevante a mi juicio, se les pone el foco para que tomen decisiones que no debieran ser tomadas por niños, y no nos engañemos, a efectos prácticos las 'declaraciones' de menores de 12 o más años están determinando, vinculando y diseñando por décadas un núcleo familiar adulto.
Es decir, ¿en qué cabeza cabe que si mi compañera y yo decidimos si mi hijo de 12 años tiene móvil o no o que vaya de campamento o no, el hecho de dejar de ser pareja legitime a ese mismo niño de 12 años para que decida con quién va a vivir o si quiere o no quiere ver a su padre o a su madre o con qué frecuencia quiere verlos? o ¿cómo le explico yo a un padre o a una madre que si su niño de 12 años no quiere verlo pues que... no lo va a ver porque no se puede obligar a un niño de 12 años a hacer algo que no quiere hacer?
Una vez que los menores o los psicólogos han decidido el modelo de familia que le conviene a la familia y sugerido un reparto de tiempo entran en escena los criterios de su señoría, criterios que a día de hoy en nuestros juzgados son claros y evidentes, de ahí que no sea lo mismo que te monte Isabel o que te monte Fernando.
El falso debate entre custodia monoparental o custodia compartida esconde en ocasiones intereses ocultos pero visibles que atañen, al menos eso creen algunos, al uso de la vivienda familiar y el pago de pensiones de alimentos. Resulta curioso que algunos que defienden la custodia compartida no les suene para nada qué es eso de corresponsabilidad parental, creen que es un latinajo, y algunas que defienden la custodia monoparental se les llene la boca hablando de igualdad de derechos y oportunidades entre los diferentes sexos, sexas o sexes. Curioso, curioso.
Hoy en día las consecuencias de elección de un tipo u otro de custodia se han ido matizando, lo que sin duda es positivo, pero siguen pesando y mucho en ese falso debate entre ambas modalidades de custodia.
Lo bueno de todo esto es que sabiendo qué quieren nuestros hijos y conociendo el criterio de su señoría se nos da algo parecido a una certeza que los profesionales podemos trasladar a nuestro cliente, que a fin de cuentas es lo que quieren... ya sea Isabel ya sea Fernando.

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