Por 1ª vez los resultados que obtuvieron tenían sentido común y salieron casi de manera matemática.
GONZOO, 19.NOV.2017
No hay unas variables universales para medir la necesidad de pedir el divorcio después de un matrimonio fallido. Pero sí se puede calcular cuando sometes a las personas en grupos, según sus características más representativas.
Varios científicos indican que el obstáculo principal a la hora de realizar este tipo de estudio es la cuestión racial o el estado social de alguien, cuya raíz reside en la educación que ha recibido.
Hablando de educación esos expertos han decidido investigar el nº de divorcios según la profesión de cada individuo. Por 1ª vez los resultados que obtuvieron tenían sentido común y salían casi de manera matemática.
Así pues, según un estudio del estadístico Nathan Yau de la Oficina del Censo de los EE.UU., los baristas y camareros han arrasado en las oficinas de abogados en comparación con los médicos o matemáticos.
A 1ª vista, parece que los ingresos tienen que ver, ya que profesiones con menos estabilidad ocupan los 1ºs puestos. Pero como subraya el estudio, la clave está en la educación recibida.
Arquitectos, médicos, clérigos, militares o docentes no superan el 15% y Nathan Yau indica que se debe a su costumbre de comprometerse con su trabajo y someterse en una vida más estructurada.
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