un 50% en un año (2009)
Casi
4 mil hombres, exactamente 3.925, están en prisión por delitos de
violencia de género, frente a los 2.615 encarcelados hace un año, lo que
supone un incremento del 50 %, según datos de Instituciones
Penitenciarias.
Una cifra que representa un 6 % del total de la
población reclusa, y ello pese al endurecimiento de las Penas en el
Código Penal con la entrada en vigor, hace ahora justamente 5 años,
de la Ley Integral para la lucha contra la violencia ejercida contra las
mujeres.
Se trata de hombres encarcelados única y exclusivamente por
este delito, ya que si añadimos los que lo han sido, además, por otros,
la cifra asciende hasta los 8.639 internos.
Los
datos penitenciarios facilitados a este diario ponen de manifiesto que 1 de cada 3 encarcelados lo ha sido por malos tratos; un 14,9 % por
amenazas; un 13,5 % por lesiones y un 10,5 % por violencia habitual. El
resto, un 15 % más, quebrantaron las órdenes de alejamiento dictadas
por los jueces.
Desde
la puesta en marcha de la Ley de Violencia de Género 321 personas han
muerto a manos de sus parejas. Este año han sido asesinadas 49 (a 30 de
noviembre pasado), la cifra más baja de los últimos 5 años, que tuvo
en 2008 el más trágico, con 76 víctimas mortales. Una disminución
significativa que evoluciona en proporción inversa al de llamadas al
016, el número de teléfono en el que las mujeres maltratadas o
amenazadas pueden solicitar ayuda e información. Desde su puesta en
marcha en septiembre de 2007 ha recibido 153.279 consultas. Sólo en
noviembre de este año registró 5.566 llamadas, que contrastan con las
escasas 450 del primer en que comenzó a funcionar.
La población reclusa no para de crecer
El
incremento de los presos por delitos relacionados con violencia de
género es el dato más relevante de la estadística penitenciaria, en un
país en el que 76.393 personas están privadas de libertad, 40 mil
más que hace 10 años y más del doble que en 1990 (33.035 reclusos).
Cifras que sobrepasan con creces la capacidad de las 82 prisiones del
país. Pese a ello, desde Instituciones Penitenciarias se asegura que
asistimos a un crecimiento menor de la población reclusa en relación con
el año anterior, un 4,3%, frente al 5,8% que registró 2008 en
comparación con 2007.
En
cualquier caso, el nº de presos supera con creces la media de la
Unión Europea (90 reclusos por cada 100 mil habitantes, frente a los
150 en España). Datos que son difíciles de explicar cuando nuestro país
tiene una de las tasas de criminalidad más bajas de toda Europa. Una
aparente contradicción que desde Instituciones Penitenciaria se explica
por una legislación penal muy dura en relación con los países de nuestro
entorno, que hace que haya menos excarcelaciones y las estancias sean
entre rejas más largas. Un problema que los expertos defienden podría
aliviarse con el establecimiento de penas alternativas a las de prisión
para los delitos menos graves.
Un
79 % de las personas ingresadas en centros penitenciarios son penados y
un 21% preventivos a la espera de ser juzgados; El 92,05% son hombres y el 7,95% mujeres, y un 36 % son ciudadanos extranjeros.
Más de la mitad de las personas que cumplen penas de prisión, en torno a 40.000, lo son por delitos contra el patrimonio y contra la salud pública (tráfico de drogas), los que generan en la calle la sensación de inseguridad ciudadana.
De los delincuentes de "cuello blanco" no hay datos, se diluyen en la magnitud de los de poca monta.
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