http://www.adn.es/ciudadanos/20080219/NWS-0613-Ali-enacion-Parental-%20entredicho.html
¿Puede mamá hacer que los hijos odien a papá?
Afectados y especialistas enfrentan sus posturas durante unas jornadas organizadas en el Colegio de Médicos de Barcelona para desmontar el uso clínico y jurídico del llamado síndrome de alienación parental.
Es una teoría en entredicho pero se ha usado ya en un centenar de causas judiciales.
J. Albarrán Bugié. Barcelona 19/02/2008
Un matrimonio se separa, la madre se queda con la custodia de los hijos y estos ya no quieren ver a su padre. ¿Por qué?
En 1985, el médico Richard Gardner aseguró que algunas de estas situaciones responden a un caso clínico que definió como síndrome de alienación parental (SAP): la madre hace un lavado de cerebro al hijo o hijos para que rechacen al padre.
En España, este término ha sido utilizado en un centenar de causas judiciales y ha habido hijos que por orden del juez han sido apartados durante meses de las familias con las que vivían para que se reconciliaran con un padre al que aseguraban que no deseaban ver.
Si en el año 2002 el SAP fue utilizado por primera vez en un juicio, en el año 2006 fueron ya 43 las ocasiones en que el término se utilizó como argumento para dirimir la guardia y custodia de los hijos.
Se trata, sin embargo, de una figura muy polémica tanto desde el punto de vista médico-científico como legal y jurídico.
El Colegio de Médicos de Barcelona organizó este lunes las primeras jornadas celebradas en España bajo el título ¿Existe el síndrome de alienación parental?
Pese a los signos de interrogación, el mensaje de los ponentes fue único y contundente: el SAP no existe, no está avalado por la comunidad científica y, por lo tanto, los jueces no deben tenerlo en cuenta.
Una teoría que rebatieron oyentes afectados por graves enfrentamientos familiares tras la separación en las cuales los hijos rechazan al padre.
"Ciencia basura", aseguran los especialistas.
Los especialistas convocados por 2 asociaciones de mujeres juristas se dedicaron a exponer, uno tras otro, argumentos contra el SAP mientras que el debate lo pusieron familiares de menores a quienes creen aquejados de este mal.
Las tesis para negar la existencia del SAP fueron desde invocar la Organización Mundial de la Salud -que no reconoce este síndrome como tampoco reconoce el de Estocolmo- a llamar "pedófilo" a Gardner y "ciencia basura" a su propuesta.
La terapia que se propone cuando se diagnostica SAP es igual de polémica: apartar al menor de la madre presuntamente manipuladora e impedirle hablar mal de su padre hasta que "supere el mal".
Según explicaron los ponentes, la ley de enjuiciamiento civil permitiría perseguir este tipo de conductas manipuladoras si se demuestra que la madre trata de evitar que los hijos vean al padre.
Para el psicoterapeuta Consuelo Barea, el problema del SAP es que "no se examina la conducta paterna" y, por contra, "se estigmatiza a la madre", que no tiene forma de defenderse de las acusaciones.
Los especialistas reunidos en Barcelona, sin embargo, tienden a atribuir al propio progenitor rechazado la culpa de este rechazo y apuntan a que en muchas ocasiones responde a malos tratos dentro del hogar.
La presidenta del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial, Montserrat Comas, enmarcó la cada vez mayor aceptación del SAP dentro de "los neomitos" contra la mujer y destacó que se debería introducir el asunto dentro de la formación a los jueces.
La historia de un padre.
Si el consenso entre los ponentes fue unánime, entre los oyentes de las charlas había quienes tuvieron que hacer grandes esfuerzos para morderse la lengua durante todo el día y esperar el turno de preguntas.
Entre otros testimonios, allí salió el de Jesús Díaz, padre de una niña de 9 años a quien no pudo ver durante 3 años y medio, tras separarse de su mujer.
"Mi hija tenía un rechazo brutal, no me quería", reconoce Díaz, que no duda en asegurar que este sentimiento estaba "inducido por la madre o por el entorno de la madre".
El pasado agosto, un juzgado de Manresa le dio la razón y determinó que la menor debía ir a vivir con él y suspender transitoriamente toda relación con la madre y su familia.
"Ahora estamos muy bien, parece un osito de peluche", cuenta el padre, que critica con dureza a los especialistas que niegan la existencia del SAP.
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