domingo, 15 de diciembre de 2019

Divorcio y matrimonio: Hacia el éxito

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Shana Lebowitz, Business Insider, 14 Dic 2019
Un matrimonio puede considerarse un éxito aunque acabe con un divorcio.
Los terapeutas de parejas dicen que esta unión está diseñada para ayudar a las personas a crecer aunque, a veces, salgan de ella.
Es importante aceptar los cambios en la relación, no hay que tenerles miedo.
"Tu matrimonio tiene un objetivo. Esta unión se ha convertido en una máquina de crecimiento para las personas", explica Hal Runkel, terapeuta matrimonial y familiar. Este experto detalla por qué nunca se aferró a ningún método concreto en la terapia de pareja ya que cree que, si 2 personas deciden divorciarse después de trabajar con él, que así sea.
Para él, eso no significa necesariamente un fracaso por su parte o por parte de sus clientes. El matrimonio, "está perfectamente diseñado para ayudarte a crecer, desafía tus puntos ciegos". "Expondrá tu egoísmo, tu inmadurez,... ¡y eso es algo bueno! Te exigirá continuamente que crezcas y vivas cosas en convivencia que no podrías haber imaginado", ha aclarado.
Lo que sucede a veces es que uno o ambos cónyuges cambian tan drásticamente que se dan cuenta de que su matrimonio no los está ayudando a vivir la vida que desean. "Tomar una decisión madura en esa dirección puede ser el mejor resultado de todos", ha recalcado Runkel.
En base a las muchas conversaciones que he tenido con terapeutas de parejas para esta historia, me ha dado la sensación de que es la resistencia a la posibilidad de crecimiento lo que hace que el matrimonio y la vida en general sean aún más difíciles.
Laura Markham, psicóloga en Nueva York y fundadora de Aha! Parenting, me comentó cuando la entrevisté que cada choque o conflicto es una oportunidad para "crecer personalmente". Markham agregó: "No nos casamos para poder crecer, pero sinceramente, es uno de los mejores 'laboratorios' para hacer eso".
Dicho de otra manera, si tienes tanto miedo de que tu matrimonio cambie y luego termine, puedes terminar creando lo que temes.
Rachel Zamore, terapeuta matrimonial y familiar y fundadora de InnerWell Integrative Counseling and Couples Therapy, en Vermont (EE.UU.), ha aclarado que las personas que aceptan la inevitabilidad del cambio tienden a hacerlo mejor en las relaciones.
"Ser capaz de aceptar las circunstancias y experiencias de nuestras vidas como una oportunidad de crecimiento y desarrollo en lugar de algo que nos hace infelices o nos hace felices es clave para la satisfacción de la relación", ha concluido.
Un matrimonio que termina en divorcio aún puede enseñarte cosas sobre ti y sobre cómo eres en pareja.Internet tiene muchos post sobre por qué divorciarse no significa que hayas fallado en el amor o en la vida.
En CafeMom, Mary Hawkins ha comparado dejar un matrimonio insatisfactorio con dejar un trabajo sin salida: "Significa que eras consciente de que ese no era tu sitio, por lo que tomaste la iniciativa de buscar más allá y hacer un cambio. Ella agregó: "¿Sabes qué es un fracaso? Permanecer en un matrimonio que te está quitando la vida".
Y en Scary Mommy, Ella Davis ha escrito: "El fracaso en mi matrimonio no ocurrió el día en que presenté esos documentos, fue por todo el esfuerzo que hice para evitar eso a toda costa".
Los terapeutas con los que he hablado parecían sugerir un giro en la idea de que el divorcio no constituye un fracaso porque realmente estás tomando la decisión de terminar con el sufrimiento. De hecho, estar en cualquier tipo de relación te enseña algo, incluso si es el cómo estar en otra relación.
Algunas personas no tienen la capacidad mental o emocional para abordar todos los problemas de su matrimonio.
Según el terapeuta de parejas John Gottman, cofundador del Instituto Gottman, las parejas esperan una media de 6 años desde el inicio de los problemas antes de intentar la terapia.
"Puede haber un punto de no retorno", ha recalcado Michael McNulty, refiriéndose a cuando 2 personas muestran demasiado desprecio mutuo o si se sienten demasiado lastimadas. McNulty también trabaja en el Instituto Gottman y es fundador del Chicago Relationship Center.
Cuando las parejas van a verlo, ha dicho McNulty, les pide que completen cuestionarios que evalúan la fuerza de la relación, y si ve que una coincidencia es "difícil", es honesto al respecto. "Realmente necesitamos reconstruir la relación desde cero para que esto funcione, y llevará mucho trabajo hacer eso", ha supuesto que les diría. Y concluye, "luego eligen si trabajar o no".
El tema del "trabajo" en una relación y si tienen o no los medios para hacerlo, es algo que he escuchado más de una vez a los terapeutas de parejas.
Rachel Zamore también practica un nuevo método llamado terapia de discernimiento, en la cual las parejas al borde del divorcio tienen entre 1-5 sesiones para decidir si permanecer casados ​​como están, buscan 6 meses de ayuda terapéutica, o comienzan el proceso de divorcio.
Ella me contó que a menudo después de varias sesiones, un cliente comienza a comprender cómo su matrimonio llegó a este punto y, en particular, cómo contribuyeron cada uno a sus problemas matrimoniales.
Zamore me explicó que aunque 1 de los 2 diga que ya no quiere seguir intentándolo, ella no juzga su elección. Raramente los terapeutas aconsejan explícitamente a un matrimonio que se divorcie; esa es una decisión que la pareja debe tomar por su cuenta.
Rachel Sussman, una terapeuta de parejas de Nueva York, me contó que a veces le dice a un matrimonio que no cree que la terapia esté funcionando y les pregunta si considerarían introducir cambios en la relación. Algunas parejas, ha confesado Sussman, están en una especie de bucle, discutiendo porque no "creen" en el divorcio o creen que no sería bueno para los niños. Pero algunos reaccionan como si acabara de pronunciar las palabras que no pudieron. "La gente a veces se queda un poco aliviada", ha sentenciado.

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