Laura Sánchez, Periodista, 3 Marzo 2019
¿Ya no merece la pena una separación? Por supuesto que siempre merece la pena tomar la decisión correcta y mejorar tu vida. Y eso incluye un divorcio a los 60. Que nadie dice que vaya a ser fácil, pero cuando te planteas una ruptura matrimonial en la vejez, la única excusa que no sirve es que ya no tienes edad. Porque no hay una edad límite para empezar una nueva vida, para reinventarte y mucho menos para ser feliz.
Las personas mayores también se adaptan a los tiempos y ya no les sirve aquello de "hasta que la muerte nos separe". El matrimonio no es una sentencia firme y para eso están los divorcios. A cualquier edad, por el motivo que creas conveniente, incluso ese tan contrario a la inercia como el de que se nos acabó el amor. El amor no tiene edad y tampoco la tiene el desamor. Y por supuesto, no hay limitación de edad para ser tú misma. Pero, ¿cómo afrontar un divorcio a los 60?
Por qué divorciarse a los 60
Dejando a un lado casos de maltrato o abusos, damos por sentado que un divorcio a una edad avanzada puede costar más, mucho más. Pero lo que más cuesta es, sin duda, la decisión. Porque es cierto que toda una vida con la misma pareja pesa, porque es cierto que la libertad da cierto vértigo y porque es cierto que muchas veces estás ya cansada de luchar por ser feliz. ¡Pero no hay que conformarse!
También es cierto que con 60 años eres una mujer con mucha vida por delante y menos responsabilidades ¿verdad? La jubilación está al llegar, si no lo has hecho ya y tus hijos ya son mayores. Tus hijos, tal vez ellos fueran el motivo por el que mantuviste un matrimonio infeliz durante tanto tiempo. Y ahora ya no tienes excusa.
¿Qué eres demasiado mayor? En absoluto. La esperanza de vida aumenta y también la calidad. Tienes mucho tiempo para disfrutar de ti misma, y si siempre te has dedicado a ser la esposa y madre perfecta, con más motivo. ¿No tienes ya una edad para atenderte a ti misma, para cuidarte y para ser feliz? Es tu momento ahora y, por tanto, es tu mejor momento.
Cómo afrontar un divorcio en la vejez
No mires hacia atrás, no mires al pasado, ni siquiera tienes que mirar hacia el futuro. Mira el ahora, el aquí, el presente, y comprueba la cantidad de cosas que puedes hacer en tu recién estrenada soltería.
Y que sepas que un nuevo amor se puede encontrar a cualquier edad. Pero no es en el amor en lo que estás pensando, ¿verdad? Tómate tu tiempo.
En lo que estás pensando y en lo que debes pensar es en ti misma.
En lo que estás pensando y en lo que debes pensar es en ti misma.
En cuidar tu salud física y emocional, en sonreír todo lo posible, en disfrutar al máximo (que para eso no hay edad) y en hacer todas esas cosas que siempre quisiste hacer. Sí, claro que puedes hacerlas precisamente ¡a tu edad!
Lee, aprende, socializa. Disfruta de tu papel de abuela, ve al cine, ponte al día con Internet. Apúntate a ese curso de yoga para sentirte mejor por dentro y por fuera, conoce nuevas amistades y sal. Ya no tienes que dar explicaciones a nadie, puedes entrar y salir cuando quieras. ¿Qué te apetece hacer?
¿Viajar? Pues estás en la mejor edad para hacerlo. Recorre el mundo o descansa en una playa, tú eliges. Porque ahí está la clave, ahora eliges tú. Y has elegido que no te sirve el "para toda la vida" si no te hace feliz.
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¿Viajar? Pues estás en la mejor edad para hacerlo. Recorre el mundo o descansa en una playa, tú eliges. Porque ahí está la clave, ahora eliges tú. Y has elegido que no te sirve el "para toda la vida" si no te hace feliz.
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