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Lne.es » Gijón 08/06/2008
«No comparto la ley de violencia de género, ya que establece discriminación por sexo y parentesco» «Nuestro sistema judicial propicia, en ocasiones, la soledad del fiscal, que se ve obligado a seguir los procesos sin acusación particular» .
Rosa María Álvarez comenzó a ejercer como fiscal a sus 25 años en Bilbao.
Posteriormente se trasladó a Oviedo, donde fue nombrada delegada de extranjería y encargada de delitos económicos. Durante los próximos cinco años será la primera fiscal jefe de área de Gijón.
Román GARCÍA.
El próximo día 13 se cumplirán 3 meses desde que Rosa María Álvarez tomara posesión como fiscal jefe del área de Gijón.
En este corto período de tiempo, ha comenzado con éxito los cambios en el ministerio público.
A su cargo figuran otros 12 fiscales que trabajan en la ciudad.
Rosa María Álvarez consiguió aprobar las oposiciones con 24 años y ahora, desde la reforma en los órganos fiscales, es la jefe de los funcionarios que trabajan en una ciudad con 2 secciones de la Audiencia Provincial desplazadas y una gran carga de trabajo judicial.
-¿Por qué decidió ser fiscal?
-Cuando me matriculé en la Universidad había pocas carreras y, por lo tanto no demasiadas opciones, por lo que me decanté por el Derecho. Al acabar los estudios no tenía ningún apoyo en el mundo de la abogacía. Mandé algunos currículum a empresas pero no salió nada, por lo que me planteé hacer oposiciones a judicatura, y con 24 años conseguí llegar a ser fiscal.
En este trabajo no tienes mucha relación directa con los particulares que acuden a la Justicia, al menos no tanta como los abogados que tratan con sus clientes a diario, pero nuestra función es imprescindible en el sistema judicial. El problema es que cada vez hay más temas y muy diferentes en los que intervenir.
-¿Qué valoración hace de los tres primeros meses al frente de la fiscalía de área de Gijón?
-Cuando llegué a la fiscalía de área ya había un precedente: la sección desplazada que funcionaba en la ciudad.
Lo primero que hice fue reorganizar el trabajo de los fiscales, redistribuirlo y hacerlo más racional.
Lo que intento es que el fiscal no esté disperso, que se adscriba a una materia o a un Juzgado lo más posible, dependiendo de las preferencias de cada uno en lo que se pueda.
También hubo que introducir y potenciar especialidades como la violencia de género , seguridad vial, familia, contencioso y laboral y cooperación internacional, que es la mía.
Son materias que no son ni exclusivas ni excluyentes porque en fiscalías pequeñas hay que hacer un poco de todo.
Somos una plantilla de 13 fiscales, con 8 funcionarios para encargarnos de penal, civil, familia, contencioso y laboral de Gijón y Villaviciosa.
-¿Cómo se enteró de que la habían nombrado?
-Esa tarde me sonó el teléfono móvil y me pasaron con el ministro de Justicia. Yo estaba jugando al golf y pensé que era broma por lo que, al principio, le seguí la corriente. Estuvimos hablando un rato hasta que le pregunté si de verdad era el Ministro.....
- ¿Está de acuerdo con la resolucion del Tribunal Constitucional sobre la Ley de la Violencia de Género?
-Está claro que soy una luchadora en el campo de la mujer pero, aunque la acato, no comparto la visión del Constitucional sobre esta ley, porque establece una discriminación en base al sexo y al parentesco.
Me explico, cuando, como resultado de una agresión, se producen lesiones que requieren una única asistencia médica, el hecho es una falta (una infracción menor castigada con una pena leve). Pero, si esa misma lesión se causa a un familiar o a la pareja, se castiga como delito con pena de cárcel y de alejamiento.
Otra desigualdad es que, si una pareja tiene una pelea y se agreden mutuamente y se causan el mismo tipo de lesiones, el varón tendrá una pena más grave que la mujer y eso no me parece adecuado.
Si por ejemplo interviene una amiga, y el hombre agrede igual a la amiga que a su pareja, la agresión a la amiga es una falta y los golpes a la pareja constituyen un delito.
Esta ley tiene como objeto proteger a la familia y a la pareja. Eso sí, en la legislación ha habido cosas positivas como el apoyo a las mujeres maltratadas.
Pero, que a igual acción y a igual resultado, la respuesta punitiva de la ley sea diferente, no lo veo justo.
También en muchos supuestos la ley responde de manera demasiado dura.
Llegan a ser delito cosas difíciles de probar como un simple empujón y eso puede dar lugar a denuncias no muy reales y en otros casos que las mismas mujeres se arrepienten de denunciar cuando son conscientes de las consecuencias penales, entre ellas el alejamiento obligatorio entre la pareja y la pena de prisión para el culpable.
No se dan cuenta cuando denuncian que la maquinaria de la Justicia se pone en marcha ya no se puede parar.
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