Los millonarios tecnológicos firman acuerdos prenupciales, el último ha sido el del fundador de Snapchat con la modelo Miranda Kerr.
IRENE CRESPO, Madrid 1 MAY 2017
Silicon Valley ha madurado. El rincón del mundo en el que más millonarios han surgido a la sombra de los avances tecnológicos, en el que los sueños de los millennials se hacen realidad, se ha hecho mayor. Esos ejemplos de éxito se han casado y tienen hijos. Mark Zuckerberg (Facebook) y Priscilla Chan; Sean Parker (Napster) y Alexandra Lenas; Ricky Van Veen (CollegeHumor) y Allison Williams (Girls); Alexis Ohanian (Reddit) y Serena Williams.
La nueva etapa de sus triunfos parece que pasa por formalizar sus vidas privadas. Y cuando van a dar el paso, parece fundamental firmar “un acuerdo prematrimonial draconiano” como el que le hizo rubricar el fundador de Snapchat, Evan Siegel, cuya fortuna está valorada en más de 4.000 millones de dólares, a su prometida, la modelo Miranda Kerr. “Si no firmas un acuerdo prenupcial tu matrimonio estará gobernado por las complejas leyes de California”, avisa el abogado de Silicon Valley, Yuli Kaplunovski. Según esas leyes, todo lo ganado antes de la boda pertenece a cada uno, pero el dinero o los activos generados durante el matrimonio son “propiedad común”, es decir, se dividirían por igual entre los 2 en caso de divorcio. A no ser, claro está, que exista un acuerdo prenupcilal.
Este es el problema principal del último divorcio sonoro y carísimo de Silicon Valley. El protagonizado por Mark Pincus, fundador multimillonario de la plataforma de videojuegos Zynga, y Alison Gelb Pincus, cofundadora de la empresa de decoración, One Kings Lane. La pareja se casó en 2008, un año después de la fundación de Zynga firmaron un acuerdo prenupcial, pero Alison Gelb reclama ahora su nulidad alegando que la fortuna de Pincus despegó durante su matrimonio. “La gente viene a Silicon Valley y hace toneladas de dinero y entonces no quieren a las mujeres o maridos con los que estaban casados. El dinero cambia”, explicaba un abogado de Silicon Valley Law Offices a The Guardian. Es lo que han llegado a llamar el “fenómeno Stanford”. Parejas que se conocen en la universidad, se apoyan en los inicios, uno se sacrifica por el otro y, cuando el dinero se dispara, corren el riesgo de llevarse por delante el amor y la confianza. Pero si se ha sido precavido no se llevará por delante el dinero. Como le pasó, en parte, a Elon Musk.
El multimillonario dueño de Tesla, y actual pareja de la actriz y ex de Johnny Depp, Amber Heard, aprendió la lección entre el divorcio de su 1ª mujer, Justine, y el de la 2ª, Talulah Riley. Con la 1ª o “esposa de arranque”, como llaman a las mujeres que empiezan con estos magnates, y la 2ª (conocidas como “esposa trofeo”), solo en costas del litigio se le fueron 4 millones de dólares. Pagó 170.000 dólares al mes en facturas a abogados durante 2 años.
“Muchos novios son reacios a firmar los acuerdos prenupciales porque creen que no es romántico o indica falta de confianza”, dice Yuli. Pero, aunque Alison Gelb pueda conseguir la nulidad del suyo, hoy sigue siendo la única forma de proteger sus fortunas. También la manera de que el divorcio se acelere, ya que desde el momento en que presentan la demanda los activos financieros de ambos quedan congelados hasta que lleguen a un acuerdo.
Algunos prueban entonces escondiendo parte de su fortuna, no desvelando o creando confusión sobre todo lo que tienen, como hizo Johnny Depp. Pero ello puede ir en su contra si se descubre, y el juez les puede penalizar por ello. Sin embargo, según observan los abogados de Silicon Valley, cada vez menos se recurren a estas tácticas, porque los millonarios tecnológicos se protegen con acuerdos prenupciales.
Nota: ¿Aprendes de los demás o lo tienes que padecer en tus propias carnes? ...aunque no seas Millonario. El negocio del divorcio está en la Pasta... y no precisamente la Italiana.
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