El psiquiatra Diego Urgelés explica que esto se debe a que
"tanto en primavera como en otoño son las épocas en las que más
rápidamente cambia la exposición a la luz".
REDACCIÓN | Madrid - 20-03-2017
"Pese a la creencia popular de que la Navidad es una de
las épocas del año más tristes, la realidad ha demostrado que cuando más ayuda
se pide a los profesionales es en primavera, estación con nº récord de
suicidio", señala Diego Urgelés, psiquiatra de la Clínica
Nuestra Señora de La Paz, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Se tiene un concepto amable de la primavera,
generalizado en todas las sociedades, en el que se considera a la primavera
como una época del año alegre y agradable. La luz siempre se relaciona con una
actitud positiva o el florecimiento de la naturaleza como algo alegre. Sin
embargo, como señala Urgelés, "la primavera es una época del año
difícil para muchas personas, ya que es una de las estaciones del año en la que
las personas estamos más inestables emocionalmente".
El psiquiatra de la Clínica Nuestra Señora de La Paz advierte que
"muchas enfermedades como la depresión o el trastorno bipolar tienen un
componente estacional y empeoran en primavera y también en otoño". El
propio Urgelés subraya que "esto es algo que se nota en las
listas de espera en los centros de salud mental como el nuestro, puesto que
aumentan significativamente en estas fechas, especialmente en las enfermedades
graves".
La causa principal, según informa el psiquiatra, se debe a que "tanto en primavera como en otoño son las épocas en las que más rápidamente cambia la exposición a la luz. Se cree que esto podría llevar a inestabilidad en el reloj biológico y cambios de ánimo. En las personas más vulnerables son factores de riesgo para enfermar".
LA LUZ Y EL TRASTORNO BIPOLAR
La causa principal, según informa el psiquiatra, se debe a que "tanto en primavera como en otoño son las épocas en las que más rápidamente cambia la exposición a la luz. Se cree que esto podría llevar a inestabilidad en el reloj biológico y cambios de ánimo. En las personas más vulnerables son factores de riesgo para enfermar".
LA LUZ Y EL TRASTORNO BIPOLAR
Diego Urgelés asegura que "la hormona melatonina,
que sirve para regular el ciclo de la noche y el día; el hipotálamo; algunas
células de la retina y los genes que regulan el reloj biológico, están
alterados en el trastorno bipolar. Todos estos datos no hacen más que subrayar
la importancia que tiene la luz en el mecanismo de la enfermedad y las
posibilidades que ofrece como terapia".
Se ha comprobado cómo los pacientes con trastorno bipolar ingresados en
habitaciones orientadas hacia el este, esto es, aquellas en las que se recibe
el sol por la mañana, tenían ingresos más cortos que los pacientes
ingresados en habitaciones orientadas al oeste. Por otra parte, la exposición a
pantallas de aparatos electrónicos en horario nocturno puede facilitar la
aparición de crisis en algunas personas.
"Es por esto que algunos científicos apuntan que una de las causas de que el trastorno bipolar sea una enfermedad tan frecuente hoy en día se deba a que vivimos en una sociedad en el que pasamos horas mirando a pantallas de teléfonos u ordenadores, un mundo en el que gracias a la luz artificial, las noches pueden ser más luminosas que los días" alerta Diego Urgelés. Como conclusión, el psiquiatra aconseja "mantener los horarios, medir la actividad durante el día, programar adecuadamente los viajes de larga distancia o tener un estricto control del sueño, son consejos sencillos que contribuyen a una mayor estabilidad afectiva".
"Es por esto que algunos científicos apuntan que una de las causas de que el trastorno bipolar sea una enfermedad tan frecuente hoy en día se deba a que vivimos en una sociedad en el que pasamos horas mirando a pantallas de teléfonos u ordenadores, un mundo en el que gracias a la luz artificial, las noches pueden ser más luminosas que los días" alerta Diego Urgelés. Como conclusión, el psiquiatra aconseja "mantener los horarios, medir la actividad durante el día, programar adecuadamente los viajes de larga distancia o tener un estricto control del sueño, son consejos sencillos que contribuyen a una mayor estabilidad afectiva".
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