La población española no percibe la violencia de género como uno de los grandes problemas en nuestro país.
- “Hay muchos debates sobre violencia de género que no se traducen en concienciación porque la información no es la adecuada”, según Miguel Lorente.
- Justicia y educación, claves para luchar contra la violencia de género.
Enrique Gil, Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, identifica una serie de factores culturales que explican esta invisibilidad de la violencia de género en la agenda pública: por un lado, la naturalización del problema y por otro, la reacción neomisógina por la que crecen las resistencias masculinas conforme se avanza en las conquistas femeninas.
Miguel Lorente, Profesor Titular de Medicina Legal de la Universidad de Granada y anterior Delegado del Gobierno para la Violencia de Género, considera que existe un ‘déficit de conciencia’: “Hay muchos debates sobre violencia de género que no se traducen en concienciación porque la información no es la adecuada. Si hablamos de 700 mujeres asesinadas durante la última década en España tenemos que hablar también de 700 asesinos. Y no lo hacemos”.
Lorente se refiere al mito de las denuncias falsas como estrategia del machismo para atacar la credibilidad de las mujeres. “A pesar de que estas son prácticamente inexistentes – solo el 0,01% de las denuncias interpuestas por violencia de género son falsas, según datos del CGPJ -, se utiliza este argumento para falsear la realidad y plantear un debate social paralelo”.
Inmaculada Montalbán, Magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, apunta también el falso “síndrome de alienación parental” como otra de las estrategias de litigio contra las mujeres que denuncian violencia de género. Para detectar este tipo de estrategias y poder garantizar el acceso a la justicia a las víctimas, “no basta con tener juzgados específicos, estos además deben ser idóneos para juzgar y reparar”, afirma. “Es necesario que leyes como el Estatuto de la Víctima (2015) sean dotadas presupuestariamente y que se utilicen los protocolos de coordinación en los municipios no solo para aprovechar los recursos existentes sino también para evitar la doble victimización de las mujeres”.
Además, Montalbán considera imprescindible la especialización y la formación en los juzgados, “algo que da buenos resultados pero que hay que ampliar”. En ello coincide Ana María Pérez del Campo, Secretaria General de UNAF y fundadora del 1º centro de recuperación de mujeres maltratadas en España, quien recuerda que Naciones Unidas emitió una resolución en la que instaba a jueces, juezas y funcionariado judicial en España a formarse en violencia de género: “Este sería un importante avance para una justicia más efectiva contra este tipo de delitos”.
Al mismo tiempo, es necesario fomentar la educación en igualdad para prevenir la violencia de género. “El origen de esta violencia está en el machismo y la desigualdad”, explica Pérez del Campo. En este mismo sentido, Lorente considera que “vivimos en una hemicultura, en la que a las mujeres no se les ha dejado estar ni tampoco se ha incluido su visión” y propone “una deconstrucción creativa de la masculinidad, es decir, aprender a ser hombre de otra forma”.
Amapola Povedano, Doctora en Psicología Social de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, señala que “la igualdad, como la desigualdad, se aprende en los diferentes contextos de socialización: familia, escuela, comunidad…”. En concreto, destaca la importancia de la coeducación en la escuela, por lo que ha desarrollado un modelo para la evaluación de programas de coeducación en España.
Estas reflexiones han formado parte del curso “Actualidad de la Familia. Atención e Intervención en situaciones de vulnerabilidad”, organizado por la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) en el marco de los Cursos de Verano Complutense que se celebran cada mes de julio en San Lorenzo del Escorial.
El curso ha abordado no solo la violencia de género sino también otras cuestiones como los procesos de apoyo a la familia, la custodia compartida o la compatibilidad de la familia y el trabajo de la mano de grandes expertas como Montserrat Solsona, Doctora en Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona; Constanza Tobío, Catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid; Marta del Pozo, Doctora en Derecho Procesal de la Universidad de Salamanca, y Carmen Ruiz, psicóloga experta del Área de Violencia de Género de la Federación de Mujeres Progresistas.
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