Este número, anónimo y que no deja rastro en la factura, ha recibido más de medio millón de llamadas en 8 años.
Susana no es capaz de contabilizar cuántas llamadas atiende
cada día. No lleva la cuenta. Cada caso es una historia nueva, una situación
distinta, unas circunstancias diferentes. Esta psicóloga experta en violencia
de género forma parte del equipo de 22 profesionales que, desde septiembre de
2007, atienden las 24 horas del día las llamadas de las víctimas de malos
tratos. Y no sólo de ellas. «Atendemos llamadas de familiares, vecinos,
médicos, profesores, agentes de seguridad... a todos les llega algún caso de
malos tratos y, en muchos ocasiones, son ellos los que les ponen en contacto
con nosotras», explica. Aunque reconoce que está costando que toda la sociedad
se implique en la lucha contra esta lacra, «cada vez recibimos más llamadas de
padres preocupados por sus hijos». Muchos de ellos jamás se habrían imaginado
que tendrían que acudir a este teléfono, pero son ellas las que les dan la
información necesaria para abordar el problema. Y no todas las víctimas son
menores, «también nos llaman los hijos de personas mayores o niños que están
viviendo en un ambiente de malos tratos» y para los que deben adaptar el tono
de voz en cada llamada.
El teléfono acumula más de medio millón de llamadas en
8 años.
El pasado mes de octubre se realizaron 8.458 consultas, más de 270
diarias. Es la cifra mensual más elevada desde que se puso en marcha este
servicio. ¿Qué hay detrás de este aumento? «Una mayor sensibilización de la
sociedad», apunta Susana. Y es que cuando aparecen noticias de mujeres
asesinadas, el teléfono experimenta un pico. «Mañana (en referencia a hoy) sabemos
que el volumen de llamadas también subirá mucho», apunta Xiomara, otra de las
trabajadoras del centro.
Hoy, Día Internacional Contra la Violencia de Género,
cuentan con una campaña de márketing extra «que siempre nos viene bien».
«016, buenos días, ¿en qué la puedo ayudar?». Así comienza
Susana cada nueva conversación. «Muchas veces les cuesta poner palabras a lo
que sienten. Plantean una situación y te preguntan: ¿es normal?». Entonces, las
profesionales que la atienden van enfocando la conversación. «Buscamos
estructurar la información para ayudarlas mejor». Dentro de la plantilla, una
parte del equipo son abogadas y asesoran legalmente en los casos necesarios. Es
cierto que, a pesar de que en todas las campañas se subraya que el teléfono es
anónimo y no deja rastro, es una de las primeras cuestiones que les preguntan.
Su gran empatía es lo que las conecta con las mujeres, pero también puede
jugarles una mala pasada. Por eso, cada poco tiempo participan en talleres de
autocuidado.
Al igual que los estudios ya reflejan cómo la violencia de
género se ha trasladado a las nuevas tecnologías, las consultas relacionadas
con malos tratos ejercidos a través de la red también han crecido. «Es un
problema que no podemos eludir. Ningún caso se aborda de la misma manera». Como
asegura Susana, «las mujeres que llaman es porque ya perciben que algo ocurre.
Algo no va bien». Ella es optimista con los avances que se han conseguido,
aunque aún quede mucho. «Sé que en esta vida no veré el fin de esta lacra»,
pero todo suma.
Es más, las medidas que se han tomado desde la elaboración
de la actual ley contra la violencia de género «nos ha colocado a la cabeza de
Europa –recalca Xiomara–. Han venido delegaciones de otros países para ver como
funciona el servicio. La última, de Noruega».
Nota: Si eres Hombre llama al 061 y te mandaran a tomar viento fresco.... No quieren saber nada del asunto. Es un teléfono exclusivo para Mujeres. Podemos llamarlo Teléfono Lila.
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