No es la mejor solución
El 9 de marzo, el American College of Pediatricians (ACP) difundió (´Divorce is NOT the best solution´) los resultados de estudios hechos durante 30 años sobre el tema. Suele darse por hecho que si un matrimonio ya no hace felices a los esposos el divorcio es la mejor solución y los hijos se adaptarán a las nuevas circunstancias. Pues no es así para la mayoría de esos niños. Según el ACP, la mejor literatura científica sugiere que, con pocas excepciones, a los niños les va mejor cuando sus padres se esfuerzan en reparar y mantener su matrimonio. El interesado puede consultarlo en The Impact of Family Structure on the Health of Children-Effects of Divorce.
Los hijos de matrimonios estables no están exentos de problemas educativos, sociales, emocionales, o económicos; ni los de matrimonios rotos condenados a tenerlos, pero son significativamente más propensos. Hasta el extremo que el ACP concluye que, excepto ante una violencia conyugal irresoluble, el porvenir del niño es mejor si los padres procuran mantener el matrimonio. Vivimos tiempos en que gratificar el propio yo, eso de la autoestima, elevada a patrón oro de la propia salud psíquica, se considera más importante que cultivar una relación con sentido con otra persona. Ponerla en juego en una relación íntima y relegar la propia satisfacción al 2º orden de prioridad se estima decisión peligrosa y factor de riesgo en el terreno emocional. Sin embargo la investigación mostró que 2 de cada 3 adultos con matrimonios infelices que evitaron divorciarse permanecían felizmente casados 5 años más tarde. Sin duda sus hijos se lo habrán agradecido. Y la baja de ingresos connatural a los divorciados se asoció a mayor riesgo de enfermedad física y violencia en su nueva pareja. Tendrá que ver con que 2 de cada 3 segundos matrimonios y 3 de cada 4 terceros matrimonios acabaran a su vez en divorcio.
La realidad que espera a la mayoría de hijos del divorcio no coincide con las ilusiones de los famosos que siguen la moda de exhibirse en twitter y refleja el Diario de Ibiza. Orlando Bloom y Miranda Kerr, Patricia Conde y Carlos Seguí, todos informan de lo mucho que se quieren y respetan y de que su principal objetivo es proteger a su hijo. Excusa dudosa cuando, según el estudio de Harvard que cita el ACP, el factor más decisivo en perturbar el ascenso en la escala social de un niño es un hogar monoparental.
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