La separación no implica la ruptura del vínculo matrimonial, por lo que no pueden volver a casarse.
Existen multitud de dudas en las parejas casadas que deciden poner fin a su relación y emprender caminos por separado. Muchas optan por el divorcio, mientras que otras simplemente se separan. Pero, ¿cuáles son las diferencias? ¿Qué tienen en común y cómo se tramitan?
En 1º lugar, como regula el Código Civil, la separación no implica la ruptura del matrimonio, sino el cese de la convivencia y/o la vida en común de la pareja. Por tanto, la interrupción del matrimonio sin una sentencia de divorcio no significa que desaparezca el vínculo contraído al casarse.
¿Qué implica una separación?
La separación matrimonial es aquella que se caracteriza "por la cesación de la vida común de los cónyuges", detallan en el portal de información jurídica Iberley, por lo que pueden iniciar una vida independiente y residir en diferentes domicilios, por ejemplo.
En todo caso, y como sucede con el divorcio, se establece el plazo de 3 meses desde la celebración del matrimonio para que "cualquiera de los cónyuges pueda solicitar la separación y/o el divorcio sin necesidad de alegar causa alguna que lo justifique", salvo en aquellos casos en los que exista maltrato o violencia.
De tal manera que la separación únicamente rompería el vínculo matrimonial en el caso de "fallecimiento o divorcio", aclaran desde el despacho de abogados Arriaga Asociados. Asimismo, hay que diferenciar 2 tipos de separación: de hecho y judicial.
¿Qué implica una separación?
La separación matrimonial es aquella que se caracteriza "por la cesación de la vida común de los cónyuges", detallan en el portal de información jurídica Iberley, por lo que pueden iniciar una vida independiente y residir en diferentes domicilios, por ejemplo.
En todo caso, y como sucede con el divorcio, se establece el plazo de 3 meses desde la celebración del matrimonio para que "cualquiera de los cónyuges pueda solicitar la separación y/o el divorcio sin necesidad de alegar causa alguna que lo justifique", salvo en aquellos casos en los que exista maltrato o violencia.
De tal manera que la separación únicamente rompería el vínculo matrimonial en el caso de "fallecimiento o divorcio", aclaran desde el despacho de abogados Arriaga Asociados. Asimismo, hay que diferenciar 2 tipos de separación: de hecho y judicial.
En el caso de la separación de hecho puede ser una decisión unilateral de uno de los cónyuges o fruto de un acuerdo entre ambos. "No permite liquidar el régimen económico matrimonial, por ello es recomendable regular con acta notarial las relaciones con los hijos en común y las cuestiones relativas al matrimonio", aseguran.
Por su parte, en la separación judicial se establece una sentencia por parte de un juez para que tenga efectos legales.
¿Cuáles son las características de un divorcio?
Por su parte, el divorcio sí supone la disolución del vínculo matrimonial, por lo que "rompe el régimen económico" y conlleva "la pérdida de los derechos sucesorios entre los cónyuges y de las obligaciones derivadas del matrimonio", que no afecten a los hijos en común, detallan desde el despacho de abogados. En este sentido, después de una sentencia firme de divorcio, cualquiera de los cónyuges puede volver a casarse.
El divorcio puede ser contencioso, esto es, mediante la disolución del vínculo matrimonial ante un juez sin que exista un acuerdo entre las partes. El proceso se inicia tras la solicitud por parte de uno de los cónyuges sin que sea necesario el consentimiento de la otra parte y sin justificar ninguna causa. Mientras, en el divorcio de mutuo acuerdo, la pareja presenta de forma conjunta la demanda de divorcio junto con un convenio regulador.
¿Cuáles son las características de un divorcio?
Por su parte, el divorcio sí supone la disolución del vínculo matrimonial, por lo que "rompe el régimen económico" y conlleva "la pérdida de los derechos sucesorios entre los cónyuges y de las obligaciones derivadas del matrimonio", que no afecten a los hijos en común, detallan desde el despacho de abogados. En este sentido, después de una sentencia firme de divorcio, cualquiera de los cónyuges puede volver a casarse.
El divorcio puede ser contencioso, esto es, mediante la disolución del vínculo matrimonial ante un juez sin que exista un acuerdo entre las partes. El proceso se inicia tras la solicitud por parte de uno de los cónyuges sin que sea necesario el consentimiento de la otra parte y sin justificar ninguna causa. Mientras, en el divorcio de mutuo acuerdo, la pareja presenta de forma conjunta la demanda de divorcio junto con un convenio regulador.
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