El desempleo o la rebaja de sueldos ha acelerado el número de demandas por la falta de pago de la pensión de alimentos o compensatoria.
El paro ha disparado la demanda de pensiones que no se pagan. No siempre es por causa de la crisis. A veces las
desavenencias propias de las parejas cuando se separan y la intención de
«fastidiar» al otro cuanto más mejor, llevan en muchas ocasiones a
negarle la pensión. Pero, sí, es cierto, la crisis ha acelerado que cada
vez más personas no puedan recibir la pensión o no tengan posibilidades
de pasarla a su ex pareja.
Actualmente, resulta cada vez más frecuente que personas divorciadas o separadas que deben abonar una pensión de alimentos o una pensión compensatoria hayan sido despedidos o hayan sufrido un recorte salarial (salario
fijo, cobro de bono o salario variable, paga extraordinaria en el caso
de los funcionarios públicos etc…). Esta circunstancia motiva que sea
más complicado hacer frente al pago de la pensión alimenticia y/o
compensatoria que en su día fue acordada en un Convenio Regulador o que
le fue fijada en la Sentencia de Divorcio o en la Sentencia de Medidas
Paternofiliales.
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