Lo que debes saber sobre la violencia doméstica
Doctora Aliza • 31 March, 2017
La violencia doméstica es un tipo de abuso en el que un
miembro de la familia le causa daños físicos, emocionales o sexuales a algún
otro miembro de la misma: papá, mamá o hijos. Entérate sobre cómo
identificarla, sus causas, y cómo prevenirla y/o tratarla…
Tan sólo en Estados Unidos, cada año más de 1 millón de
mujeres sufren malos tratos por parte de su cónyuge, pareja o compañero
sentimental, y como promedio cada 15 segundos una mujer es
maltratada física-mente por un hombre al que conoce. Y hay
decenas de millones más en el resto del mundo.
Aunque se habla en mayor proporción de la violencia contra
las mujeres a manos de sus esposos o compañeros sentimentales, también los
hombres pueden ser agredidos por ellas y los hijos por
cualquiera de sus padres. Sin embargo, las mujeres tienen 12 veces más probabilidades
de padecer malos tratos.
¿Qué es la violencia doméstica?
La violencia doméstica se clasifica en:
Violencia física: comprende el uso de fuerza física o
el uso de armas en ataques que lesionan o hieren, entre ellos: golpear, patear,
halar el pelo, morder, tirar ácido o cualquier otro tipo de sustancias
peligrosas, quemar ó atacar con armas y objetos.
Como consecuencia de la
violencia física se pueden presentar lesiones, discapacidades y –en casos
extremos- hasta la muerte.
Violencia psicológica o emocional: incluye amenazas de
violencia física o sexual y/o de abandono; también abuso verbal como
humillaciones, insultos, críticas constantes, acusaciones y atribuciones de
culpa.
Hacer caso omiso de la persona, no prestarle suficiente atención a sus
necesidades o ridiculizarlas también son maneras de ejercer violencia
psicológica, así como controlar lo que una persona puede o no puede hacer. Como
consecuencia de este tipo de violencia, el o la afectada pueden sufrir de baja
autoestima, ansiedad y depresión o puede abusar del consumo de drogas y/o
alcohol.
Violencia sexual: este tipo de violencia, que es poco
denunciada, se presenta cuando se obliga a algún miembro de la familia (por lo
general al conyugue) a tener sexo en contra de su voluntad. Como consecuencia
de la violencia sexual se pueden producir enfermedades de transmisión sexual,
problemas ginecológicos, embarazos no deseados, complicaciones del embarazo,
aborto espontáneo, aborto provocado en condiciones de riesgo o problemas
sexuales. El abuso
sexual en las menores puede llevar a serios problemas
emocionales al llegar a ser adultas.
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