domingo, 1 de diciembre de 2013

Las nuevas uniones poseen una complejidad psicológica

Familias 'nuevas'
Divorcio, nueva pareja, hijos en común... que hay que tener en cuenta para que los niños no sufran. 
La integración en una nueva familia se realiza paso a paso, con dificultades diferentes según se esté atravesando la crisis edípica, que va desde los 3 a los 6 años; la fase de latencia, desde los 7 a los 12; o se esté iniciando la adolescencia. 
Una niña de 3 o 4 años que ve a su padre instalarse con una mujer que no es su madre, y que además aporta a esa unión una niña de su edad, sin duda mantendrá, al principio, unas relaciones conflictivas con las recién llegadas. Asimismo, algunas adolescentes inmersas en la lucha contra sus deseos y en plena organización de identificaciones con la figura materna soportan con dolor la marcha de su madre, que desea vivir una nueva aventura amorosa. 
1.- Hay que establecer un nuevo marco de relaciones y renunciar a algo de lo propio para vivir con el otro y con sus hijos. (....)

2.- Los hijos de cada uno tienen que aprender a compartir con los otros espacios y proyectos familiares. (...)

Dificultad añadida 
No es casual que sus dificultades cristalicen en torno al hecho de compartir espacio. Tanto para el niño como para el adolescente, su habitación es un lugar privado en medio colectivo. Ofrece un terreno privilegiado para la intimidad. Por todas esas razones, es un lugar difícil de compartir.  
3.- Por otro lado, convivir con el hijo del padrastro o la madrastra, con los que no existe ningún vínculo de sangre, es más fácil que compartir la vida con uno o varios hijos del mismo padre o de la misma madre. 
4.- Los hijos de ambos miembros de la nueva pareja han participado de otras reglas, valores y costumbres: de otro orden familiar, en suma. Si bien los nuevos cónyuges realizan ese esfuerzo adaptativo de forma voluntaria, a sus hijos no les resulta fácil adaptarse a las nuevas modalidades. 
Si cambian sus costumbres, no lo harán con agrado; si lo hacen, será motivo de conflicto. Hay que darles un tiempo.  5.- Algunas personas, cuando forman una nueva familia, niegan lo que sienten sus propios hijos. Dan por supuesto que querrán desde el principio a aquel o aquella de quien se han enamorado. 

'Hacer juntos'
5.- Un hijo separado de su padre como consecuencia de un divorcio necesita tiempo para sentirse seguro en el nuevo orden familiar. 
6.- El comportamiento de los progenitores desempeña un papel importante en el arte de vivir bien en el seno de una familia reconstituida.  
7.- La frecuencia de los contactos entre ellos es lo que les da la sensación de tener relaciones continuadas. Los hermanastros tienen la sensación de pertenecer al mismo grupo fraterno si comparten momentos importantes de su infancia. Crecer juntos, hacer progresos uno al lado del otro, recibir la misma educación, cimenta una relación fraterna. 
 
Evitar errores 
8.- NO ES REALISTA suponer que van a aceptar de entrada y sin recelo a la nueva pareja ni a los nuevos hijos que vengan. 
9.- Los afectos de rivalidad y odio hacia aquel al que pueden ver como un competidor son normales y no deberían ser censurados. Es bueno que los expresen. 
10.- Los hijos pueden intentar boicotear a la nueva pareja. Hay que aclararles que no va a alterar el amor que tiene hacia ellos.

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