viernes, 22 de agosto de 2014

Regimen de Visitas y el Maltrato infantil



Mis hijos no quieren ver a su padre porque le tienen pánico”. Los jueces solo suspenden las visitas a los niños en el 3% de los casos de maltrato.
Los hijos comparten los malos tratos con sus madres. / N. T. (Getty Images)
Raquel Vidales Madrid 14 Agosto 2014 - 

Los mellizos de Antonia G. tienen pánico a su padre. Desde que nacieron, en 1999, aprendieron de su madre a no llevarle la contraria para que no se enfadara. "Y en cuanto le oían abrir la puerta por las noches, muchas veces bebido, corrían a su cama para fingir que dormían", recuerda. Pese a estas precauciones, a menudo se ponía violento, insultaba y amenazaba con matar a toda la familia. Un día estuvo a punto de hacerlo: los encerró a los 3 en el coche, fue a buscar al trastero 2 bombonas de gas y, justo cuando volvía, apareció un vecino que evitó la tragedia.
En 2010, Antonia decidió pedir ayuda a los servicios sociales y vivió durante 10 meses en una casa de acogida de Madrid. El juez le concedió una orden de alejamiento por maltrato, pero obligó a los niños a visitar a su padre todos los sábados durante 2 horas. “Tenía que forzarles, no querían verle porque les daba terror. Se quedaban callados y volvían a casa amargados”, recuerda. Durante varias semanas incluso se le permitió estar con los niños a solas, pese a que años atrás había raptado en Perú a su hijo mayor, fruto de una relación anterior, para llevárselo primero a Brasil y luego a España. Antonia recurrió y logró que las visitas fueran supervisadas. Eso alivió su temor al secuestro, pero no la angustia por la tortura que sufrían sus mellizos cada sábado.


No hay denuncias falsas.
Antonia G. tuvo la suerte de contar con la ayuda de los psicólogos y abogados especializados en violencia de género de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Gracias a ellos consiguió que sus hijos no tuvieran que volver a ver a la persona que les aterrorizaba, su propio padre. Su presidenta, Ana María Pérez del Campo, cree que la sentencia de la ONU sobre el caso de Ángela González va a ayudar a que los jueces dicten medidas cautelares con más frecuencia. “Podremos presentar ese dictamen cuando encontremos resistencias en los juzgados. Y también servirá para recordar que si los niños no quieren ver a sus padres maltratadores es porque les tienen miedo, no porque su madre les haya manipulado. Esa es otra idea falsa contra la que hay que luchar siempre”, dice Pérez del Campo.
Antonia, de hecho, tuvo que luchar contra ese estereotipo en el propio punto de encuentro al que llevaba a sus mellizos para que visitaran su padre. “A veces me regañaban porque los niños no querían quedarse, como si yo tuviese la culpa. Y me recordaban que estaba obligada a llevarles, mientras que a él nadie le recordaba que tenía que pagar la pensión de sus hijos, cosa que no hacía casi nunca”, asegura.
La juez Inmaculada Montalbán insiste en que la idea de que las mujeres manipulan a sus hijos contra los padres es completamente falsa. “Es triste que después de 10 años desde la aprobación de la Ley de Violencia de Género no hayamos podido acabar con este mito. Y es uno de los más dañinos porque ataca a la credibilidad de las mujeres cuando ponen una denuncia de maltrato”, lamenta. Según el último estudio del Observatorio sobre este asunto el nº de denuncias falsas fue solo el 0,01% del total.

Continua el artículo de prensa .....

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