La pareja se separa después de 10 años de matrimonio, pero seguirán bajo el mismo techo. Ahora tienen que repartir su fortuna
Ben Affleck (42 años) y Jennifer Garner (43) han caído en la maldición de Hollywood. El matrimonio, que estuvo 10 años casado, anunció esta semana su divorcio, la ruptura de una relación que termina de forma tan extraña como aquel concius uncoupling de Gwyneth Paltrow y Chris Martin. Pero con el comunicado de divorcio no terminan las cosas, comienzan los problemas.
Garner
se convirtió en la 1ª mujer de Affleck en 2005, pero no era su
1º intento de boda. El actor le pidió matrimonio a Jennifer López,
incluso protagonizó un videoclip de la cantante. La pareja se casó en
julio de 2005 en las islas griegas, tan solo 1 año después de que él
terminara con JLo. Tan intenso era su amor que no firmaron un contrato prematrimonial que, en caso de divorcio, facilitaría las cosas.
Durante estos 10 años de matrimonio, Garner y Affleck han tenido 3 hijos y se han instalado en una casa en Pacific Palisades, California,
edificada sobre un terreno de más de 2.000 m2. Dado que,
según anunciaban en el comunicado de divorcio, pretenden criar a sus
hijas en común, ninguno va a abandonar el hogar conyugal.
Ben se está construyendo un área privada anexa a la casa, tal y como se puede ver en unas fotografías aéreas publicadas por el Daily Mail. El matrimonio está decidido a mantener un divorcio amistoso, pese a que los últimos meses no han sido fáciles.
Póker y dinero
Tal y como adelantó Vanitatis, la afición a los casinos de Affleck ha
sido el motivo de muchas discusiones. Ben es un experto jugador de
póker que va a torneos por todo el mundo. Sin embargo, en ocasiones ha
perdido mucho dinero jugando en Las Vegas. El actor fue expulsado el año
pasado del Hard Rock de Las Vegas y le prohibieron la entrada a cualquier Hard Rock después de que le pillaran contando las cartas en el black jack.
Dentro del divorcio amistoso, la pareja debe dividir su fortuna, que supera los 100 millones de euros.
Garner, menos derrochadora que su todavía marido, sabe perfectamente
qué dinero entra en su casa, por lo que no sería fácil engañarla. Pese a
que ha sido él quien ha participado en más películas -44, entre las que
destacan Perdida, Shakespeare in Love o Pearl Harbour-, Garner cree que debería ser recompensada por ser mamá.
Jennifer considera que los sacrificios laborales que hizo al tener a sus hijos merecen una recompensa,
por lo que no quiere que el dinero se divida de manera proporcional al
trabajo. Solo el tiempo dirá cuánto dura la amistad entre los ex.
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