Si estás considerando el divorcio, es esencial que conozcas la Ley Orgánica 1/2025, que trae consigo cambios significativos destinados a mejorar el sistema judicial español. Una de las modificaciones más destacadas es la promoción de métodos alternativos para resolver conflictos de manera negociada.
Desde la puesta en marcha de esta ley, se exige que antes de recurrir a los tribunales, las partes intenten resolver sus diferencias mediante Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MASC). Este aspecto es de particular relevancia en los casos de divorcio y separación.
Aunque en el pasado el acuerdo mutuo y la mediación formaban parte del marco legal, estas alternativas no eran ampliamente empleadas, y las parejas que decidían separarse podían optar por un proceso de mutuo acuerdo o, en caso de no alcanzar un consenso, por un juicio contencioso.
Con la nueva legislación, los MASC se convierten en un paso obligatorio antes de presentar cualquier demanda ante el juzgado.
Desde la puesta en marcha de esta ley, se exige que antes de recurrir a los tribunales, las partes intenten resolver sus diferencias mediante Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MASC). Este aspecto es de particular relevancia en los casos de divorcio y separación.
Aunque en el pasado el acuerdo mutuo y la mediación formaban parte del marco legal, estas alternativas no eran ampliamente empleadas, y las parejas que decidían separarse podían optar por un proceso de mutuo acuerdo o, en caso de no alcanzar un consenso, por un juicio contencioso.
Con la nueva legislación, los MASC se convierten en un paso obligatorio antes de presentar cualquier demanda ante el juzgado.
Es decir, las parejas deben haber intentado solucionar su divorcio mediante estos métodos antes de poder acudir a los tribunales.
Salvo en situaciones excepcionales, como los casos de violencia de género, las parejas deberán haber intentado llegar a un acuerdo antes de iniciar un proceso judicial.
El objetivo de la Ley Orgánica 1/2025 es modificar la tendencia litigiosa tan arraigada en nuestra sociedad, promoviendo la negociación y el acuerdo como la 1ª opción a considerar antes de llegar al juicio.
Los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MASC) ofrecen varias ventajas:
Salvo en situaciones excepcionales, como los casos de violencia de género, las parejas deberán haber intentado llegar a un acuerdo antes de iniciar un proceso judicial.
El objetivo de la Ley Orgánica 1/2025 es modificar la tendencia litigiosa tan arraigada en nuestra sociedad, promoviendo la negociación y el acuerdo como la 1ª opción a considerar antes de llegar al juicio.
Los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MASC) ofrecen varias ventajas:
a.- Reducción de tiempos y gastos: Los juicios pueden alargarse durante años y generar elevados costos en honorarios legales. Los MASC permiten resolver los conflictos más rápidamente y con menores gastos.
b.- Menos impacto emocional: Los procesos contenciosos pueden ser traumáticos, mientras que la negociación en un entorno respetuoso y constructivo minimiza el dolor para las partes involucradas y sus hijos.
c.- Mayor control sobre el proceso: En un juicio, es el juez quien toma las decisiones, mientras que en un proceso de negociación las partes tienen mayor poder sobre los términos de su acuerdo. Esto les permite crear un plan de separación más adecuado a sus necesidades y decisiones sobre la crianza de los hijos.
d.- Soluciones más favorables para la familia: Llegar a acuerdos, especialmente cuando hay hijos de por medio, facilita una transición menos conflictiva y promueve una relación más armoniosa entre los padres en el futuro.
La Ley Orgánica 1/2025 reconoce como métodos para resolver conflictos la mediación y el Derecho Colaborativo, ambos altamente efectivos en casos familiares:
La mediación familiar es una herramienta útil para ayudar a los padres a resolver los desafíos que surgen después de una separación. El mediador explica claramente el proceso y los temas que se tratarán, buscando que ambos padres colaboren para encontrar soluciones que beneficien a todos los miembros de la familia.
El mediador tiene como objetivo guiar las conversaciones y asegurar que se llegue a acuerdos que sean justos para todos los involucrados.
Si se alcanzan acuerdos al final del proceso, se elaborará un documento que servirá de base para que los abogados preparen el convenio regulador necesario para formalizar la separación o el divorcio ante el juzgado.
Por eso, ante este nuevo cambio legislativo se hace aún más necesaria la figura del abogado desde el 1º momento en el que las partes empiecen intentar esa mediación obligatoria.
Durante todo el procedimiento, cada parte está acompañada y asesorada por un abogado especializado, y si es necesario, pueden intervenir otros expertos como psicólogos o educadores.
No obstante, y aunque los MASC promueven acuerdos sin juicio, el abogado sigue siendo una figura esencial en todo proceso de divorcio.
b.- Menos impacto emocional: Los procesos contenciosos pueden ser traumáticos, mientras que la negociación en un entorno respetuoso y constructivo minimiza el dolor para las partes involucradas y sus hijos.
c.- Mayor control sobre el proceso: En un juicio, es el juez quien toma las decisiones, mientras que en un proceso de negociación las partes tienen mayor poder sobre los términos de su acuerdo. Esto les permite crear un plan de separación más adecuado a sus necesidades y decisiones sobre la crianza de los hijos.
d.- Soluciones más favorables para la familia: Llegar a acuerdos, especialmente cuando hay hijos de por medio, facilita una transición menos conflictiva y promueve una relación más armoniosa entre los padres en el futuro.
La Ley Orgánica 1/2025 reconoce como métodos para resolver conflictos la mediación y el Derecho Colaborativo, ambos altamente efectivos en casos familiares:
La mediación familiar es una herramienta útil para ayudar a los padres a resolver los desafíos que surgen después de una separación. El mediador explica claramente el proceso y los temas que se tratarán, buscando que ambos padres colaboren para encontrar soluciones que beneficien a todos los miembros de la familia.
El mediador tiene como objetivo guiar las conversaciones y asegurar que se llegue a acuerdos que sean justos para todos los involucrados.
Si se alcanzan acuerdos al final del proceso, se elaborará un documento que servirá de base para que los abogados preparen el convenio regulador necesario para formalizar la separación o el divorcio ante el juzgado.
Por eso, ante este nuevo cambio legislativo se hace aún más necesaria la figura del abogado desde el 1º momento en el que las partes empiecen intentar esa mediación obligatoria.
Durante todo el procedimiento, cada parte está acompañada y asesorada por un abogado especializado, y si es necesario, pueden intervenir otros expertos como psicólogos o educadores.
No obstante, y aunque los MASC promueven acuerdos sin juicio, el abogado sigue siendo una figura esencial en todo proceso de divorcio.
No solo se encarga de garantizar que los acuerdos sean legales y justos, sino que también asesora a sus clientes sobre el MASC más adecuado y se asegura de que el procedimiento se complete correctamente.
Si tras intentar un MASC las partes no logran llegar a un acuerdo, pueden recurrir a los tribunales. (.....)
Si tras intentar un MASC las partes no logran llegar a un acuerdo, pueden recurrir a los tribunales. (.....)