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Liquide su pareja
29/04/11.Elisa Beni. Revista Tiempo
LUNA DE MIEL EN BALI. Lista de boda en Vinçon. Tu pupila en mi pupila.
A todo quisque se le olvida la realidad.
En la tarjeta de visita, como en todo, podrá estar arriba uno u otro. Será engañosa.
En caso de gananciales vayan pensando en poner en el cartón Señores de S.L. Harán justicia y les harán justicia.
El amor es tan fuerte como la muerte -Cantar de los Cantares mediante- hasta que se llega al juzgado.
Una vivienda es el valor más seguro hasta que la hipoteca se estrella contra el desamor. Desazona ahora que nos diga el Supremo que la de la casa es una deuda societaria.
Pues sí, señores, con divorciarse no termina la cosa.
Aquí se estila mucho tener la sentencia final que acaba con el matrimonio, a veces también con las ilusiones o con la esclavitud, y que disuelve la sociedad de gananciales.
Eso es el matrimonio a fin de cuentas. Un contrato. Al menos a los ojos de la ley.
Y sabido es que una cosa es disolver una sociedad y otra liquidarla.
La madre del cordero. Divorcio alcanzado, la liquidación queda pendiente y arrecian los problemas. Una sentencia ahora da solución a uno de ellos, pero se pueden dar otros.
Los sesudos señores de la Sala Iª están diciendo a gritos que hay que liquidar.
Liquidada la sociedad, terminados los problemas.
A lo mejor la vivienda en propiedad no es la mejor idea cuando los caminos se separan. Borrón y cuenta nueva. Liquide su vida anterior.
Venda, reparta, adáptese a su nuevo estatus. No penen.
Empezar una nueva vida merece una nueva casa. Sin fantasmas.
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