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Viajar solo tiene algo que es difícil de explicar. Es una
forma única de ver el mundo.
Sal&Roca, 07 de Septiembre de 2016
En general, como personas que vivimos en una sociedad interconectada, crecemos dependiendo de otros, esperando siempre algo o comprometiéndonos
con ellos. Este hecho se remonta a la idea de que tenemos la sensación de que
como individuos somos poderosos, pero como comunidad somos imparables.
Pero, ¿qué pasa con las experiencias de alguien que está atravesando un
periodo de su vida sin nadie con quien contar o nadie con quien
compartir?
Algunos dirán que es la existencia más solitaria imaginable, pero
otros te dirán que es la única forma de descubrir tu verdadero potencial.
Cuando viajas solo no dependes de nadie. Te levantas, comes y
exploras cuando quieres, te mueves de ciudad en ciudad si así lo
deasas y, si prefieres estar más tiempo en algún lugar, te quedas. Sales
de fiesta cuando te parece o realizas tours turísticos si estás interesado, al
igual que invertirás más tiempo hablando con gente interesante.
Nunca tendrás que tener en cuenta qué quiere hacer otra persona, dónde
quiere ir, qué y cuándo quiere comer, si podrá permitirse el
tour que tantas ganas tienes de ir o, simplemente, su estado emocional o su
seguridad.
Suena bien, ¿no?
Aun así, mientras ganas en libertad viajando solo, también deberás lidiar
con muchas y diferentes cargas.
Cuando estás solo, lo estás realmente. Y no es una sensación fácil de
llevar. Está claro que conocerás cientos de personas interesantes durante
el trayecto e, incluso algunas se unirán en algún momento del viaje, pero sólo
podrás confiar plenamente en ti y nadie más.
Esto es, nadie te ayudará a cargar con la mochila o vigilará tu
espalda en esas calles atestadas de gente, así como nadie te hará compañía de
noche. Nadie estará a tu lado cuando te gires para compartir ese maravilloso
amanecer. No tendrás a nadie para compartir habitación de hotel o coger un
taxi, así como nadie te cocinará la cena en el hostal; nadie te cuidará cuando
te pongas malo o te ayudará cuando pierdas el teléfono. Únicamente estarás
contigo mismo y nadie más.
Entonces, ¿qué opción es mejor?
La respuesta es ninguna de las 2.
Hay tantos pros y contras que se equilibran entre sí, que no se puede decir
qué es mejor, si viajar con uno de tus mejores amigos o viajar solo,
ya que con cada forma de viajar volverás con unas experiencias y recuerdos
diferentes pero igualmente inolvidables.
Para ser sincero, he viajado de ambas maneras numerosas veces, y no puedo
decir cuál prefiero.
Viajar solo abre tu mente y te obliga a experimentar mucho más, así como
conocer mucha más gente y compartir más tus historias. Estás en parte obligado
a abrirte más con los locales ya que no tienes nadie más con quien hablar.
Viajar con un amigo o con tu pareja te da la oportunidad de conoceros mejor
y compartir juntos experiencias increíbles. Además, generalmente os presionaréis
mutuamente para llegar más lejos que lo que lo harías si estuvieras solo y así
mejorar tus experiencias y expandir tus círculos.
Nota: Se le olvida al autor que es mucho más caro, económicamente, viajar solo........ sobre todo si lo haces en viajes organizados cerrados.
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