La mediación familiar es un
procedimiento extrajudicial establecido desde la década de los 1970 y se ofrece
como vía complementaria a los procesos
tradicionales de separación o divorcio.
Paloma
López & Rocío Gavilán, Psicologas.
Tuesday 31 de May de 2016
Es un proceso de resolución de
conflictos, absolutamente confidencial, que permite que las partes implicadas
puedan comunicarse entre sí, expresando sus puntos de vista, argumentos,
intereses, necesidades o expectativas y llegando, en su caso, a acuerdos
mutuamente consentidos. El mediador/a actúa como facilitador/a del proceso y
vela por su legítimo funcionamiento, creando así un espacio de diálogo en el
que prevalece la equidad comunicativa, la seguridad, la libertad y la igualdad.
Cada vez es más requerido en multitud de procesos judiciales para la resolución
de conflictos.
En derecho de familia, la mediación
familiar ayuda a los progenitores que buscan soluciones a problemas familiares
complejos en caso de custodia. Es decir, la mediación familiar devuelve al
padre y madre el poder de la decisión sobre la resolución de la crisis conyugal
favoreciendo soluciones de mutuo
acuerdo.
El objetivo primordial es que ambos
progenitores, comprendan las necesidades de sus hijos y se comprometan a seguir
unas pautas que se establecen para salvaguardar el bienestar de los menores y
sus necesidades.
Se debe prestar atención a la
comunicación activa, entendiendo esta como la escucha del otro progenitor sin
contestar de forma agresiva sino asertiva, llegando a puntos y nexos de unión
entre ambos. Además, se logra reducir el conflicto entre progenitores, aumentar
la conciliación y la cooperación e incrementar la conciencia sobre los efectos
negativos del conflicto parental y la influencia de los mismos sobre los
menores en los ámbitos personal, emocional, social y escolar.
La mediación familiar puede darse con la inclusión de los menores en dicha mediación o sin ella. Debemos ser cautos ante la decisión de dicha inclusión, puesto que se debe tratar con suma delicadeza para no desestabilizar a los menores y provocar consecuencias negativas en ellos.
La mediación familiar puede darse con la inclusión de los menores en dicha mediación o sin ella. Debemos ser cautos ante la decisión de dicha inclusión, puesto que se debe tratar con suma delicadeza para no desestabilizar a los menores y provocar consecuencias negativas en ellos.
De acuerdo con Nelly (2004): parece necesario un
enfoque múltiple en el ámbito de la intervención de los menores:
En función de las variables y
circunstancias que ocurren en la disolución de la pareja, será preciso diseñar
un tipo de intervención, en el cual, el método elegido cumpla determinadas
condiciones particulares adoptadas al caso concreto. Se parte de la base de que
la mediación familiar, es un proceso de transformación estructurante, que tiene
que considerar la opinión del menor, adecuado a la edad del mismo.
Los adolescentes en la etapa del
desarrollo y de transición a la edad adulta, precisan del apoyo parental, como
sus referentes adultos. Los progenitores, entre otras cuestiones, han de ayudar
al adolescente, en el adecuado balance entre su necesidad de independencia y su
necesidad de formar parte activa de su familia. Este objetivo requiere
compartir tiempo y disponibilidad en la relación paternofilial, para
proporcionarles habilidades que puedan utilizar posteriormente como adultos.
Por lo tanto, las reglas compartidas
por ambos progenitores deben ser claras, y los planes de parentalidad han de
incluir los cambios necesarios en función de la edad de los menores. Es
aconsejable incluirlos en la mediación familiar siempre que sea posible para
tener en cuenta sus opiniones.
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(PAMAC)
'Psicología Velázquez'
Calle Velázquez 53, Madrid -
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Tel.: 650541532
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Nota: No olvidemos que la Mediación Familiar tiene que solucionar TODOS los problemas que la actual normativa genera en los procesos de divorcio. No solo la Guarda y Custodia. Que los que se divorcian son los progenitores y ellos, exclusivamente, tendran que acoquinar con los gastos financieros en el futuro, no los hijos.
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