MADRID, 23 Jul. 2015 (EUROPA PRESS) -
En su exposición, Ajenjo ha señalado también que, en el caso de las parejas "reconstituidas", durante la década de 2001 a 2011 se han producido cambios en la nacionalidad de los cónyuges.
Así, las familias de este tipo en que ambos son de nacionalidad española se han reducido del 79,2% al 58%, debido a un incremento de la unión de hombres españoles con mujeres de origen extranjero, ambos con descendencia.
"Los hombres se reconstituyen mucho más que las mujeres. El hecho de que no convivan habitualmente con hijos e hijas influye en este comportamiento --ha explicado--. Además suelen reconstituirse con mujeres más jóvenes mientras que ellas lo hacen con hombres de edad similar".
Por su parte, el responsable del Servicio de Atención a Familias Reconstituidas de UNAF, Gregorio Gullón, ha explicado que este tipo de familias "presentan una serie de características y problemas determinados que requieren de un abordaje específico" entre los que figuran la intención de "rehacer una familia nuclear" y el modo de abordar los "roles de género".
"La familia nuclear ha sido históricamente el modelo de referencia, de ahí el intento de replicarla --juzga Gullón-- Pero esto lleva implícito el fracaso porque el funcionamiento de la familia reconstituida es diferente al de la familia nuclear. Debemos ayudar a estas familias a aceptar esta imposibilidad".
En cuanto a los "roles de género", el experto considera que, en muchos casos, "se espera que la mujer sea la proveedora afectiva de hijos e hijas y la responsable de las tareas domésticas, y que el hombre sea el proveedor económico y quien imponga las normas".
"Todo ello es un error, ya que son los progenitores quienes deben hacerse cargo por igual tanto de lo afectivo como de lo económico, normativo o educativo. Y las nuevas parejas deberán limitarse a desempeñar un rol complementario", manifiesta.
El porcentaje de familias que se
"reconstituyen" aportando hijos de relaciones anteriores ha pasado de
ser un 3,8% de los núcleos familiares en España en 2001 a representar el
6,2% del total, según el doctor investigador del Centre d'Estudis
Demogràfics de Cataluña Marc Ajenjo.
En el marco de un curso de verano sobre 'Evolución y Actualidad de
las familias: nuevas estructuras y nuevos valores' organizado por la
Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) para la Universidad Complutense
de Madrid, el experto ha presentado también datos que apuntan a un
incremento del porcentaje de hogares monoparentales (del 14,6% al 16,6%
en el mismo periodo) y de una merma de los hogares "biparentales",
aquellos en los que 2 progenitores conviven con hijos menores de edad
(del 81,6% al 77,3%).En su exposición, Ajenjo ha señalado también que, en el caso de las parejas "reconstituidas", durante la década de 2001 a 2011 se han producido cambios en la nacionalidad de los cónyuges.
Así, las familias de este tipo en que ambos son de nacionalidad española se han reducido del 79,2% al 58%, debido a un incremento de la unión de hombres españoles con mujeres de origen extranjero, ambos con descendencia.
"Los hombres se reconstituyen mucho más que las mujeres. El hecho de que no convivan habitualmente con hijos e hijas influye en este comportamiento --ha explicado--. Además suelen reconstituirse con mujeres más jóvenes mientras que ellas lo hacen con hombres de edad similar".
Por su parte, el responsable del Servicio de Atención a Familias Reconstituidas de UNAF, Gregorio Gullón, ha explicado que este tipo de familias "presentan una serie de características y problemas determinados que requieren de un abordaje específico" entre los que figuran la intención de "rehacer una familia nuclear" y el modo de abordar los "roles de género".
"La familia nuclear ha sido históricamente el modelo de referencia, de ahí el intento de replicarla --juzga Gullón-- Pero esto lleva implícito el fracaso porque el funcionamiento de la familia reconstituida es diferente al de la familia nuclear. Debemos ayudar a estas familias a aceptar esta imposibilidad".
En cuanto a los "roles de género", el experto considera que, en muchos casos, "se espera que la mujer sea la proveedora afectiva de hijos e hijas y la responsable de las tareas domésticas, y que el hombre sea el proveedor económico y quien imponga las normas".
"Todo ello es un error, ya que son los progenitores quienes deben hacerse cargo por igual tanto de lo afectivo como de lo económico, normativo o educativo. Y las nuevas parejas deberán limitarse a desempeñar un rol complementario", manifiesta.
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