Según
el INE -un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Economía-,
5.632 personas fueron denunciadas por violencia doméstica en 2011, año
al que se refiere el estudio. De ellas, 1.343 eran mujeres. Pero el
nº de víctimas fue, con toda certeza, muy superior a esa cifra, ya que las estadísticas sólo recogen los procedimientos penales incoados en los tribunales
e inscritos en el Registro Central para la protección de las víctimas
de violencia doméstica y de género, controlado por el Ministerio de
Justicia.
El
propio INE trata de distinguir, en 1º lugar, entre ambos tipos de
violencia.
La de género es la que se ejerce exclusivamente por un hombre
contra una mujer que sea o haya sido su cónyuge o pareja sentimental,
tanto si hay como si no hay -o hubo- convivencia. La doméstica, en
cambio, es la que protagoniza tanto un hombre como una mujer
sobre sus parientes más cercanos en el núcleo familiar; por ejemplo, las
agresiones que cometen padres contra hijos, y viceversa.
La
frecuente confusión entre la violencia de uno y otro tipo se deriva de
la redacción de la Ley Orgánica de Protección Integral contra la
Violencia de Género, aprobada en 2004 por el 1º Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Aquella ley, aún vigente, introdujo la distinción entre ambas para castigar con mayor dureza
la que el hombre ejerce contra la mujer en el ámbito de las relaciones
afectivas. En 2011 hubo más de 32.000 mujeres víctimas de violencia de
género, según el registro de Justicia.
La mayoría de las agresoras, jóvenes
El
INE revela ahora que de las 7.744 víctimas de violencia doméstica
registradas en 2011, el 37% fueron hombres y el 63% restante, mujeres,
aunque no aclara cuántas de ellas fueron agredidas por otras mujeres.
Según el estudio, el 23,8% de las personas denunciadas por ese motivo
eran mujeres -exactamente 1.343-, generalmente jóvenes: la inmensa mayoría de las agresoras tenía entre 20 y 44 años, y sólo en 15 casos la protagonista de esos ataques físicos o psíquicos tenía 70 años o más.
Los jueces dictaron en 2012 más de 12.000 medidas cautelares por violencia doméstica,
y el 23,4% de ellas recayeron sobre mujeres. En el ámbito penal, las
más frecuentes fueron la prohibición de acercarse a las víctimas (el
36%) y la de comunicarse con ellas (el 27%). En cambio, las medidas
civiles más habituales tuvieron que ver con la custodia de los hijos (el
28%), el régimen de visitas (19%) o el régimen de prestación de la
pensión alimenticia (un 15%).
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