Las modificaciones de medidas en los tribunales han crecido un 258 % en la comunidad desde el 2007.
La aplicación de la Ley de Custodia Compartida también ha obligado a revisar numerosos casos
F. MANTECÓN / L. M. GABÁS 05/10/2014
La
crisis económica y la aplicación hace 3 años de la Ley de Custodia
Compartida han disparado la inestabilidad de los acuerdos de divorcio en
Aragón. Las modificaciones de medidas, de mutuo acuerdo o con decisión
judicial, se han multiplicado por 2,5 desde el 2007 hasta el año pasado,
al pasar de 2.809 antes del inicio oficial de la crisis a las 7.255 del año pasado.
Es el efecto más notable de la inestabilidad económica, que también ha causado un descenso de divorcios y separaciones, por el coste de un proceso que algunos prefieren ahorrarse. Pero esta bajada apenas ha supuesto un 10,6% de los casos, de los 3.134 del 2007 a los 2.833 del año pasado. Y en los últimos 3 años la cifra se ha mantenido relativamente estable.
Como explica la abogada Virginia Laguna, especializada en Familia, este descenso no se ha dejado notar demasiado en los despachos, porque "al final, si te quieres divorciar te divorcias". El desgaste de la convivencia provoca tensiones que rara vez frena la necesidad económica, ni aunque sea de forma civilizada.
CONSENSUADOS.
De hecho, las separaciones y divorcios consensuados han bajado más que los contenciosos. Aunque tanto Laguna como Manuela Blasco, abogada y mediadora familiar, sí han conocido algún caso en el que la economía, y particularmente la precaria situación en la que queda por ejemplo un ama de casa tras la separación, han frenado la ruptura matrimonial.
En lo que ambas coinciden es en la citada inestabilidad de los acuerdos, que las estadísticas refrendan. "Antes, te llegaba un cliente, llegabas al acuerdo y no lo volvías a ver", explica Laguna. "Ahora los casos los puedes arrastrar durante años", asegura.
El motivo es simple, y viene dado por la propia inestabilidad laboral de los cónyuges, en una doble vertiente, de dinero y de tiempo. Por un lado, los acuerdos de pago de una determinada pensión compensatoria forzosamente han de cambiar si el que la abona pierde su empleo, situación lamentablemente habitual en los últimos años. Lógicamente no puede seguir pagando lo mismo, y la situación acaba como mínimo en la mediación, y más frecuentemente ante el juez.
De hecho, en este ámbito los pactos previos son mucho menos frecuentes, en una proporción de menos de un cuarto: en el 2007 hubo 509 modificaciones de medidas consensuadas, frente a 2.295 contenciosas. El año pasado las cifras se habían disparado pero la proporción se mantenía, con 1.335 frente a 5.920.
Además de la pensión, otra cosa que suele cambiar es la custodia, ya que el divorciado que antes no podía cuidar de su hijo quiere recuperar este privilegio al quedar en paro, y también acude a los tribunales para ello.
En este ámbito se hizo notar la aplicación de la Ley de Custodia Compartida, sobre todo hace 2 años. En las modificaciones no consensuadas hubo un notable salto de las 4.402 del 2011 a las 5.741 del 2012, fruto también de la revisión de muchos casos de custodia por la aplicación de la nueva legislación, que establece como régimen preferente la igualdad de los padres en el cuidado del menor. Siempre que sea beneficioso para él.
Con todo esto, el trabajo en los juzgados de Primera Instancia especializados en Familia se ha visto multiplicado en los últimos años, y la incorporación de uno nuevo ha sido una petición constante de la Judicatura. Pero precisamente por la crisis económica y la negativa ministerial a crear nuevos órganos unipersonales, no han llegado. Se amparan en la implantación de una Nueva Oficina Judicial --una reorganización con servicios comunes-- que nunca llega y en jueces de adscripción territorial, en número insuficiente.
Es el efecto más notable de la inestabilidad económica, que también ha causado un descenso de divorcios y separaciones, por el coste de un proceso que algunos prefieren ahorrarse. Pero esta bajada apenas ha supuesto un 10,6% de los casos, de los 3.134 del 2007 a los 2.833 del año pasado. Y en los últimos 3 años la cifra se ha mantenido relativamente estable.
Como explica la abogada Virginia Laguna, especializada en Familia, este descenso no se ha dejado notar demasiado en los despachos, porque "al final, si te quieres divorciar te divorcias". El desgaste de la convivencia provoca tensiones que rara vez frena la necesidad económica, ni aunque sea de forma civilizada.
CONSENSUADOS.
De hecho, las separaciones y divorcios consensuados han bajado más que los contenciosos. Aunque tanto Laguna como Manuela Blasco, abogada y mediadora familiar, sí han conocido algún caso en el que la economía, y particularmente la precaria situación en la que queda por ejemplo un ama de casa tras la separación, han frenado la ruptura matrimonial.
En lo que ambas coinciden es en la citada inestabilidad de los acuerdos, que las estadísticas refrendan. "Antes, te llegaba un cliente, llegabas al acuerdo y no lo volvías a ver", explica Laguna. "Ahora los casos los puedes arrastrar durante años", asegura.
El motivo es simple, y viene dado por la propia inestabilidad laboral de los cónyuges, en una doble vertiente, de dinero y de tiempo. Por un lado, los acuerdos de pago de una determinada pensión compensatoria forzosamente han de cambiar si el que la abona pierde su empleo, situación lamentablemente habitual en los últimos años. Lógicamente no puede seguir pagando lo mismo, y la situación acaba como mínimo en la mediación, y más frecuentemente ante el juez.
De hecho, en este ámbito los pactos previos son mucho menos frecuentes, en una proporción de menos de un cuarto: en el 2007 hubo 509 modificaciones de medidas consensuadas, frente a 2.295 contenciosas. El año pasado las cifras se habían disparado pero la proporción se mantenía, con 1.335 frente a 5.920.
Además de la pensión, otra cosa que suele cambiar es la custodia, ya que el divorciado que antes no podía cuidar de su hijo quiere recuperar este privilegio al quedar en paro, y también acude a los tribunales para ello.
En este ámbito se hizo notar la aplicación de la Ley de Custodia Compartida, sobre todo hace 2 años. En las modificaciones no consensuadas hubo un notable salto de las 4.402 del 2011 a las 5.741 del 2012, fruto también de la revisión de muchos casos de custodia por la aplicación de la nueva legislación, que establece como régimen preferente la igualdad de los padres en el cuidado del menor. Siempre que sea beneficioso para él.
Con todo esto, el trabajo en los juzgados de Primera Instancia especializados en Familia se ha visto multiplicado en los últimos años, y la incorporación de uno nuevo ha sido una petición constante de la Judicatura. Pero precisamente por la crisis económica y la negativa ministerial a crear nuevos órganos unipersonales, no han llegado. Se amparan en la implantación de una Nueva Oficina Judicial --una reorganización con servicios comunes-- que nunca llega y en jueces de adscripción territorial, en número insuficiente.
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