......y el padre de su hija Simona
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Un músico argentino acaba de ganarle una demanda por paternidad.
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La mexicana, embajadora de UNICEF, había inscrito a su hija como madre soltera.
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Él escribió hasta a la presidenta Kirchner en busca de amparo.
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El tribunal también ha dictaminado que Julieta debe recibir terapia psicológica.
La cantante mexicana Julieta Venegas está protagonizando su propio
culebrón con el padre de su hija, el músico argentino Rodrigo García.
Tras meses de pelea judicial, García ha conseguido que la justicia reconozca que es el padre de la hija de Julieta, Simona, y que comiencen a verse y a tener una relación normal.
Rodrigo García creyó en un principio que se trataba de una estrategia de la mexicana para mantener su privacidad a salvo de los medios, pero cuando la pareja rompió tiempo después, y Venegas empezó a ponerle trabas para ver a su hija, cayó en la cuenta de que, a ojos de la justicia, él no era el padre de Simona. Comenzó entonces la pelea judicial con la madre de su hija que ha durado casi 2 años en los que Rodrigo no ha tenido contacto con Simona. Su causa se volvió masiva en Twitter, donde el músico iba dejando pistas de cómo iba el proceso: 'Van más de 500 y tantos días que no tengo noticias de mi hija. Nunca me imaginé vivir una situación tan penosa y mafiosa'. García llegó a escribirle a la presidenta de Argentina para pedirle amparo.
'Pronto juntos, nunca tendrías que haber pasado esta miseria, lo lamento mucho'. Con este mensaje Rodrigo García anunciaba hace pocos días el final de su batalla judicial con Julieta Venegas. Tras realizarle las pruebas de ADN y comprobar que el músico era efectivamente el padre de la pequeña Simona, el tribunal le 'devolvió' su paternidad. Desde este mes de marzo, Julieta (embajadora de UNICEF, por cierto) está obligada a permitir que su hija y su ex convivan. La niña deberá llevar el apellido de su padre y tener con él una relación normal. Pero lo más sorprendente de la sentencia es el 'recadito' del tribunal a la cantante, a la que recomienda recibir terapia psicológica para 'solucionar sus problemas emocionales'.
'Nunca me imaginé vivir una situación tan penosa y mafiosa', ha dicho él.
Aunque en España sólo se la conoce por su música, la vida íntima de
Venegas es muy seguida por los medios de su país. Más desde que
comenzara su trifulca pública con García, un músico argentino hasta el
momento desconocido en el país azteca. Se conocieron en Buenos Aires en
agosto de 2009, y mantuvieron una breve relación fruto de la cual nació Simona el 12 de agosto de 2010.
Menos de un mes después, la mexicana fue a registrar a su hija, y lo
hizo como madre soltera, es decir, le dio sus 2 apellidos ignorando al
padre. Rodrigo García creyó en un principio que se trataba de una estrategia de la mexicana para mantener su privacidad a salvo de los medios, pero cuando la pareja rompió tiempo después, y Venegas empezó a ponerle trabas para ver a su hija, cayó en la cuenta de que, a ojos de la justicia, él no era el padre de Simona. Comenzó entonces la pelea judicial con la madre de su hija que ha durado casi 2 años en los que Rodrigo no ha tenido contacto con Simona. Su causa se volvió masiva en Twitter, donde el músico iba dejando pistas de cómo iba el proceso: 'Van más de 500 y tantos días que no tengo noticias de mi hija. Nunca me imaginé vivir una situación tan penosa y mafiosa'. García llegó a escribirle a la presidenta de Argentina para pedirle amparo.
La abuela paterna de la niña se presentó en un concierto de Julieta y le armó un escándalo.
Los medios, mientras, han estado alimentándose del culebrón formado
por Rodrigo y Julieta a expensas de su hija. Durante un concierto de
Julieta en el Gran Rex de Buenos Aires, Irma, la abuela paterna de la niña, protagonizó un escándalo en las puertas de la mítica sala acusando a la mexicana de no permitirle ver a su nieto. Momento que fue convenientemente recogido por las cámaras.'Pronto juntos, nunca tendrías que haber pasado esta miseria, lo lamento mucho'. Con este mensaje Rodrigo García anunciaba hace pocos días el final de su batalla judicial con Julieta Venegas. Tras realizarle las pruebas de ADN y comprobar que el músico era efectivamente el padre de la pequeña Simona, el tribunal le 'devolvió' su paternidad. Desde este mes de marzo, Julieta (embajadora de UNICEF, por cierto) está obligada a permitir que su hija y su ex convivan. La niña deberá llevar el apellido de su padre y tener con él una relación normal. Pero lo más sorprendente de la sentencia es el 'recadito' del tribunal a la cantante, a la que recomienda recibir terapia psicológica para 'solucionar sus problemas emocionales'.
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