AGENCIA REFORMA /PALOMA VILLANUEVA / Publicada el 07/07/2013
Tener una relación amorosa con alguien, agrega, no significa poder controlarlo o poseerlo. Foto: Shutterstock.
"Lo primero que un hombre hace para ejercer violencia contra una mujer es enamorarla, lo segundo, aislarla, convencerla de que su familia no la entiende, que nadie la va a conocer como la conoce él, que nadie le va a entender como la entiende él, que no necesita tener amigos porque con él tiene suficiente.
"Después la humilla y la anula, le dice que es una inútil, que no vale para nada, que no sabe cocinar, que no sabe planchar, que no sabe trabajar y sólo después de eso llegan las palizas", describe quien se ha dedicado a la prevención de la violencia y el fomento de la equidad social.
Desde las primeras acciones hasta las más extremas, todas son formas de maltrato, pero en la mayoría de las ocasiones sólo se perciben cuando las agresiones son visibles.
"Sólo vemos lo que deja huellas físicas, pero las formas más extremas de abuso sexual, por ejemplo, no siempre dejan lesiones físicas o las formas más extremas de violencia psicológica tampoco dejan lesiones físicas", alerta.
La trayectoria de Pepa, como le dicen, incluye haber colaborado en programas para prevenir la violencia en los Ministerios de Educación, Sanidad y Bienestar Social de varios países de Europa.
Mucho ojo chicas
La especialista hace énfasis en la importancia de que, principalmente las adolescentes, sepan exigir desde el inicio de una relación afectiva condiciones de respeto y ausencia total de signos de maltrato.
"Si vas a compartir un proyecto de vida con alguien debes establecer tus condiciones desde el principio y si tu pareja no puede satisfacer la necesidad de una vida totalmente libre de violencia entonces desde ese momento habría que terminar con esa relación", considera.
Casarse con alguien pensando que "va a cambiar" es uno de los peores errores que se pueden cometer, señala, por lo que es indispensable dejar bien claras las condiciones de la unión desde el principio.
"Cuando das por hecho que tu novio puede opinar sobre cómo vas vestida, con quién sales, con quién te relacionas, todo eso ya son signos de violencia y todo eso son cosas que no puedes permitir", detalla.
Tener una relación amorosa con alguien, agrega, no significa poder controlarlo o poseerlo.
"El amor te hace libre, te hace fuerte, el amor te lleva a trabajar cada día mejor, a tener más amigos, a estar cada día más guapo, a sentirte cada vez mejor. Si una relación de pareja te lleva a salir cada vez menos con tus amigos, a dejar de ver a tu familia, a dejar el trabajo, a estar cada día más preocupada entonces no es amor", enfatiza.
Ven falta de voluntad
En México, considera Horna, persiste la violencia de género porque hace falta voluntad política para atenderla.
"Se trata de un asunto de salud pública y debe ser tratado como tal, porque el nivel de coste social, político y económico es descomunal, entonces se requiere una voluntad política clara y contundente", afirma.
La toma de conciencia institucional y política, dice, debe reflejarse en apoyos integrales para las mujeres víctimas de violencia.
"No puedes sacar a las víctimas de la situación de violencia si no les das a dónde ir, las mujeres nunca van a renunciar a su agresor si no tienen una manera de subsistir, por eso los recursos que se ofrezcan a las víctimas deben incluir ayudarlas a conseguir trabajo, darles formación, ayudarles a cuidar a los niños mientras trabajan, esos son recursos sociales institucionales que hacen falta", explica.
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