Luis Rojas Marcos: “A más adversidades, más débil eres”

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Luis Rojas Marcos: “A más adversidades, más débil eres”.
El psiquiatra andaluz, afincado en Nueva York hace 32 años, analiza ahora la capacidad de superar tragedias

Anna Lladó Lunes, 15 de marzo de 2010
Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) estudió medicina para emular a su abuelo, un doctor de pueblo que dejaba una peseta bajo la almohada de los pacientes pobres.
De eso hace ya muchos años, tiempo en que se trasladó a EE UU, se dedicó a la psiquiatría y a la gestión sanitaria. Ahora presenta su nuevo libro:" Superar la adversidad "(Espasa), análisis sobre cómo salir adelante tras una tragedia

Habla de la 'resiliencia'.
Es la mezcla de resistencia y flexibilidad al afrontar una adversidad importante.
Nacemos con este potencial, y a medida que creamos relaciones, adquirimos información y una autoestima razonable, todo esto forma una fuerza, que también se traduce en ganas de vivir.

¿Esta 'resiliencia ' es distinta en los países ricos y pobres?
Todos tenemos esta capacidad, si no nuestra especie hubiera desaparecido.
Hay sociedades en que en general se es más resistente. Donde hay un espíritu más comunitario, la persona tiende a sentirse más acogida, con más apoyo y solidaridad.

¿Podemos prepararnos para los problemas imprevistos?
Sabemos que los que se sienten conectados con otros lo superan mejor.
Tender a hablar de lo que ha pasado, estar informado razonablemente, algo que te ayuda a decidir, es útil. Además, si de niño vives en un ambiente sin cariño, no desarrollas la confianza en ti mismo y lo tendrás más difícil cuando te enfrentes a una adversidad.

¿Qué papel juega la religión?
Quienes de verdad creen en un poder superior superan mejor amenazas como la muerte.
Pero hay otros creyentes que ven la adversidad algo tan injusto que cuestionan la sabiduría divina y se les conmueven las creencias.
Mientras, los que no tienen religión luchan porque no tienen otro remedio.

¿La tragedia nos fortalece?
No. Los problemas ponen a prueba nuestra fortaleza, y a veces nos ayudan a descubrir aspectos sobre nosotros.
De hecho, a más adversidades, más débil eres. En tragedias como la de Haití o el 11-S los que ya habían vivido un drama son los que más dificultades tienen. Tocamos a dos adversidades de media por persona.

¿Y cuando se nos acaba este límite, qué pasa?
Tiramos la toalla.
Se vio en los campos de concentración: algunos resistían por sus recursos físicos y psicológicos, como el sentido del humor. Otros entraron en la pasotitis terminal.

Usted cree en el positivismo.
El pensamiento positivo se basa en la esperanza, algo que todos tenemos.
La memoria también ayuda, acordándonos de los desafíos que hemos superado.
Y es importante ser consciente de que un percance no va a durar para siempre.

Se fue a Nueva York hace 32 años. ¿Emigrar también puede ser una adversidad?
Siempre es un reto y, a menudo, traumático.
Tuve la suerte de irme a una ciudad sin pensarlo.
Mejor no tener que emigrar, pero si hay que hacerlo, Nueva York es el lugar ideal.

¿Cómo llega un español a gestionar toda la red de hospitales públicos de esa ciudad?
Hay que trabajar, aprender, adaptarte, llevarte bien con la gente y que confíen en ti. Luego son todo coincidencias.

¿Dónde hay una mejor salud mental, aquí o en EE UU?
Es parecida. Pero allí se pide ayuda con más facilidad; no hay miedo a ir al psiquiatra, incluso hay quien presume de ello.
Aquí la gente se queja mucho. Pero cuando preguntas uno a uno el nivel de satisfacción, la mayoría se da notas altas.

Estudió psiquiatría para conocerse. ¿Lo ha logrado?
He aprendido mucho sobre mí y los demás.
Mi madre me contaba historias de mi abuelo, que era médico de un pueblo de Cantabria.
Y me ilusioné; pensé que tenía que ser como él.