32 mujeres y 10 menores asesinados, además de 21 huérfanos, son el saldo de la violencia de género en lo que va de 2024.
32 mujeres y 10 menores han sido asesinados por violencia de género en los que llevamos de 2024, con un verano especialmente dramático. Además, otros 21 menores se han quedado huérfanos al perder a sus madres. Son datos más que alarmantes en cuanto a la situación de esta lacra que sufrimos en nuestro país.
Terminan las vacaciones para la gran mayoría y es momento de regresar a nuestras actividades normales. Lamentablemente, 32 mujeres, 10 niños, niñas y adolescentes no lo podrán hacer debido a que han sido asesinados. Además, 21 de ellos se encuentran en situación de orfandad, todo ello a causa de quienes ejercen la violencia de género. Estos datos tan terribles son los que facilita la Delegación de Gobierno al terminar el mes de agosto de 2024.
Se trata de vidas arrebatadas por un agresor que tenía o había tenido una relación con las víctimas. Estamos ante la máxima expresión de la desigualdad. Además, los agresores, con estos asesinatos, impactan también en las vidas de las personas supervivientes. Sin embargo, no son los únicos responsables de estos actos atroces. La desigualdad y la violencia estructural contra las mujeres es producida, tolerada, encubierta, invisibilizada y perpetuada por parte de una sociedad que permanente-mente niega la existencia de ella.
Desgraciadamente, es una constante que no se acaba de erradicar. De hecho, corremos el riesgo de habituarnos y hacer parte de lo cotidiano noticias sobre violencia de género, que no son en absoluto normales.
La violencia de género, por territorios
En lo que llevamos de 2024, Cataluña lidera esta terrible estadística de violencia de género. Allí, han asesinado a 12 mujeres. En Andalucía a 7; en la Comunitat Valenciana, a 5; y en Castilla-La Mancha, Galicia y Madrid, a 2 en cada una de ellas.
Además, en Castilla y León y Aragón se ha registrado 1 caso en cada comunidad.
En cuanto a los menores asesinados por violencia de género, se han producido en 3 comunidades, también con Cataluña con mayor número de lazos negros: 5 allí, 3 en Castilla-La Mancha y 2 en Andalucía.
Esto no quiere decir que el resto de territorios se encuentran libres de violencia de género. Estos datos pueden atender a muchos factores: un entorno cultural y social poco igualitario, falta de información o un actuar institucional inadecuado.
También hay que recordar que la violencia de género y las violencias machistas tienen muchas facetas, modalidades e impactos diferenciados, por lo que tenemos que trabajar en conjunto para combatirlas.
Esto no quiere decir que el resto de territorios se encuentran libres de violencia de género. Estos datos pueden atender a muchos factores: un entorno cultural y social poco igualitario, falta de información o un actuar institucional inadecuado.
También hay que recordar que la violencia de género y las violencias machistas tienen muchas facetas, modalidades e impactos diferenciados, por lo que tenemos que trabajar en conjunto para combatirlas.
Nacionalidad y violencia de género
Un tema que se ha vuelto recurrente y que resulta en muchos casos estigmatizante, discriminatorio y xenófobo es el considerar que la violencia de género la ejercen personas extranjeras. La Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género nos proporciona datos respecto de las nacionalidades de las víctimas y agresores.
En ese sentido, de las 32 mujeres asesinadas por violencia de género, 17 (53,1 %) eran de nacionalidad española y 15 (46,9 %), de otra.
Por su parte, de los 31 agresores, 2/3 son españoles: 20 (64,5 %), frente a 11 (35,5 %) de otras nacionalidades.
Si analizamos los menores, las 10 víctimas mortales eran españolas: 9 eran hijos de las mujeres asesinadas. Respecto de los agresores, 4 (66,7 %) son españoles y 2 (33,3 %), de otra nacionalidad.
De acuerdo con estos datos, podemos establecer que la violencia de género es un problema estructural de carácter global.
Si analizamos los menores, las 10 víctimas mortales eran españolas: 9 eran hijos de las mujeres asesinadas. Respecto de los agresores, 4 (66,7 %) son españoles y 2 (33,3 %), de otra nacionalidad.
De acuerdo con estos datos, podemos establecer que la violencia de género es un problema estructural de carácter global.
Y así debemos combatirlo. Afirmar que la violencia de género es un problema vinculado con la inmigración es solo una justificación para ignorarla.
Es momento de ser contundentes y atajar los problemas de raíz.
Además de no abordar la solución del mismo, refleja un alto componente de racismo, discriminación y xenofobia. En España, se cuenta con aproximadamente un 18 % de población de origen extranjero.
Agresores y suicidio
De los 31 agresores que han asesinado a mujeres por violencia de género, 10 (32,3 %) se suicidaron posteriormente y 3 (9,7 %) intentaron suicidarse, pero no lo consiguieron. En 18 casos, la mayoría (58,1 %), no hubo tentativa.
De los 31 agresores que han asesinado a mujeres por violencia de género, 10 (32,3 %) se suicidaron posteriormente y 3 (9,7 %) intentaron suicidarse, pero no lo consiguieron. En 18 casos, la mayoría (58,1 %), no hubo tentativa.
Si analizamos la relación de los 6 asesinos de menores y el suicidio, en el 50 % de los casos se consumó y en el otro 50 % no hubo tentativa.
En este contexto, podemos afirmar que las medidas que se están llevando a cabo para combatir las desigualdades y las violencias machistas no están siendo suficientes.
Desde USO, exigimos soluciones integrales que atiendan todas las aristas de la violencia estructural contra las mujeres. Es urgente una transformación cultural y social para desmontar los fundamentos patriarcales.
En este contexto, podemos afirmar que las medidas que se están llevando a cabo para combatir las desigualdades y las violencias machistas no están siendo suficientes.
Desde USO, exigimos soluciones integrales que atiendan todas las aristas de la violencia estructural contra las mujeres. Es urgente una transformación cultural y social para desmontar los fundamentos patriarcales.
Se siguen sosteniendo roles, estereotipos y prácticas sexistas que imponen cargas a mujeres y a hombres. Esto deja un panorama como el que hemos descrito.
El trabajo con hombres y niños es fundamental. Así como las políticas públicas, que deben establecer objetivos claros. Hay que tener una hoja de ruta específica para que mujeres y hombres trabajemos juntos para construir una vida libre de violencia.
Debemos recordar que los agresores en materia de violencia de género, en su inmensa mayoría, ni están enfermos ni tienen patologías.
El trabajo con hombres y niños es fundamental. Así como las políticas públicas, que deben establecer objetivos claros. Hay que tener una hoja de ruta específica para que mujeres y hombres trabajemos juntos para construir una vida libre de violencia.
Debemos recordar que los agresores en materia de violencia de género, en su inmensa mayoría, ni están enfermos ni tienen patologías.
Tampoco son personas que no saben lo que hacen o no querían esos resultados.
Todas las personas somos producto de un sistema social y cultural que nos tramite valores, educación y expectativas concretas.
Así que los datos de violencia de género son un reflejo de nuestra sociedad.
La pregunta que planteamos es: ¿esta es la sociedad que queremos ser?
La pregunta que planteamos es: ¿esta es la sociedad que queremos ser?
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