lunes, 19 de febrero de 2024

La Custodia Compartida y la jornada laboral de la mujer.

El avance de la custodia compartida incrementa un 8% la jornada laboral de las madres y disminuye un 5% la de los padres.
El gran aumento de divorcios resueltos a favor de la custodia compartida ha tenido un efecto positivo en el empleo de las madres y ha empeorado el de los padres, reduciendo así la brecha de ingresos entre ambos.
Ángel Martínez/Elsa Martín,18 febrero 2024 
El resultado de los procesos de divorcio, con menores de edad involucrados, eran bastante predecibles en 2013. 76 de cada 100 terminaban con la custodia en manos de la madre, 18 terminan en custodia compartida y tan solo 6 finalizaban con la custodia para el padre de los menores. Sin embargo, esta realidad comenzó a cambiar rápidamente por la nueva legislación que se introdujo en varias comunidades autónomas unos años antes, entre 2009 y 2010, con el fin de incrementar las tasas de custodia compartida.

Por un lado, Cataluña, Aragón y Valencia introdujeron en ese periodo legislación que alentaba a los jueces a garantizar la custodia compartida, incluso en aquellos casos en los que uno de los progenitores (normalmente la madre) no estuviera conforme. Baleares y País Vasco lograron el mismo objetivo modificando los criterios de la fiscalía general del estado en casos de divorcios con menores para favorecer la custodia compartida. Ya en 2013 estas regiones mostraban las mayores tasas de custodia compartida, una imagen que se mantiene en 2022, con la mayoría de ellas superando el 55% frente al 46% a nivel nacional.

El efecto de este tipo de legislación sobre las tasas de divorcios que acaban en custodia compartida es, como hemos visto, muy significativo. Ahora bien, el efecto de esta legislación fue mucho más allá, impactando de forma directa y causal en el mercado laboral y en las propias decisiones de divorcios dentro de las parejas con menores. Empleando una técnica econométrica de diferencias en diferencias, el trabajo de Kranz & Nollenberger (2021) logra aislar el efecto de la legislación sobre estos indicadores.

Empezando por los divorcios, la legislación para favorecer la custodia compartida redujo significativamente el número de divorcios contenciosos con menores por cada 1.000 adultos casados, llegando a una caída de 2,8% cuatro años después de la introducción de la legislación. En la misma línea, también se redujo la ratio de divorcios iniciados por la esposa, que llegó a caer un 3,7%. Estos resultados son, hasta cierto punto, esperables, puesto que si la probabilidad de las madres de conseguir la custodia se reduce sustancialmente, es racional que los divorcios iniciados por las madres se reduzcan como consecuencia.

El impacto causal del crecimiento de la custodia compartida sobre el mercado laboral puede descomponerse en 2 partes. Por un lado, en el número de horas trabajadas a la semana entre los padres y madres que ya trabajan (margen intensivo) y, por otro, en el número de días trabajados al año (margen extensivo). 
El efecto se ha hecho notar por ambas vías, el número de horas trabajadas a la semana aumentó para las mujeres casadas con hijos en un 8%, mientras que entre los padres experimentó una caída que rozaba el 5%.

En el número de días trabajados al año el efecto de esta legislación ha ido en la misma dirección, aunque con magnitudes diferentes. El efecto positivo de la legislación para promover la custodia compartida sobre el número de días trabajados por las madres al año fue del 6,5%, mientras que el efecto negativo para los padres ascendió al 16%. Todo ello indica que el efecto de este tipo de regulaciones van mucho más allá de lo que inicialmente podría pensarse, contribuyendo en este caso a reducir sustancialmente la brecha de ingresos entre hombres y mujeres.

Por último, los autores del trabajo no se limitan a estudiar los efectos de las leyes para fomentar la custodia compartida sobre los progenitores, puesto que también logran identificar el efecto que tuvieron sobre los menores. Una de las preocupaciones que siempre existe en un divorcio es que afecte negativamente a los menores, tanto en los estudios como en su comportamiento en general. En ese sentido, los autores encuentran que la introducción de leyes para incrementar la custodia compartida lograron reducir, de forma causal, eventos de riesgo entre los menores como consumo abusivo de alcohol, consumo de otras drogas o ser expulsado del colegio, siendo el efecto particularmente fuerte entre los chicos.

La custodia compartida es una realidad cada vez más común en España, en apenas una década ha pasado de ser algo residual a la situación en la que terminan casi la mitad de casos de divorcio con menores en España. Este cambio tan drástico ha tenido consecuencias relevantes, en 1º lugar en forma de un menor número de divorcios contenciosos e iniciados por la esposa. En 2º lugar, ha reducido sustancialmente las horas y los días trabajados por los padres, con el efecto inverso entre las madres, reduciendo la brecha de género. Aunque su efecto sobre el comportamiento es menos evidente, la evidencia disponible sugiere que ha sido positivo, aunque algo mayor entre chicos.

Fuentes: Estudio de Kranz & Nollenberger (2021) e Instituto Nacional de Estadística.
Información: Ángel Martínez, economista investigador en Esade EcPol.

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