lunes, 30 de enero de 2023

8 claves para saber cómo elegir a tu psicólogo

AMINIE FILIPPI, 29/01/2023 
Si crees que es tu momento de comenzar una terapia, te damos nuestra más sincera enhorabuena. Y aplaudimos porque sabemos que la decisión no es fácil, pero es el 1º gran paso para empezar a cuidar de tu salud mental. ¿Y ahora qué? Te contamos todo lo que necesitas saber para encontrar al psicólogo más adecuado para ti.

Quizá necesitas ayuda porque sientes un malestar de manera sostenida o tienes conflictos en tus relaciones o estás disconforme contigo misma. O puedes estar pasando por un mal momento puntual, como la pérdida de alguien querido, un trauma o una ruptura, que ha desplomado tu vida emocional parcial o completamente. Pero también puedes querer, simplemente (bueno, de simple no tiene nada), mirar hacia tu interior y conocerte mejor a ti misma. Cualquiera que sea tu motivación, es un motor más que válido para pedir la ayuda profesional del psicólogo, quien podrá recibirte, echarte una mano para desenmarañar lo que te hace sentir mal y enseñarte herramientas para sentirte mejor

Pero, ¿cómo saber cuál es el psicólogo ideal?
Su búsqueda debe ser una tarea concienzuda, a la que tendrás que dedicar más tiempo y atención que para escoger un médico de otra especialidad: con el psicólogo se crean lazos que se mantendrán durante meses o años, y con él, irás, poco a poco, quitándote capas emocionales hasta llegar a soluciones amables, por lo que tu elección es importante. Muchas personas se frenan justamente en este momento porque, como es natural, surgen muchas dudas. Según el Consejo General de la Psicología de España, en 2023 los psicólogos se enfrentarán a grandes desafíos para ayudarnos a cuidar de nuestra salud mental, la de los niños y jóvenes, de los trabajadores, la prevención del suicidio a todas las edades, etc., por lo que cada vez, la profesión es más necesaria.

PSICÓLOGO, esa palabra que está dejando de Ser Tabú.
Fue con el confinamiento, el encierro y el agotamiento, cuando nos dimos una tregua para hablar de nosotras y con nosotras, cosa que, antes de la aparición del coronavirus, no solíamos practicar, cegadas por aquel engaño del multitasking y de la superwoman. Entonces, abrimos una ventanita hacia la salud mental. También fue la pandemia la que quitó hierro a la figura del psicólogo y la mayor parte de la población se entregó a ella. "Hemos empezado a normalizar hablar de nuestro bienestar emocional", afirma la psicóloga Timanfaya Hernández, vicedecana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COP). 
"Hemos tenido -y seguimos teniendo- mucha confusión cuando hablamos de salud psicológica, porque la hemos asociado a términos peyorativos, estigmatizantes, a mucha incertidumbre, al descontrol y al miedo. Por eso, no se habla de ella, pero es un tema que nos afecta a todos".

¿CUÁNDO ES EL MOMENTO DE IR AL PSICÓLOGO?
"La terapia se vuelve indispensable cuando determinados síntomas, pensamientos, emociones y conductas influyen negativamente en las distintas áreas de nuestra vida, como en la personal, familiar, de pareja, laboral, social...", sostiene la experta. 
Entonces, "de la misma forma que vamos al médico especialista cuando nos sentimos mal (y no le ponemos tanta carga emocional por ello), debemos ir al psicólogo". Pero no solo podemos ir a terapia cuando nos pasa algo. También podemos ir sin tener una razón concreta, como una buena costumbre para estar más saludables, igual que hacemos deporte o comemos sanamente: "es positivo acudir al psicólogo para que nos ayude a mejorar herramientas personales, para descubrir por qué pensamos o actuamos de determinada manera, para gestionar adecuadamente nuestras emociones y enfrentar la vida", añade la psicóloga.

LOS TIPOS DE TERAPIA MÁS CONOCIDOS HOY EN DÍA
Desde la psicología, hay distintas orientaciones y técnicas. Entre las terapias más conocidas y aplicadas en la actualidad destacan:
a.-  la cognitivo-conductual (relativamente corta, centrada en el presente y orientada a resolver y modificar pensamientos, sentimientos y conductas negativas); 
b.- el psicoanálisis (basado en la exploración del inconsciente); 
c.- la terapia sistémica (centrada en las interacciones con el entorno personal como la familia, amigos, pareja, compañeros de clase o de trabajo, etc.) y 
d.- la humanista (estudia a la persona a nivel global, siendo el punto de partida para buscar soluciones), entre otras. "Lo habitual es que los psicólogos tengan un enfoque multidisciplinar, conozcan y apliquen diferentes orientaciones en sus terapias, según sea cada caso. Si bien cada psicólogo utiliza su propio método, en general, una buena terapia comienza con una adecuada evaluación inicial, a partir de la que se decide el tipo de intervención terapéutica, con un buen marco referencial, que se debe explicar siempre al paciente, respondiendo a todas las dudas, y apoyándose en los colegas, si en algún momento hay que derivar".

¿POR DÓNDE EMPEZAR?
Ha llegado el momento de actuar. Una forma es a través de la Seguridad Social. Desde el centro de atención primaria, el médico de cabecera te derivará al servicio competente. Lamentablemente, pueden tardar hasta 1 año en darte cita, si no más. "El problema es que los psicólogos del sistema público son muy escasos. En Madrid, por ejemplo, hay solo 6 por cada 100.000 habitantes, un ratio muy inferior a las necesidades de hoy en día y al de otros países; es una cantidad muy deficiente". Por eso, la otra opción posible y más eficaz es a través de la atención privada, pero a la que no todos tienen acceso. Si tienes seguro de salud, fíjate si el tuyo cubre las consultas psicológicas. Habla con tu familia o amigas, quienes te pueden ayudar a buscar el psicólogo para ti, porque seguramente más de alguien tiene alguna referencia.

TODO LO QUE HAY QUE TENER EN CUENTA PARA ENCONTRAR A TU PSICÓLOGO IDEAL
Timanfaya Hernández comenta que "el psicólogo ideal es alguien con quien nos sintamos bien, con quien podemos tratar lo que queremos tratar, quien nos hace sentir cómodos al abordar las situaciones, quien nos sabe escuchar y explicar claramente las técnicas".
1. Asegúrate de que pueda ejercer la profesión. Parece un consejo evidente, pero en el ámbito de la salud mental puede haber otros profesionales que te ayuden, pero que no son psicólogos. También conviene huir de personas que simulan darte consejos para tu bienestar y no tienen ninguna base. "Tenemos que estar seguras de ir a profesionales cualificados. Los psicólogos que ejercen en el área sanitaria deben estar colegiados, porque es la forma de garantizar que pueden ejercer la profesión". Después de obtener su grado (o la antigua licenciatura), el psicólogo puede haberse formado y especializado, como psicólogo clínico, a través del PIR (Psicólogo Interno Residente) o como psicólogo general sanitario, tras cursar un máster. Todos estos datos te aportarán información útil para acercarte al profesional más adecuado para ti, al igual que si continúa formándose, su trayectoria y experiencia profesionales, etc.

2. Cuidado con prometedoras apps . El Consejo General de la Psicología de España señala en un post de su cuenta de Instagram que "la mayoría de las aplicaciones móviles sobre ayuda psicológica carecen de respaldo científico". Así lo manifiesta un estudio publicado en la revista Psicothema, de la Universidad de Murcia, que ha concluido que, al escribir 'trastorno psicológico' en el buscador, "alrededor del 50% de las aplicaciones que encontramos son de autoayuda y sin supervisión (quizá alguna ofrezca un chat-bot)". 
Es decir, con ellas estamos poniendo la ansiedad, tristeza, depresión o falta de ánimo en sus manos, sin mediar palabra con un psicólogo.

3. Pregunta por la terapia con la que trabaja. Del enfoque terapéutico del psicólogo dependerán, en muchas ocasiones, los resultados. 
Es importante elegir a un psicólogo cuya filosofía te haga sentir cómodo y seguro, y sea compatible con tus necesidades y las metas que te hayas propuesto.

4. La confidencialidad: el 1º compromiso. La consulta debe ser un lugar seguro para ti, en el que todo lo que se diga ahí, se quedará ahí, además de en tu cabeza y en la del psicólogo, claro. Es importante que sepas que existe un código deontológico destinado a servir como regla de conducta profesional en el ejercicio de la Psicología en cualquiera de sus modalidades. Por eso, la confidencialidad debe estar garantizada al 100%.

5. Busca un perfil especializado en tu problema. Hay profesionales que se han formado en distintas áreas específicas, que pueden tener más o menos que ver con lo que a ti te pasa. Si tienes episodios de ansiedad, por ejemplo, si bien te puede atender cualquier psicólogo, siempre será mejor que puedas hablar con uno que esté bien familiarizado con ese trastorno. Lo mismo con la depresión, las adicciones, los problemas de pareja, de disfunciones sexuales,...

6. Respira un entorno seguro y de confianza. Si bien no se establece una relación de amistad, sí debe haber un entorno de confianza, de protección y transparencia. Es fundamental que te sientas comprendida, apoyada y, muy importante, no te sientas juzgada en ningún momento por tu psicólogo. 
En este espacio caben todas las preguntas y todas las respuestas.

7. Fíjate en las referencias y opiniones de otros. Antes de dar el último paso, busca referencias y opiniones. Siempre funcionará el boca a boca o la recomendación de alguien, pero ten en cuenta que un psicólogo puede conectar a la perfección con una persona y nada con otra. No obstante, es bueno escuchar y leer las opiniones de quienes han pasado por la consulta, de cómo se han sentido tratados, de las cualidades del psicólogo, de si han encontrado soluciones para ellos y, lo más importante, acerca de si se sienten mejor ahora que antes de las sesiones.

8. Conoce la tarifa desde el principio. También hay que contemplar el aspecto económico. Hemos dicho que por la Seguridad Social es muy lento, por lo que si te urge ir al psicólogo, tendrás que pensar en destinar un presupuesto para ello. Por ley, no se permite marcar una tarifa fija ni un precio estándar por sesión. "En cualquier caso, desconfiemos siempre de terapias milagro y que prometen cambios muy rápido, sin apenas coste. La salud mental requiere un trabajo largo, tiempo, paciencia y reflexión, y si te prometen resultados inmediatos, algo no va bien", dice la experta. 
Otra cosa es que en algún gabinete de psicología te ofrezcan una 1ª consulta gratuita como 1ª toma de contacto y para tener la oportunidad de seguir o no o para que, a partir de ahí, se decida el tipo de terapia que puede darte resultados y que, en el caso de haber un equipo de psicólogos, elegir al que puede ser el más adecuado para ti. 
Pide información acerca de la tarifa y las formas de pago al principio de la terapia para no llevarte sorpresas posteriores. Junto al precio, tendremos que preguntar acerca de la duración de cada sesión. 
Normalmente las sesiones duran entre 45 y 60 minutos, y la terapia, según el caso, pero una media mínima de entre 3 y 6 meses. 
La duración máxima dependerá de cómo vaya todo, de las necesidades y los resultados que se vayan consiguiendo.

¿Y SI NO HAY FEELING?
Y si no hay eso que llamamos química entre psicólogo y paciente, ¿qué tendríamos que hacer? Es algo que puede pasar. Hernández es categórica: "lo 1º, hablarlo en la misma consulta. Decirle al profesional que te sientes mal o de determinada manera y abordar esa molestia con él". 
Y el psicólogo deberá tratar de averiguar por qué no existe ese feeling, y saber por qué no está funcionando. "Es una emoción normal de las personas; también puedes tener esta sensación con un traumatólogo o un ginecólogo", aunque lo cierto es que el vínculo y el seguimiento de una terapia con un psicólogo son más largos. 
"Un buen psicólogo te irá preguntando cómo vas y si te sientes cómoda. Ese feeling se va sintiendo (o no) en las 1ª sesiones, por lo que estas son de fundamentales para que la terapia tenga éxito".

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