Más allá de las fatales repercusiones de la pandemia de la Covid-19, que vio explotar el número de divorcios en el mundo y también en Marruecos, los confinamientos han obligado a muchas parejas a vivir juntas las 24 horas del día, provocando, de repente, conflictos, levantando el velo sobre incompatibilidades, llevando a miles de personas a separarse, el divorcio ha adquirido nuevas proporciones en Marruecos desde 2004, mostrando un aumento considerable cada año.
De hecho, se pronunciaron nada menos que 135.724 divorcios durante el año 2021 frente a 76.936 en 2020 sabiendo que en 2005, un año después de la puesta en marcha de la Moudawana, el número de divorcios no superó los 28.232. Esto confirma las palabras y puntos de vista de varios sociólogos, abogados y adolescentes marroquíes que afirman que la Moudawana ha simplificado mucho los procedimientos de divorcio al otorgar más libertad a las mujeres para solicitar el divorcio.
Esta tendencia ha aumentado en 2021, ya que casi 1/3 de los matrimonios, o 308.687, en 2021 terminaron en divorcio rápido.
Signos de los tiempos, modas, libertad renovada, anhelo de independencia, hay buenos y malos cuando miramos seriamente estas cifras. “El lado bueno es que las mujeres cada vez tienen más confianza y seguridad en sus elecciones y en sus errores y deciden enmendar las cosas sin dejar plumas ni dañar a los niños. Es en este sentido que un matrimonio infeliz y sin hijos debe lógicamente terminar en una separación para no prolongar una aventura condenada al fracaso mientras se condena a niños inocentes que no han elegido nada. La desventaja es que el divorcio casi se ha convertido en una moda pasajera. Algunas parejas se divorcian por un sí o un no. Por bagatelas, porque la unión misma, en la base, se basa en el vacío. Por no hablar de la ligereza con la que la gente se casa hoy y se divorcia a las pocas semanas. Este es un indicador serio de un cambio social profundo que debe interpelarnos”, explica la doctora Imane Kendili, psiquiatra, sexóloga y adictóloga.
En este sentido, podemos entender estos cientos de miles de divorcios en 2021 que se produjeron tan solo unos meses después del matrimonio. Precipitaciones, errores de juicio, malas elecciones y decisiones erróneas, hoy el divorcio ya no es un tabú en Marruecos. En algunos casos, es incluso motivo de orgullo para algunos. Se experimenta como un rito de iniciación para vivir el celibato sin restricciones conyugales o familiares.
Signos de los tiempos, modas, libertad renovada, anhelo de independencia, hay buenos y malos cuando miramos seriamente estas cifras. “El lado bueno es que las mujeres cada vez tienen más confianza y seguridad en sus elecciones y en sus errores y deciden enmendar las cosas sin dejar plumas ni dañar a los niños. Es en este sentido que un matrimonio infeliz y sin hijos debe lógicamente terminar en una separación para no prolongar una aventura condenada al fracaso mientras se condena a niños inocentes que no han elegido nada. La desventaja es que el divorcio casi se ha convertido en una moda pasajera. Algunas parejas se divorcian por un sí o un no. Por bagatelas, porque la unión misma, en la base, se basa en el vacío. Por no hablar de la ligereza con la que la gente se casa hoy y se divorcia a las pocas semanas. Este es un indicador serio de un cambio social profundo que debe interpelarnos”, explica la doctora Imane Kendili, psiquiatra, sexóloga y adictóloga.
En este sentido, podemos entender estos cientos de miles de divorcios en 2021 que se produjeron tan solo unos meses después del matrimonio. Precipitaciones, errores de juicio, malas elecciones y decisiones erróneas, hoy el divorcio ya no es un tabú en Marruecos. En algunos casos, es incluso motivo de orgullo para algunos. Se experimenta como un rito de iniciación para vivir el celibato sin restricciones conyugales o familiares.
En otro nivel, no debemos olvidar que cientos de miles de divorcios desgarran estructuras familiares ya debilitadas por la precariedad, especialmente entre los estratos sociales más pobres. A menudo, este tipo de divorcios provoca daños colaterales por los que los hijos pagan un alto precio: abandono escolar, privaciones sociales, falta de vivienda, mendicidad, prostitución… Tantas lacras que se extienden a un ritmo sostenido en el Marruecos actual.
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