Redacción Uppers, 24/06/2022
Si entre ambas partes de la pareja existe una incapacidad de gestionar el conflicto, la situación se complica.
1 de cada 3 divorcios se da justo después de las vacaciones de verano.
Existen tratamientos psicológicos eficaces que ayudan a que la pareja pueda identificar cuáles son las áreas en las que no funcionan satisfactoriamente.
Con el calor llegan las ganas de salir, disfrutar y evadirse. Y con ello, también una parte negativa: esa libertad se traduce en un aumento de divorcios después de las vacaciones.
Si también eres de esas personas que no se siente feliz en su matrimonio, puede que te sientas identificado con estos factores.
Tras un verano complicado, las parejas suelen decidir de cara a septiembre realizar esta separación.
Tras un verano complicado, las parejas suelen decidir de cara a septiembre realizar esta separación.
Un reciente estudio de Piscopartner afirma que 1 de cada 3 divorcios se da justo después de las vacaciones de verano. Ponerse de acuerdo en el destino vacacional, viajar con la familia política o pasar más tiempo juntos del habitual son algunas de las causas, pero existen más.
Analizamos algunas de las claves que te pueden servir para descubrir si eres una de estas parejas.
Más horas juntos
No son las vacaciones en sí ni el hecho de tener más tiempo libre lo que dinamita la relación; pero es el momento donde nos damos cuenta que algo falla. Durante el año la vida gira alrededor de la rutina, el trabajo y las obligaciones. Cuando llegan las vacaciones, aparecen las tensiones y discusiones, haciendo que las bases de la pareja se vean afectadas.
En verano, las parejas pasan más horas juntas. Estos ratos más extensos compartidos puede hacer a las personas que no están satisfechas con su relación, aclarar sus ideas y decidir separarse.
Decepciones
Es evidente. Todos tenemos unas altas expectativas de las vacaciones de verano y, rara vez llegan a cumplirse del todo.
Analizamos algunas de las claves que te pueden servir para descubrir si eres una de estas parejas.
Más horas juntos
No son las vacaciones en sí ni el hecho de tener más tiempo libre lo que dinamita la relación; pero es el momento donde nos damos cuenta que algo falla. Durante el año la vida gira alrededor de la rutina, el trabajo y las obligaciones. Cuando llegan las vacaciones, aparecen las tensiones y discusiones, haciendo que las bases de la pareja se vean afectadas.
En verano, las parejas pasan más horas juntas. Estos ratos más extensos compartidos puede hacer a las personas que no están satisfechas con su relación, aclarar sus ideas y decidir separarse.
Decepciones
Es evidente. Todos tenemos unas altas expectativas de las vacaciones de verano y, rara vez llegan a cumplirse del todo.
Esta decepción hace que estemos todos mucho más a la defensiva, lo que puede derivar en más discusiones.
Si entre ambas partes de la pareja existe una incapacidad de gestionar el conflicto, esto se complica. Es la capacidad de resolver el conflicto así como de llegar a acuerdos lo que va a hacer que la pareja tenga unas buenas vacaciones o se conviertan en una verdadera pesadilla, como en muchos de los casos que acaban en ruptura.
Preparar de antemano las vacaciones evitará las disputas de última hora, ya que preparar en el último momento las vacaciones puede traducirse en peleas. Hay que tomar las decisiones consensuadamente para no enturbiar el clima de convivencia.
Falsa sensación de libertad
En estas semanas de vacaciones se está más relajado, y todo el mundo quiere mezclar el relax con la diversión, por lo que las personas tienden a desinhibirse y poner sobre la mesa asuntos que generan tensión en la pareja.
Las vacaciones nos aportan una falsa sensación de libertad y, en lugar de servir para compartir placeres y anécdotas, terminan por sacar a luz algunos de los problemas que se han ido arrastrando y no se ha resuelto a lo largo del año.
Si entre ambas partes de la pareja existe una incapacidad de gestionar el conflicto, esto se complica. Es la capacidad de resolver el conflicto así como de llegar a acuerdos lo que va a hacer que la pareja tenga unas buenas vacaciones o se conviertan en una verdadera pesadilla, como en muchos de los casos que acaban en ruptura.
Preparar de antemano las vacaciones evitará las disputas de última hora, ya que preparar en el último momento las vacaciones puede traducirse en peleas. Hay que tomar las decisiones consensuadamente para no enturbiar el clima de convivencia.
Falsa sensación de libertad
En estas semanas de vacaciones se está más relajado, y todo el mundo quiere mezclar el relax con la diversión, por lo que las personas tienden a desinhibirse y poner sobre la mesa asuntos que generan tensión en la pareja.
Las vacaciones nos aportan una falsa sensación de libertad y, en lugar de servir para compartir placeres y anécdotas, terminan por sacar a luz algunos de los problemas que se han ido arrastrando y no se ha resuelto a lo largo del año.
Relación sexual nula
Si a la mala relación en el día a día, se suman una relación sexual nula o escasa también se puede empeorar la situación. En vacaciones, hay mucho más tiempo libre para disfrutar de la intimidad con la pareja, y en el caso de no surgir estos momento a solas puede hacer aún más evidente que existe un problema de falta de atracción o de deseo.
Viajar con la familia política.
Las relaciones con la familia política son la causa más frecuente de conflicto entre las parejas, especialmente en aquellos entornos en los que haya más de un conflicto entre los miembros de dicha familia.
Pasar vacaciones con suegros o cuñados puede traer nefastas y estresantes consecuencias para la pareja si no se parte de una buena convivencia.
Terapia de pareja
Cada vez hay menos tabú respecto a la salud mental y acudir al psicólogo, y esto se mete de lleno también en el terreno del amor. Hay más parejas que optan por acudir a psicoterapia como el servicio de Piscopartner juntos, para intentar solucionar sus problemas mano a mano y no por separado.
Existen tratamientos psicológicos eficaces que ayudan a que la pareja pueda identificar cuáles son las áreas en las que no funcionan satisfactoriamente y trabajen conjuntamente para darse otra oportunidad, esta vez con ayuda de un terapeuta de pareja.
Si a la mala relación en el día a día, se suman una relación sexual nula o escasa también se puede empeorar la situación. En vacaciones, hay mucho más tiempo libre para disfrutar de la intimidad con la pareja, y en el caso de no surgir estos momento a solas puede hacer aún más evidente que existe un problema de falta de atracción o de deseo.
Viajar con la familia política.
Las relaciones con la familia política son la causa más frecuente de conflicto entre las parejas, especialmente en aquellos entornos en los que haya más de un conflicto entre los miembros de dicha familia.
Pasar vacaciones con suegros o cuñados puede traer nefastas y estresantes consecuencias para la pareja si no se parte de una buena convivencia.
Terapia de pareja
Cada vez hay menos tabú respecto a la salud mental y acudir al psicólogo, y esto se mete de lleno también en el terreno del amor. Hay más parejas que optan por acudir a psicoterapia como el servicio de Piscopartner juntos, para intentar solucionar sus problemas mano a mano y no por separado.
Existen tratamientos psicológicos eficaces que ayudan a que la pareja pueda identificar cuáles son las áreas en las que no funcionan satisfactoriamente y trabajen conjuntamente para darse otra oportunidad, esta vez con ayuda de un terapeuta de pareja.
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