sábado, 17 de julio de 2021

Mi hijo no está a gusto con la pareja de mi ex, ¿qué puedo hacer?

Más Información:

Cómo lograr que funcione una relación entre dos separados con hijos.
Cómo separarse de forma sensata y minimizar el dolor a los hijos.
Los niños tienen derecho a comunicar su disgusto e incomodidad cuando sus padres reinician su vida amorosa y su opinión debe tenerse muy en cuenta. Cuando hay una ruptura de pareja la familia debe seguir existiendo como equipo por el bien de los hijos.
Núria Jorba, 15/07/2021 
"Hola, Hace un par de años me separé de mi mujer. Ella me fue infiel y decidí dejar la relación. Nuestro hijo tenía 5 años. Tengo que reconocer que lo he pasado bastante mal y no acabo de superarlo. Lo que realmente me preocupa es mi hijo: ha sufrido mucho, es muy emocional y le afecta mucho la separación. Con todo esto mi ex-mujer además empezó una relación con la persona con la que me estaba siendo infiel. Al final no fue bien pero al poco tiempo estaba conociendo a otro hombre. 
Tampoco acabó bien. En cada relación mi hijo ha estado involucrado, se ha encariñado de esos hombres y después han desaparecido. 
Ha presenciado discusiones y situaciones que creo que no tocan experimentar. Me gustaría saber qué puedo hacer y si realmente es preocupante lo que estoy exponiendo. Espero que me pueda dar alguna ayuda.
Muchas gracias, agradezco su atención.
"
Soporte emocional: Cómo gestionar el momento de la ruptura.
Los niños deben quedar al margen de los conflictos de pareja.
Actualmente existe, por suerte, la libertad de elegir si queremos seguir con una relación o no. Ha quedado obsoleta la idea de “para toda la vida”, en la que te gustara o no debías seguir con la persona que habías elegido en su momento. En la decisión de romper o no con la pareja hay un factor relevante y son los hijos en común. Por supuesto hay otros muchos factores que pueden condicionar la decisión de ruptura, pero normalmente veo en consulta que los hijos son el factor que más empuja a luchar y esforzarse para conseguir que una relación tire para delante a pesar las dificultades.
Cuando todos los intentos han sido fallidos se acaba llegando irremediablemente a la ruptura, tanto de la pareja como de la familia. Cuando hay hijos por medio es inevitable que les afecte tanto la separación de sus padres como el cambio de modelo familiar. 
Con esto no quiero decir que no pueda haber una separación sino que hay que tener muy en cuenta todo lo que conlleva y la afectación que provoca hacia los hijos.
El 1º factor importante es que los hijos no tienen por qué saber los motivos de la ruptura ni vivir el proceso de conflicto entre sus padres. Es preferible mantenerlos lo más al margen posible. Y cuando todo esté decidido y pactado, transmitirles la información en conjunto y con mucha claridad.
Otro formato
La familia debe de ser un equipo aunque se haya roto la convivencia.
Una vez la separación ya se haya materializado, los hijos nunca deben ser ni espías, ni moneda de cambio ni hay que comprarlos con regalos ni competir con el otro progenitor. La familia sigue existiendo, aunque haya cambiado su formato. Ambos padres deben funcionar como equipo.
Usar a los hijos como espías o arma arrojadizas entre padres separados es muy perjudicial para ellos.
Si llega el momento de rehacer la vida sentimental con un nuevo amor, lo más importante es que los pequeños se mantengan al margen hasta que la relación esté lo suficiente consolidada como para exponérselo a ellos y explicarles qué va a ocurrir a partir de ese momento. 
Por supuesto el hijo tiene derecho a que no sentirse incómodo con la nueva persona, a enfadarse y a expresar su tristeza y frustración. 
Hay que permitir que comunique sus emociones y tenerlas en cuenta.
También hay que tener en mente que lo que los niños reciben de pequeños es el patrón de conducta que tienen a reproducir. Por tanto, todo aquello que les enseñemos con actos y palabras sobre el amor y las relaciones es lo que van a interiorizar y poner en práctica en el futuro en sus relaciones amorosas. La importancia del aprendizaje de los vínculos afecta a muchos niveles en la madurez: en la autoestima, la seguridad personal, los miedos en las relaciones, el patrón conductual en el amor, etc....
Por tanto, es tan importante la gestión de la separación como el vínculo familiar posterior en el momento que se integren en la convivencia familiar y sentimental. Hay que darle el valor que se merece y no guiarnos por el impulso, la rabia, el enfado, la ilusión, etcétera. 1º hay que identificar lo que uno siente, luego responsabilizarse, después analizarlo y por último gestionarlo con madurez emocional.

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