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Italia. El regreso derrotada de Juana Rivas a Cerdeña, la isla de sus ocho denuncias archivadas.
Justicia. Un informe italiano dice que Juana Rivas es "perjudicial para sus hijos".QUICO ALSEDO, 18 febrero 2020
El juez resuelve a favor de Francesco Arcuri la cascada de denuncias de Juana Rivas entre 2016 y 2018 al certificar que no existe prueba alguna de malos tratos del padre a los menores, sino que, al contrario, el italiano opera como un progenitor "atento".
Denuncias "inverosímiles" e "inconsistentes", y absoluta ausencia de "pruebas". Y niños, sus propios hijos, usados como "escudos humanos", como "envases de angustia", con "manipulación materna", en el conflicto entre los 2 progenitores. Game over. La Justicia italiana archivó este lunes definitivamente, en auto al que ha tenido acceso en exclusiva EL MUNDO, todas las denuncias, 8 en total, interpuestas entre 2016 y 2018 por la española Juana Rivas contra su ex pareja, Francesco Arcuri, por presuntos malos tratos de éste contra los hijos de ambos.
Juana Rivas sostenía de forma tan poco fiable sus quejas de que el padre pegaba a los niños que, como informó este periódico en su momento, los carabinieri llegaron a avisar a los médicos del hospital de Cagliari , donde la madre llevaba a sus hijos con regularidad con lesiones imaginarias, de que no les pasaran más denuncias sin pruebas.
Condenada en España a 5 años de cárcel por secuestrar a sus hijos -a falta de la resolución del recurso al Supremo para evitar la cárcel-, y separada de sus hijos por orden del juez de Familia italiano, que la calificó, apoyado en la psicóloga forense, de «peligro patológico» para sus vástagos -e incluso la puso a tratamiento-, Rivas se embarcó entre 2016 y 2018 en un rosario de denuncias contra el padre por presuntos malos tratos constantes y aberrantes, tal y como eran narrados, a sus hijos.
Ahora, el tribunal de Cagliari ha resuelto el recurso de la española al archivo hace varios meses de la Fiscalía, que no veía indicios de los constantes abusos narrados por Rivas a los menores. El fiscal ya señalaba, según recoge ahora el juez, que Juana Rivas aportaba certificados médicos «no auténticos», pruebas «poco creíbles» y relatos «inverosímiles».
MANIFESTACIONES DURANTE EL SECUESTRO DE SUS HIJOS
El veredicto del juez es ahora estruendoso, teniendo en cuenta que España registró en el verano de 2017 manifestaciones multitudinarias en las calles pidiendo que se apartara a los niños del monstruo de su padre -y que la ex ministra de Justicia, y actual fiscal general del Estado, Dolores Delgado, llegó a dirigirse a su homólogo italiano para interceder en favor de la granadina, como destapó EL MUNDO-.
El magistrado italiano, en fin, certifica ahora la falsedad de las acusaciones de Rivas, y señala que los Servicios Sociales de Carloforte, que monitorizaron la relación del padre con los niños semanalmente, llegaron a calificarle como un padre modelo, «atento a las necesidades de sus hijos».
El auto al que ha tenido acceso este diario señala incluso que ninguno de los partes médicos aportados por Juana Rivas contiene base alguna de lesión causada por el padre a los menores. El tribunal afirma también que ve «altamente probable» que Rivas acusara a su ex pareja de maltratarla, a su llegada a España en el verano de 2016, para justificar el secuestro a sus hijos por el que fue luego condenada en España.
El juez, que escudriña en toda la causa, comenta incluso cómo estos supuestos malos tratos misteriosamente sólo eran comunicados por los menores a la madre, y nunca a otros interlocutores. Y menciona un pasaje muy delicado: cómo G., el hijo mayor, pudo narrar de forma inconexa al juez de Familia supuestos abusos, no creíbles, con la idea de defender a su madre, a quien entiende como «parte más débil» en el conflicto que ambos progenitores mantienen por la custodia de los menores.
"FUNCIONAMIENTO MENTAL PATOLÓGICO"
Es decir, influenciado directamente por la madre, a la que el juez de Familia que otorgó la custodia a Arcuri envió a tratamiento semanal para atenuar la dependencia patológica de sus hijos, y lo que denominó "confusión de los intereses" de estos con los suyos propios.
Punto de inflexión total en este caso fue en Italia, en el curso del pleito de Familia por la custodia de los niños, el informe de la psicóloga forense Ludovica Iesu, adelantado en exclusiva por este diario y en el que la profesional llegó a aseverar que Juana Rivas sufre un "funcionamiento mental patológico", y que podría causar daños en sus hijos a cambio de un beneficio propio: separarles del padre.
Rivas siempre sostuvo, conforme su causa iba decayendo en España -hasta llegar a la condena por secuestro-, que Italia nunca había llegado a estudiar en serio la denuncia que ella interpuso en el verano de 2016 en Granada, al llegar a España y decidirse a no volver a Carloforte con sus hijos, y ése fue siempre su escudo argumental para explicar la sustracción de los menores. La Justicia italiana viene a dar respuesta ahora a aquella demanda, y dice que no hubo nada, que todo fue un instrumento para quedarse a los niños envolviéndose en el disfraz de madre coraje.
Ejemplos de estas denuncias, ahora evidenciadas como falsas por su ausencia probatoria, se produjeron por ejemplo el 19 de octubre pasado, cuando Juana Rivas aseguró que sus propios hijos le habían dicho que, durante el pasado verano, cuando estaban acampando con su padre, Arcuri se había comportado «de forma vejatoria e irresponsable» hacia ellos, que golpeaba al mayor «sin motivo», que les insultaba, que al mayor lo encerraba durante horas sin motivo en una habitación, que los mantenía separados «sin comer ni beber», que incluso había lanzado por los aires al pequeño, enfadado, tirándole también una silla de madera que éste había logrado esquivar.
TODO "INVEROSÍMIL"
G., según las denuncias, escribió una carta -publicada en España como auténtica por el diario ABC- en la que el menor, presuntamente, aseguraba que su padre le golpeaba frecuentemente en la cara y en la cabeza, le arrojaba objetos, le apretaba el cuello sin dejarle respirar, que incluso había lanzado a D., el menor, escaleras abajo. Todo ello ha quedado ahora estimado como "inverosímil" por la Justicia italiana.
El 10 de enero de 2018, Rivas denunció igualmente que G. le había entregado una carta en la que el menor se mostraba «muy preocupado por la situación en casa de su padre», y el «miedo» que ambos menores pasaban en presencia de Arcuri.Según esa denuncia, supuestamente, el padre les decía a los menores cosas como: «Eres una mierda, no vales nada, tienes problemas mentales, eres un hijo de puta, un imbécil, igual que tu madre».
En aquella época, Rivas pidió también a los juzgados de Cagliari que se hicieran cargo de sus hijos por el «peligro» que suponía que estuvieran en poder del padre. Las autoridades italianas comprobaron en definitiva cada denuncia de Rivas y han terminado decretando que los abusos por ella denunciados hasta en 8 ocasiones no existieron. Ahora, la denominada "madre de Maracena" queda pendiente del recurso interpuesto ante el Supremo por la condena a 5 años y medio de cárcel impuesta por un juzgado de Granada y confirmada por la Audiencia Provincial. En el lance judicial intervendrá lógicamente la Fiscalia, jerárquicamente dirigida por Delgado, quien como ministra intercedió ante Italia en nombre de la ciudadana española.
Consultado por este diario, el letrado representante de Francesco Arcuri en España, Enrique Zambrano, señaló, a pregunta de este diario: "No esperábamos otra cosa. Desde España hemos aportado toda la información de las sucesivas causas y tanto la labor de Serlapo Bardi, el abogado del señor Arcuri en Italia, como la de los propios tribunales, ha sido modélica. Ahora, a ver qué imagen da España después de esto", dijo, apuntando al recurso pendiente en el Supremo sobre la condena a 5 años de cárcel contra Juana Rivas por sustracción de los 2 menores.
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