No todas las parejas utilizan el mismo método, pero aquí van unos cuantos.
Pablo Cantó, 21 OCT 2019
Todo el mundo acaba hablando de dinero con su pareja, a veces más temprano que tarde: puede pasar incluso en la 1ª cita, desde el momento en el que discutimos qué hacer con la cuenta de un bar.
Sin embargo, a medida que una relación avanza, estas conversaciones pueden volverse más serias. Hasta llegar a una de las más importantes: ¿ha llegado el momento de hablar de que compartamos nuestro dinero? ¿Cuánto? ¿Cómo lo organizamos?
La vida financiera de las parejas jóvenes actuales no suele parecerse mucho a la de nuestros padres o abuelos, cuando era mucho más común que solo uno de los miembros de la pareja aportara la mayor parte de los ingresos familiares.
La vida financiera de las parejas jóvenes actuales no suele parecerse mucho a la de nuestros padres o abuelos, cuando era mucho más común que solo uno de los miembros de la pareja aportara la mayor parte de los ingresos familiares.
En 2002 –dato más antiguo consultable en la web del INE– el porcentaje de hombres con empleo era del 61,11% y el de las mujeres del 35,90%. En los últimos 17 años, ambos porcentajes han ido acercándose, aunque la situación dista todavía de ser igualitaria: un 56,38% de los hombres tienen empleo frente a un 44,95% de mujeres.(....)
A los cambios sociales y del mercado laboral hay que sumar las dificultades inmobiliarias actuales. Tal y como mostraron las 1ª cifras oficiales del alquiler en España, arrendar una casa con un único sueldo es complicado en la mayoría de las capitales de provincia.
A los cambios sociales y del mercado laboral hay que sumar las dificultades inmobiliarias actuales. Tal y como mostraron las 1ª cifras oficiales del alquiler en España, arrendar una casa con un único sueldo es complicado en la mayoría de las capitales de provincia.
Si quieres emanciparte, es muy posible que tarde o temprano tendrás que unir fuerzas económicas con tu pareja. Por si estás en ese momento o estás pensando en dar el paso, hemos preparado una guía con preguntas que pueden surgirte y sus respuestas.
¿Cuándo es el momento para empezar a compartir?
Como ya hemos comentado, las parejas suelen compartir dinero y gastos desde el principio de las relaciones. 1º, de forma puntual e informal, como puede ser el pago de una cena, una escapada de un fin de semana, o las entradas del cine. Después, cuantos más aspectos de la vida se comparten, estos gastos o proyectos comunes suelen hacerse más frecuentes y grandes: facturas, compras, pagar un alquiler, ahorrar para un gran viaje…
La mudanza puede ser un buen momento para plantearse empezar a compartir dinero.
Uno de los mayores gastos en parejas jóvenes acostumbra a ser el alquiler –o incluso una hipoteca–, motivo por el cual muchas parejas comienzan a sentarse a hablar de dinero cuando se mudan juntos.
¿Cuándo es el momento para empezar a compartir?
Como ya hemos comentado, las parejas suelen compartir dinero y gastos desde el principio de las relaciones. 1º, de forma puntual e informal, como puede ser el pago de una cena, una escapada de un fin de semana, o las entradas del cine. Después, cuantos más aspectos de la vida se comparten, estos gastos o proyectos comunes suelen hacerse más frecuentes y grandes: facturas, compras, pagar un alquiler, ahorrar para un gran viaje…
La mudanza puede ser un buen momento para plantearse empezar a compartir dinero.
Uno de los mayores gastos en parejas jóvenes acostumbra a ser el alquiler –o incluso una hipoteca–, motivo por el cual muchas parejas comienzan a sentarse a hablar de dinero cuando se mudan juntos.
Julio Gil, jefe de la división de Relaciones con la Clientela Bancaria del Banco de España, considera que ese puede ser un buen momento para dar el paso y recomienda no precipitarse: "Compartir dinero o hacerse una cuenta común sin una relación consolidada puede traer muchos problemas", cuenta a Verne.
¿Qué tengo que tener en cuenta antes de compartir?
Tener gastos y proyectos en común, como puede ser mudarse juntos, puede convertirse en el empujón para empezar a compartir ahorros, pero no debe ser lo único a tener en cuenta. Lo más importante es hablar claro de qué es lo que se va a compartir, qué no e intentar llegar a un acuerdo sobre todos los supuestos posibles que pudieran plantearse. ¿Ponemos los 2 la misma cantidad de dinero o el mismo porcentaje de nuestros ingresos? ¿Qué compartimos y qué no? ¿Qué ocurre con los gastos que no son comunes? ¿Y si 1 de los 2 perdiera su empleo? E incluso: ¿qué pasa si cortamos?
La psicóloga Clara Coria, especializada relaciones de pareja desde la perspectiva de género y autora de varios libros sobre dinero, poder y pareja, explica a Verne que es importante “establecer los compromisos económicos que [la pareja] considera comunes”, pero también establecer “una libertad de gastos considerados personales. Una pareja no es la fusión de 2 personas, sino la convivencia de 2 libertades”.
Para hacerte una idea de si tu pareja y tú estáis preparados para compartir gastos, el portal de educación financiera del Banco de España cuenta con un “test de compatibilidad financiera”. Son 10 preguntas de verdadero/falso acerca de tu educación financiera y la comunicación con tu pareja. (....)
¿Cómo lo hacemos?
Existen varias fórmulas para compartir dinero en pareja y no existe una mejor que otra, sino que depende de la situación económica de los integrantes y de los compromisos económicos que estén dispuestos a mantener. "Cada pareja debe decidir según su propio estilo, pero lo fundamental es tener una administración que no genere dependencias, porque las dependencias alimentan el poder de uno sobre otro", considera Coria. Verne ha consultado con diferentes parejas de jóvenes de entre 25 y 35 años que comparten dinero y, en líneas generales, existen 2 modelos: los que comparten gastos y los que comparten gastos y parte de los ahorros.
Compartir gastos: relaciones en las que solo ponen en común los gastos que generan en pareja: alquiler, facturas, compras de comida, productos para el hogar, etc. Para organizar estos gastos hay algunas parejas que abren una cuenta bancaria [hablamos de ellas y otras herramientas más adelante] en la que se ingresa solo el dinero necesario para hacer frente a los gastos comunes.
¿Qué tengo que tener en cuenta antes de compartir?
Tener gastos y proyectos en común, como puede ser mudarse juntos, puede convertirse en el empujón para empezar a compartir ahorros, pero no debe ser lo único a tener en cuenta. Lo más importante es hablar claro de qué es lo que se va a compartir, qué no e intentar llegar a un acuerdo sobre todos los supuestos posibles que pudieran plantearse. ¿Ponemos los 2 la misma cantidad de dinero o el mismo porcentaje de nuestros ingresos? ¿Qué compartimos y qué no? ¿Qué ocurre con los gastos que no son comunes? ¿Y si 1 de los 2 perdiera su empleo? E incluso: ¿qué pasa si cortamos?
La psicóloga Clara Coria, especializada relaciones de pareja desde la perspectiva de género y autora de varios libros sobre dinero, poder y pareja, explica a Verne que es importante “establecer los compromisos económicos que [la pareja] considera comunes”, pero también establecer “una libertad de gastos considerados personales. Una pareja no es la fusión de 2 personas, sino la convivencia de 2 libertades”.
Para hacerte una idea de si tu pareja y tú estáis preparados para compartir gastos, el portal de educación financiera del Banco de España cuenta con un “test de compatibilidad financiera”. Son 10 preguntas de verdadero/falso acerca de tu educación financiera y la comunicación con tu pareja. (....)
¿Cómo lo hacemos?
Existen varias fórmulas para compartir dinero en pareja y no existe una mejor que otra, sino que depende de la situación económica de los integrantes y de los compromisos económicos que estén dispuestos a mantener. "Cada pareja debe decidir según su propio estilo, pero lo fundamental es tener una administración que no genere dependencias, porque las dependencias alimentan el poder de uno sobre otro", considera Coria. Verne ha consultado con diferentes parejas de jóvenes de entre 25 y 35 años que comparten dinero y, en líneas generales, existen 2 modelos: los que comparten gastos y los que comparten gastos y parte de los ahorros.
Compartir gastos: relaciones en las que solo ponen en común los gastos que generan en pareja: alquiler, facturas, compras de comida, productos para el hogar, etc. Para organizar estos gastos hay algunas parejas que abren una cuenta bancaria [hablamos de ellas y otras herramientas más adelante] en la que se ingresa solo el dinero necesario para hacer frente a los gastos comunes.
Otras ni eso: cada uno va afrontando unos gastos y después se hacen cuentas. Por ejemplo, 1 de los 2 paga la factura de la luz y, a posteriori el otro miembro de la pareja le da la mitad (o lo que hayan estipulado) del dinero.
Compartir gastos y ahorros: las parejas disponen de un fondo común –generalmente en una cuenta con titularidad de ambos– con el que pagan los gastos y también ahorran para planes futuros. Este método no implica que las parejas compartan todo su dinero, sino que ponen una porción de sus ingresos en común.
Independientemente del método que escojas, desde el Banco de España señalan la importancia de que los 2 miembros de la pareja estén al tanto de los gastos, ahorros y movimientos del dinero común. "No hay que dejar que solo una de las partes gestione las cuentas", cuenta Julio Gil, "debe ser algo conjunto y ambas partes deben ser conscientes de todo lo que ocurre con el dinero de ambos, tanto gastos como ahorros, posibles productos financieros que adquieran juntos...".
Hay parejas que se decantan por compartir solo los gastos comunes. Otras, además de compartir gastos, cuentan con ahorros comunes
Para llevar las cuentas, la mayoría de las parejas consultadas utilizan una hoja de cálculo en común. Algunos incluso utilizan plantillas automatizadas, como una de las parejas con las que hemos contactado, que nos ha facilitado la suya. Puedes descargarla aquí.
Otras parejas consultadas se decantan por utilizar una app de gestión de gastos compartidos. Una de las más populares es Splitwise, una aplicación muy sencilla de utilizar en la que pueden apuntarse pagos, escoger cómo tratarlos (si pagaste tú pero el gasto se divide a partes iguales, si pagaste tú y deben devolverte todo lo que has pagado, si lo ha hecho tu pareja) y ver la situación global de la pareja o grupo.
¿Qué tengo que tener en cuenta si abrimos una cuenta bancaria?
Una cuenta común suele ser una forma cómoda de compartir ahorros y gastos, pero no hay que pasar por alto que, tal y como apunta Julio Gil, "desde el punto de vista financiero, abrirse una cuenta es un gasto más". Si tienes una cuenta en común, tendrás un gasto extra en común en forma de comisiones, cuotas de mantenimiento...
Para Gil, a la hora de abrir una cuenta "es muy importante conocer las condiciones, los plazos a los que te obliga, las comisiones y las obligaciones que se adquieren". Además, recomienda que, antes de hacerlo, peguemos un repaso al resto de nuestras cuentas: "Hay mucha gente que no tiene cuentas individuales y tal vez ni sea consciente, porque las 1ª que nos abrimos suelen estar compartidas con algún progenitor y, cuando crecemos, las compartimos con la pareja", explica. "Es recomendable organizar todo este tipo de cuentas compartidas para que sean las menos posibles ya que incluyen gastos, obligaciones... Lo ideal sería o bien modificarlas o cancelarlas".
No siempre es necesario contar con una cuenta bancaria en común.
Gil también incide en que la cuenta tiene que estar a nombre de los 2, y que ambos miembros lo tengan muy claro –y hablado– antes de abrirla. "Una cuenta común es un ejercicio de confianza ciega", cuenta. "Cualquiera de las 2 personas puede sacar todo el dinero, y si la cuenta estuviera solo a nombre de 1 de los 2 puede ser un problema".
¿Y si rompemos?
Si hablar de dinero con la pareja puede resultar complicado, hacerlo con la expareja lo es más todavía. Por eso, tal y como hemos explicado en el punto "¿qué tengo que tener en cuenta antes de compartir?", es recomendable hablar de qué hacer en caso de ruptura antes de que esto ocurra.
La psicóloga Clara Coria es más optimista en este aspecto y no cree que haya que tener previsto un plan de ruptura. Sí considera, sin embargo, que es recomendable "que cada miembro de la pareja cuente desde siempre con una cantidad propia, de administración personal", para facilitar las cosas. Si has seguido esta guía, lo más complicado va a ser pensar qué hacer con el gato y los libros en común.
Compartir gastos y ahorros: las parejas disponen de un fondo común –generalmente en una cuenta con titularidad de ambos– con el que pagan los gastos y también ahorran para planes futuros. Este método no implica que las parejas compartan todo su dinero, sino que ponen una porción de sus ingresos en común.
Independientemente del método que escojas, desde el Banco de España señalan la importancia de que los 2 miembros de la pareja estén al tanto de los gastos, ahorros y movimientos del dinero común. "No hay que dejar que solo una de las partes gestione las cuentas", cuenta Julio Gil, "debe ser algo conjunto y ambas partes deben ser conscientes de todo lo que ocurre con el dinero de ambos, tanto gastos como ahorros, posibles productos financieros que adquieran juntos...".
Hay parejas que se decantan por compartir solo los gastos comunes. Otras, además de compartir gastos, cuentan con ahorros comunes
Para llevar las cuentas, la mayoría de las parejas consultadas utilizan una hoja de cálculo en común. Algunos incluso utilizan plantillas automatizadas, como una de las parejas con las que hemos contactado, que nos ha facilitado la suya. Puedes descargarla aquí.
Otras parejas consultadas se decantan por utilizar una app de gestión de gastos compartidos. Una de las más populares es Splitwise, una aplicación muy sencilla de utilizar en la que pueden apuntarse pagos, escoger cómo tratarlos (si pagaste tú pero el gasto se divide a partes iguales, si pagaste tú y deben devolverte todo lo que has pagado, si lo ha hecho tu pareja) y ver la situación global de la pareja o grupo.
¿Qué tengo que tener en cuenta si abrimos una cuenta bancaria?
Una cuenta común suele ser una forma cómoda de compartir ahorros y gastos, pero no hay que pasar por alto que, tal y como apunta Julio Gil, "desde el punto de vista financiero, abrirse una cuenta es un gasto más". Si tienes una cuenta en común, tendrás un gasto extra en común en forma de comisiones, cuotas de mantenimiento...
Para Gil, a la hora de abrir una cuenta "es muy importante conocer las condiciones, los plazos a los que te obliga, las comisiones y las obligaciones que se adquieren". Además, recomienda que, antes de hacerlo, peguemos un repaso al resto de nuestras cuentas: "Hay mucha gente que no tiene cuentas individuales y tal vez ni sea consciente, porque las 1ª que nos abrimos suelen estar compartidas con algún progenitor y, cuando crecemos, las compartimos con la pareja", explica. "Es recomendable organizar todo este tipo de cuentas compartidas para que sean las menos posibles ya que incluyen gastos, obligaciones... Lo ideal sería o bien modificarlas o cancelarlas".
No siempre es necesario contar con una cuenta bancaria en común.
Gil también incide en que la cuenta tiene que estar a nombre de los 2, y que ambos miembros lo tengan muy claro –y hablado– antes de abrirla. "Una cuenta común es un ejercicio de confianza ciega", cuenta. "Cualquiera de las 2 personas puede sacar todo el dinero, y si la cuenta estuviera solo a nombre de 1 de los 2 puede ser un problema".
¿Y si rompemos?
Si hablar de dinero con la pareja puede resultar complicado, hacerlo con la expareja lo es más todavía. Por eso, tal y como hemos explicado en el punto "¿qué tengo que tener en cuenta antes de compartir?", es recomendable hablar de qué hacer en caso de ruptura antes de que esto ocurra.
La psicóloga Clara Coria es más optimista en este aspecto y no cree que haya que tener previsto un plan de ruptura. Sí considera, sin embargo, que es recomendable "que cada miembro de la pareja cuente desde siempre con una cantidad propia, de administración personal", para facilitar las cosas. Si has seguido esta guía, lo más complicado va a ser pensar qué hacer con el gato y los libros en común.
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