La Reina Letizia quiere el divorcio, pero esto se lo impide.
Si bien el pleito más grave entre Letizia y Felipe sucedió por allá de 2003, las secuelas de aquel desencuentro continúan afectando su matrimonio, pues a comparación de otros royals como el Príncipe William y Kate Middleton, que ante las cámaras se muestran como la pareja más unida a pesar de estar más distantes que nunca, Letizia nunca se ha esforzado por pretender algo que no es.
"Felipe y Letizia habían estipulado con la Casa un régimen estricto de días de vacaciones en Palma, ese lugar que la consorte odia tanto. Esta decisión saltó por los aires cuando el Rey Juan Carlos pidió a su hijo que se quedaran unos días más. Quería disfrutar de sus nietas. El entonces príncipe, incapaz de desobedecer a su padre, estuvo de acuerdo. Ella, por supuesto, no. Dijo que se habían comprometido a irse un día concreto y que ella, con él o sin él, se iba. Y se piró a Madrid", relató el némesis de Letizia, el periodista Jaime Peñafiel.
Los problemas entre Felipe y Letizia eran evidentes ante la prensa, pero la huida en solitario de la Reina mandaba un mensaje bastante claro, el divorcio era inminente. Aunque fuentes cercanas a los Reyes revelaron que Felipe continuaba enamorado, el problema era que Letizia no sabía cómo encajar en la institución.
“9 años después de la boda, doña Letizia sigue marcando un espacio propio fuera de la familia, continuación de su vida anterior, que en ocasiones choca con su actual condición. Además, se muestra impermeable a consejos y sugerencias”.
De acuerdo con la prensa española, hubo un tiempo en el que la Reina incluso le daba más prioridad a su vida privada que a sus responsabilidades institucionales, lo cual dejaba en evidencia su poco compromiso con la Corona.
En una Familia Real que ha ejercido como tal las 24 horas del día, los 365 días del año, Letizia se creía Princesa tan sólo de 8 a 3.
Las tensiones era cada vez más y más evidentes y como era de esperarse el punto de quiebre llegó, Letizia estaba decidida a terminar con su infierno y pedir el divorcio, no obstante, cambió de parecer cuando le recordaron las capitulaciones matrimoniales que firmó antes de casarse.
Si bien Letizia podría marcharse de la Zarzuela en cualquier momento, lo haría sin Leonor ni Sofía, pues el “contrato” estipulaba que las niñas se quedaban bajo la custodia del Rey (en aquel entonces don Juan Carlos). A la Reina no le quedó más que continuar con su suplicio, pues si hay algo sin lo que Letizia no podría vivir, son sus hijas.
Las tensiones era cada vez más y más evidentes y como era de esperarse el punto de quiebre llegó, Letizia estaba decidida a terminar con su infierno y pedir el divorcio, no obstante, cambió de parecer cuando le recordaron las capitulaciones matrimoniales que firmó antes de casarse.
Si bien Letizia podría marcharse de la Zarzuela en cualquier momento, lo haría sin Leonor ni Sofía, pues el “contrato” estipulaba que las niñas se quedaban bajo la custodia del Rey (en aquel entonces don Juan Carlos). A la Reina no le quedó más que continuar con su suplicio, pues si hay algo sin lo que Letizia no podría vivir, son sus hijas.
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