Laura Posada, master life coach, entrenadora personal, 27 de febrero de 2018
Fue escogida como una de las 25 Mujeres Más Poderosas de 2016 por la revista People en Español.
Evidentemente, uno no se casa para divorciarse. Tener un matrimonio fallido no es la situación ideal para nadie, pero muchas veces es el menor de los males y algo irremediable. En Estados Unidos, por ejemplo, un poco más de la mitad de los matrimonios terminan en divorcio. ¡En algunos países europeos la tasa aumenta hasta el 70%!
Es una situación lamentable, especialmente cuando hay hijos en el medio. Seamos sinceros, de una u otra forma se está desintegrando una familia, y los niños siempre se verán afectados. Dependerá de ti y de tu pareja, ambos en su rol de padres, que esos traumas sean transitorios o permanentes, leves o severos.
Hay otra estadística alarmante que debes tener en cuenta: los hijos de padres divorciados son más propensos a tener problemas de conducta, bajo rendimiento académico y fracasos en sus propias relaciones cuando crecen, entre otros problemas. Si quieres evitar que tus hijos sigan ese patrón negativo, puedes tomar las siguientes medidas:
> Hazles saber que el divorcio no tiene nada que ver con ellos: Muchos niños se sienten culpables del divorcio de sus padres. Dependiendo de las edades que tengan, encuentra formas de tranquilizarlos y hacerles saber que no son responsables ni culpables del divorcio. Diles simplemente que sus padres dejaron de entenderse y que es mejor para la familia que vivan en casas separadas, pero que su padre/madre siempre lo seguirá siendo y que cuentan con el apoyo y el amor de ambos. Esto no solo hay que decirlo, sino demostrárselos con hechos.
> No les hables mal del otro padre a tus hijos: Puedes pensar que tu pareja es la peor de las personas, por todo lo que te hizo o se hicieron mutuamente. Si estás deprimido(a), frustrado(a), enojado(a) o sintiendo cualquier otra emoción negativa, desahógate con un terapeuta, un familiar adulto o un amigo. Esa “mala” persona sigue siendo la madre/el padre de tus hijos y eso no cambiará nunca, y cuando lo atacas delante de tus hijos, ellos también se pueden sentir atacados.
> No intentes separar a tus hijos del otro padre: Muchas veces se intenta separar a los niños de su otro padre como una especie de venganza. Piensa que con eso les estás haciendo más daño a tus hijos que a cualquier otra persona. Tampoco intentes que los niños tomen partido por uno de los 2 bandos. Con eso solo lograrías dividir más una familia que ya está lo suficientemente desintegrada. Mantenlos al margen de cualquier disputa.
> Mantén una relación cordial con el otro padre: Puede ser difícil al principio, pero no imposible. Separa tu rol de madre/padre del de pareja. Probablemente se encontrarán para un acto o reunión escolar, para alguna actividad extracurricular o para cualquier evento importante de la vida del niño. Mantener una relación cordial y civilizada con el otro padre, al menos frente a los niños, los ayudará a tener una sensación de normalidad y seguridad.
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