CELESTE LÓPEZ, MADRID, 18-09-2017
Nadie pone en duda que el divorcio afecta negativamente a los miembros de la familia. Es un proceso doloroso que influye no sólo en el bienestar de los cónyuges, sino también en los hijos que ven cómo su mundo se desestabiliza ante la nueva situación.
Pero ¿cuánto les afecta?, ¿en qué medida? Sandra Escapa, profesora del departamento de Sociología de la Universitat de Barcelona, ha analizado el efecto que el divorcio tiene en el rendimiento escolar de los hijos y de su investigación se concluye que, más que el hecho en sí de la separación, el factor clave en los resultados académicos es la mala relación que mantienen los progenitores.
De hecho, según Escapa, los hijos de padres divorciados que mantienen una relación de conflicto tienen 2,1 veces más probabilidades de suspender que los escolares cuyos padres se divorcian y mantienen una relación cordial entre ellos e, incluso, que los que viven con su padre y su madre. O aún más: los hijos de padres divorciados con una comunicación fluida y respetuosa tienen menos probabilidades de suspender que los que viven con ambos progenitores.
La separación no perjudica los resultados académicos cuando los padres siguen llevándose bien
El estudio Los efectos del conflicto parental después del divorcio sobre el rendimiento educativo de los hijos, publicado en el nº 158 de la Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS), se basa en el análisis de las respuestas dadas por 2.371 adolescentes catalanes de entre 13 y 16 años en el momento de la entrevista y que están recogidas en el grupo de Familias e Infancia.
¿Cómo se explica este resultado? La socióloga cree que el factor conflicto es “más determinante que el de divorcio”. La ruptura puede ser en ocasiones preferible a mantener una relación de pareja conflictiva, al menos para los hijos, según se desprende de este trabajo.
Lo que ha vuelto a constatar la investigadora es que los ingresos del hogar son otro factor determinante para explicar los resultados académicos. Ya sea para explicar la nota media de suspenso o la nota media de excelente, los adolescentes que pertenecen a hogares con mayores privaciones económicas tienen una probabilidad 4,6 veces superior de sacar una nota media de suspenso y 3 veces inferior de sacar una media de excelente que los jóvenes con mayores ingresos del hogar.
De los resultados de este trabajo se extrae, según la investigadora, la necesidad de promocionar políticas de participación positiva del progenitor que no vive con el menor, así como la de desarrollar por parte de los servicios de mediación cursos que ahonden en la necesidad de mantener una relación cooperativa entre los padres después del divorcio.
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