La violencia de género dejará de estar limitada a las
relaciones de pareja.
La ley española, pese a
ser muy buena, está a punto de ser retocada y actualizada. Congreso y Senado ya
están trabajando en ello.
Dolors Montserrat, Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, podría hacer realidad la aplicación del Convenio de Estambul a la Ley
español. (EFE)
D. GRASSO,
12.02.2017
Es uno de los
pocos asuntos donde todos los partidos se han puesto de acuerdo. Y no solo
ellos, sino también el Estado y las Comunidades Autónomas. Las formas de atajar
la violencia sobre las mujeres se ha vuelto un tema de debate central y la ley
española al respecto recibirá pronto importantes retoques, impulsada por las
normativas europeas. El más importante será la ampliación de algunos de sus
aspectos más allá de las relaciones sentimentales.
Veamos cuándo,
cómo y por qué.
¿Qué pasa con la ley
actual? ¿Es mala?
En absoluto. La
Ley española contra la violencia de género es buena, incluso muy buena, según
todos los expertos consultados. En 2015, el Consejo de Europa la definió como
"una ley ejemplar". La norma, fechada 2004, ha sido la primera Ley
Integral dedicada exclusivamente a la violencia de género en el viejo
continente.
¿Y por qué hay que
tocarla?
Porque podría ser
aún mejor y porque algún que otro fallo tiene. El mismo Consejo de Europa que
hemos citado antes, en la misma rueda de prensa en la que elogió la ley
española, recordó que la norma no ha adoptado todavía El Convenio de Estambul.
¿Qué tiene que ver
Estambul?
La ciudad en sí
casi nada, pero el convenio que se firmó en ese lugar Turquía significa mucho
para la ley.
El Convenio de
Estambul los firmaron los estados Europeos en 2011 y España lo ha
ratificado, incluyéndolo en el BOE, en junio de 2014.
Fiscales, jueces, abogados y expertos del sector coinciden en que se trata de
un documento clave, ya que da una vuelta de tuerca al concepto de violencia de
género: hace que se denomine así, violencia de género, a gran parte de las
agresiones de un hombre a una mujer fuera de una relación sentimental. A día de
hoy, si un hombre viola a una mujer que no conoce ese crimen no se considera
violencia de género (en 2 preguntas volvemos sobre esto).
¿Y si está en el BOE, por
qué no es ya ley a día de hoy?
Porque habría que
adaptar el convenio a la legislación española. Algo que se ha hecho, por ahora,
con algunos detalles del documento en cuestión. Es el caso del fundamento de la
Ley 8/2015, que por primera vez define a los hijos menores de una mujer que
haya sufrido violencia de género como víctimas. Los jueces han empezado a tener
oficialmente en cuenta este nuevo criterio.
Entonces, ¿qué va a
cambiar?
Lo dicho, el
cambio mayor es ampliar el concepto de violencia de género a lo que pueda
ocurrir fuera de una relación sentimental. A día de hoy, si no hay o ha habido
un lazo íntimo entre un hombre y una mujer, la violencia no se analiza con
perspectiva de género y no se pasa a un tribunal especializado. Así,
violaciones externas a una pareja, matrimonios forzosos, mutilación genital
femenina, tráfico de mujeres o acoso sexual en el entorno laboral, por ejemplo,
no se consideran violencia de género.
La adecuación del
Convenio a la ley española es importante, pero no es sencillo. Laura Berja,
senadora del PSOE y miembro de la Comisión de Igualdad, explica que "es
importante hacer un marco concreto para aplicar el convenio, no podemos
permitirnos que se haga una ley demasiado genérica de la que no podamos
delimitar bien la aplicación". Por ello, el Senado ha comenzado una serie
de ponencias con expertos para dar paso al documento que guiará el Congreso en
las nuevas modificaciones a la Ley.
¿Cuáles son los otros
cambios previstos?
El cambio parece
que está en marcha, y esta vez de verdad. En noviembre de 2016, el Congreso de
los Diputados ha aprobado una proposición para alcanzar un Pacto de Estado en materia de Violencia de Género.
Dicho de otra forma: sus señorías han empezado a trabajar en ello y tienen
plazos que cumplir.
Diputados y
senadores de 4 partidos involucrados en las comisiones que están
trabajando en el tema nos han esbozado también las otras líneas de cambio de la
ley:
Asistencia Letrada: uno de los aspectos que el Congreso tendrá en cuenta es la
mejora de la asistencia letrada. Como nos ha explicado Mercé Claramunt, abogada
de oficio, las mujeres "suelen ir a comisaría a presentar una denuncia
cuando han tocado techo y ya no pueden más. El agente pregunta a la mujer si
quiere esperar la llegada de un abogado antes de presentar la denuncia y solo
un pequeño porcentaje de ellas accede esperar". Hacer la denuncia sin
asistencia legal lleva a menudo a imprecisiones, a contar sólo el último caso y
a arrepentimientos. Cambiar una palabra en el texto de la ley bastaría para que
la asistencia legal estuviera garantizada para quienes quisieran denunciar.
Atenuantes:
también se está barajando un cambio del Código Penal. Por un lado, se plantea
eliminar el atenuante de la confesión para este tipo de delitos. Por otro, se
habla de eliminar la posibilidad de acogerse al derecho de no declarar ante un
cónyuge, una situación que, según la Fiscalía, lleva a casos donde la mujer no
declara por miedo de la persona con la que tendrá que volver a casa tras el
juicio.
Recogida de datos: se está planteando dedicar más recursos a recogida de datos,
estudios y encuestas que ayuden a estudiar la percepción social de la violencia
de género.
Sensibilización: se buscarán nuevas vías de detección temprana de la violencia
de género.
Eso va a costar mucho
dinero...
Las ponencias y
el estudio de la ley son parte del trabajo diario de Senadores y Diputados. En
cuanto a inversiones, a falta de ver qué se le dedicará en los presupuestos de
2017, hay que tener en cuenta cómo ha evolucionado la partida en los últimos
años. Desde el 1º Gobierno de Mariano Rajoy, las partidas dedicadas a
actuaciones para la prevención integral de la violencia de género han
disminuido un 29%, de acuerdo con los datos oficiales que publica Hacienda.
¿Cuándo se va a hacer?
En abril, el
Congreso de los Diputados tendrá que presentar las 1ª conclusiones sobre
los problemas de la actual ley. Mientras, en el Senado, la Comisión de Igualdad
escuchará a los expertos de diferentes sectores para elaborar un estudio sobre
cómo ha de modificarse la ley. Un documento que con toda probabilidad verá la
luz en verano de este año.
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