Fotografía callejera: los 5 consejos imprescindibles

Jorge Gutiérrez Narro.Dic 2015

Una de las facetas que más atraen a los fotógrafos es la Fotografía Callejera, más conocida por su nombre en inglés: Street Photograpy. Desde el inicio de los tiempos fotográficos, aficionados y profesionales han elegido la calle como escenario de sus tomas por una razón demoledora: continuamente están pasando cosas y la inspiración es infinita.

Así que prepara tu cámara fotográfica con los ajustes que te vamos a enseñar y atrévete a seguir los pasos de grandes maestros como Garry Winogrand y Martin Parr.

Cámara y objetivos

Necesitarás una cámara ligera que sea cómoda. Por lo tanto, no hace falta que tengas el último modelo réflex más grande. Con las pequeñas máquinas compactas y bridge se hacen geniales fotografías callejeras porque lo principal es la velocidad y pasar desapercibido. Mucha gente se asusta o reacciona negativamente cuando ve una gran cámara con un objetivo inmenso.

Por eso, trabajar con cuerpos más pequeños es una buena opción para evitar ser vistos o conseguir la complicidad del modelo callejero.

Si dispones de una cámara réflex, el primer paso es elegir el objetivo correcto para captar aquello que te llame la atención de lo que está pasando a tu alrededor. Sin duda alguna, las mejores lentes para la fotografía callejera son el 35mm y el 50mm.

Ambos tienen un buen ángulo de visión y se aproximan a lo que el ojo humano ve en la realidad. No distorsionan las rectas y la considerable profundidad de campo hace que sean unas focales perfectas para ver enfocada gran parte de la imagen.

Ajustes

PRIORIDAD A LA VELOCIDAD

El 1º objetivo que te plantearás como fotógrafo callejero será tener preparada la cámara y captar con rapidez lo que sucede. Piensa y actúa como un ninja. 

Por lo tanto, necesitarás una velocidad de obturación rápida. 

Estoy hablando de valores como 1/160, 1/200 ó 1/250 sg.

Esto supone que entrará poca luz y que, por lo tanto, tendrás que fijar un ISO elevado y un diafragma más bien abierto. Pero claro, como todo en Fotografía, depende de las condiciones de luz de la escena que estás fotografiando.

No te preocupes si todavía no sabes manejar a la perfección tu cámara. Si te da miedo el modo Manual, todavía tienes una opción para dejar de usar esa abominación fotográfica llamada modo Automático. Me refiero a los ajustes semiautomáticos que puedes encontrar en el dial de tu máquina. Concretamente hablo sobre el modo Prioridad a la Velocidad: Cámara Nikon (S) ó  Canon (Tv)

Con esta opción solo tienes que fijar un ISO y una velocidad determinada y la cámara establecerá una apertura de diafragma determinada para cada situación de luz. Es decir, establece un ISO que te permita trabajar en condiciones de poca iluminación (400 por ejemplo) y una velocidad de 1/160 sg. Cuando dirijas tu cámara hacia la escena que quieres fotografiar, el fotómetro calculará la apertura necesaria para exponer correctamente la imagen (nº f).

BLOQUEO DE LA EXPOSICIÓN

Si trabajas en este modo de Prioridad a la Velocidad y necesitas reencuadrar la escena, verás que cuando mides la luz en un punto determinado y mueves la cámara, el exposímetro se vuelve loco. Esto se produce porque la cámara vuelve a medir la luz en la nueva posición y no en el lugar donde tú quieres.

Para corregir este error, tu cámara cuenta con un botón que sirve para bloquear los valores de la 1ª exposición. Así podrás reencuadrar la escena conservando el ajuste de apertura de diafragma que hiciste en el punto donde te interesó medir la luz. Te será muy útil para motivos a contraluz o en escenas donde hay mucho contraste de tonos. Mantenlo pulsado mientras reencuadras.

ENFOQUE AUTOMÁTICO

Como necesitas rapidez en tus movimientos, no puedes perder tiempo en enfocar manualmente. Que la cámara haga ese trabajo por ti. Para eso debes activar el Auto Focus en tu objetivo (AF). Luego, dependiendo de tu destreza fotográfica, puedes decidir si manejar un solo punto de enfoque y cambiarlo manualmente o dejar que la cámara detecte los sujetos/objetos más cercanos, más grandes o tonos de piel.

Puede que el sujeto/objeto que quieras enfocar no se encuentre en ninguno de los puntos de enfoque de tu cámara, por lo que tendrás que utilizar el bloqueo de enfoque. Apunta al motivo con, por ejemplo, el punto central, pulsa el botón de bloqueo y reencuadra la escena. Es una técnica que tiene un funcionamiento muy parecido al bloqueo de exposición.

El botón de Nikon para bloquear el enfoque es el mismo que para bloquear la exposición (AF-L). En Canon, el botón es el AF-ON.

MODOS DE DISPARO

Que no se pierda ninguna fotografía; recoge todos los movimientos; atento al momento decisivo. Para ello, además de una velocidad de obturación muy rápida, activa el modo ráfaga. Esto te permitirá atrapar la fotografía en una escena en la que el objeto/sujeto se encuentra en movimiento.

Debes tener en cuenta la velocidad de transmisión entre el sensor y la tarjeta. Cuanto más rápida, más fotografías en ráfaga te permitirá hacer tu máquina. Puedes comprobar si tu tarjeta es rápida fijándote en un número que está dentro de una “C”. Las más lentas son las del número 2; las más rápidas, las del 10.

Como tu intención es pasar desapercibido como un ninja, que nadie te vea ni te escuche, activar el silenciador del obturador es una buena opción. Lee el manual de tu cámara para encontrar dónde fijar este ajuste. Normalmente se encuentra en el mismo lugar donde has activado la ráfaga y viene representado con una “s”.

Actitud

El fotógrafo callejero mira por el visor con un ojo y el otro lo tiene abierto. Siempre está atento a lo que va a pasar, tiene una gran capacidad de anticiparse a las escenas. Lleva preparados los ajustes de la cámara para no perder ninguna fotografía. Su método de trabajo es metódico:

Observar – Levantar la cámara – Encuadrar – Enfocar – Disparar – Vuelta al principio

El fotógrafo callejero está obsesionado con la composición y suele esperar mucho tiempo a que llegue el momento decisivo. Como Henri Cartier-Bresson. Web de HCB

El fotógrafo callejero ama la espontaneidad, las escenas que no se espera y que surgen de la nada.